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Un Gobierno de los Verdes en Alemania podría traer un 'plan Biden' a Europa
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posible giro en la política económica

Un Gobierno de los Verdes en Alemania podría traer un 'plan Biden' a Europa

Las elecciones de septiembre en Alemania podrían traer el auge de Los Verdes, que desafían la actitud ortodoxa alemana con respecto a la deuda y el gasto público

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Hace una década, la intransigencia alemana respecto de los rescates y préstamos prolongó la crisis de deuda soberana en la eurozona, uno de los motivos por los que la recuperación económica de la región se quedó a la zaga de la de EEUU. Otra crisis, otra recuperación retrasada de Europa, y la magnitud de los estímulos fiscales vuelve a ser el escenario. Pero Alemania ya no es la barrera que fue en su momento, y el auge de su partido Alianza 90/los Verdes podría impulsar el país y el continente más hacia el modelo de EEUU de estímulos gubernamentales agresivos.

Angela Merkel, la canciller conservadora que ha dirigido Alemania desde 2005, ya ha rebajado parte de su oposición pasada a los préstamos. No se volverá a presentar a elecciones este septiembre, y los sondeos sitúan la Alianza 90/los Verdes en segundo lugar, muy cerca de la alianza liderada por la Unión Demócrata Cristiana de Merkel. Podrían emerger como socios menores o incluso como líderes de la siguiente coalición de gobierno.

Los Verdes han evolucionado desde un partido pacifista antinuclear a un grupo pragmático del centro izquierda que participa de forma regular en coaliciones federales y de los estados alemanes, llamados 'Länder'. El partido sigue manteniendo su rama ecologista firme, pero el liderazgo está en manos de su rama moderada, que incluye a Annalena Baerbock, parlamentaria de 40 años elegida la semana pasada para presentarse a canciller este otoño.

Foto: Nadia Calviño. (EFE)

“Mucha gente antes pensaba que los Verdes nunca harían política económica —solo quieren dedicarse a la agricultura ecológica y a cursos de yoga veganos—”, declara Sven Giegold, miembro de los Verdes en el Parlamento Europeo y portavoz del partido para cuestiones económicas, en una entrevista. “Pero eso es pasado. Ya estamos presentes en el gobierno de 11 de 16 'Länder', y dirigimos uno de ellos. No somos ingenuos. Sabemos de qué va gobernar”.

A medida que los Verdes se han moderado, el resto del mundo se ha desplazado hacia la izquierda, especialmente en cuanto al clima. Por tanto, la plataforma verde no estaría fuera de lugar entre muchos partidos liberales corrientes. Quieren reducir las emisiones de carbono de forma más rápida aumentando los precios del carbono y abandonando progresivamente el carbón y el motor de combustión interna, elevar los impuestos a los ricos y las empresas multinacionales y promover los sectores del futuro, como la energía renovable y la inteligencia artificial.

placeholder Annalena Baerbock, presidenta de los Verdes de Alemania. (EFE)
Annalena Baerbock, presidenta de los Verdes de Alemania. (EFE)

Al contrario que los partidos populistas de derechas, son firmemente globalistas, apoyan los acuerdos internacionales de comercio, derechos humanos y el medio ambiente. Son más duros con China y Rusia que Merkel, alegando motivos similares a los de EEUU: rivalidad geoestratégica y derechos humanos. Los Verdes también se diferencian de Merkel en algo que sería completamente ordinario en cualquier otro país: el deseo de tener déficits presupuestarios.

La ideología económica predominante en Alemania, el ordoliberalismo, trata la deuda como algo casi inmoral. Un freno constitucional a la deuda exige a los 'Länder' que equilibren sus presupuestos y limita los déficits estructurales federales al 0,35% del producto interior bruto. En cambio, el límite del déficit de los miembros de la eurozona (a menudo superado), recogido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, es del 3% del PIB, y el déficit federal de EEUU se situó en una media del 5% desde 2009 hasta 2019.

El Gobierno de Merkel presumió durante mucho tiempo de su ‘black zero’: presupuestos sin déficit que realmente liquidaban la deuda. Dicha disciplina fiscal era históricamente prudente, pero no en la última década, cuando el mundo padecía una escasez crónica de demanda.

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La eurozona tiene una tendencia integrada hacia la austeridad por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y porque un país muy endeudado como Italia no puede solicitar tantos préstamos cuando no controla su propia moneda. En la última década, Alemania ha intensificado ese sesgo rechazando esfuerzos conjuntos para rescatar a Grecia, respaldar a los bancos de la región o endeudarse a través de los eurobonos para apoyar el crecimiento de la región.

Sin embargo, en el último año, Alemania ha cambiado. Merkel apoyó un fondo de recuperación de la Unión Europea de 750.000 millones de euros, financiado por eurobonos, un gran paso hacia una unidad fiscal al estilo de EEUU. Su Gobierno también suspendió el freno a la deuda para inyectar ayudas por la pandemia a la economía. Estos pasos pretendían ser temporales; los Verdes los harían permanentes. “Alemania tiene un problema más grande que la deuda”, declara Giegold. “El mayor problema es la falta de inversión, que está poniendo en riesgo nuestra competitividad”.

Los Verdes no comparten la aceptación más extensa de los déficits por parte de la izquierda de Estados Unidos

A los Verdes les gustaría modificar el freno a la deuda para permitir préstamos para inversión pública, que, alegan, es inteligente en términos económicos, dado que los tipos de interés alemanes son negativos. “Un emprendedor inteligente no ahorra, invierte. Un Estado inteligente hace lo mismo”, declara la plataforma del partido. El partido ha propuesto invertir 50.000 millones de euros al año en conexiones más rápidas, investigación y desarrollo, puntos de carga, ampliaciones en la red de trenes, autobuses con cero emisiones y desarrollo urbano.

Eso se puede comparar con el plan de infraestructuras del presidente Biden si se mide como porcentaje de la producción económica. Pero los Verdes no comparten la aceptación más extensa de los déficits por parte de la izquierda de EEUU. Son “pragmáticos, no dogmáticos”, declara Marcel Fratzscher, presidente de DIW Berlin, centro de estudios alemán. “No los situaría en ninguna teoría económica, ni siquiera keynesiana”.

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Los Verdes quieren convertir el fondo de recuperación de la UE en algo permanente, ampliar el presupuesto de la UE financiado por sus propios impuestos y reformar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para que “se evite una presión excesiva para ahorrar y se puedan aumentar más las inversiones en el futuro”, según su plataforma.

Los obstáculos son considerables. Incluso si los Verdes ganan en septiembre, no dispondrán de los votos para reformar la Constitución. De hecho, el auge del partido verde no refleja un giro hacia la izquierda en la política alemana, sino más bien la desintegración del apoyo al Partido Socialdemócrata, el actual socio menor del Gobierno de Merkel.

En toda Europa, los partidos centristas tradicionales han perdido votos, a menudo a favor de movimientos antiglobalistas de la derecha. La UE ya ha perdido a Reino Unido por una respuesta antiglobalista. No obstante, por ahora, los líderes de Francia e Italia están viendo de nuevo a EEUU ir en cabeza y están dispuestos a imitar su fórmula fiscal. Parece que Alemania está lista para unirse a ellos.

*Contenido con licencia de ‘The Wall Street Journal’.

Hace una década, la intransigencia alemana respecto de los rescates y préstamos prolongó la crisis de deuda soberana en la eurozona, uno de los motivos por los que la recuperación económica de la región se quedó a la zaga de la de EEUU. Otra crisis, otra recuperación retrasada de Europa, y la magnitud de los estímulos fiscales vuelve a ser el escenario. Pero Alemania ya no es la barrera que fue en su momento, y el auge de su partido Alianza 90/los Verdes podría impulsar el país y el continente más hacia el modelo de EEUU de estímulos gubernamentales agresivos.

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