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Los verdaderos agentes de poder en la era tecnológica en China: los sellos de caucho
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Los verdaderos agentes de poder en la era tecnológica en China: los sellos de caucho

Los gigantes corporativos de la tecnología confían en una técnica tradicional para gestionar sus negocios: sellos de garantía físicos que cuestan alrededor de 20 dólares

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En los últimos meses, los ejecutivos de algunas de las empresas más poderosas de China han luchado, demandado y creado misiones furtivas para conseguir el control de uno de sus activos más valiosos. Los sellos de caucho.

También conocidos como 'sellos corporativos', cuestan unos 20 dólares cada uno. Pero, bajo la legislación china, la posesión física del trozo con tinta carmesí puede determinar quién controla una empresa y el destino de miles de millones de dólares.

A finales de abril, Li Guoqing, que había fundado junto a su mujer Yu Yu una de las librerías 'online' más grandes de China, fue a la sede de la empresa en Pekín en una misión para arrebatarle el control a su mujer, con la que se encuentra en una intensa batalla por el divorcio. Había tomado las riendas de la empresa, Dangdang, cuando la firma fue señalada como la respuesta china a Amazon.

placeholder Li Guoqing, en un acto. (Reuters)
Li Guoqing, en un acto. (Reuters)

Según la empresa, Li se marchó con casi 50 sellos de tinta oficiales de DangDang metidos en una caja de zapatos, de los que prometió no desprenderse hasta que se hiciera justicia.

"Tendré la custodia exclusiva de los sellos, atándolos a mi cinturón durante el día y metiéndolos bajo mis sábanas por la noche", anunció Li a sus 5,4 millones de seguidores al día siguiente en la red social china Weibo.

Li publicó un documento online, sellado con uno de los sellos de DangDang, cesando a Yu como responsable de la compañía. Respondió con un documento propio examinado por 'The Wall Street Journal', reclamando que las juntas incautadas por Li figuraban legalmente como desaparecidas y por lo tanto invalidadas temporalmente. Estaba sellado con una estampa cuadrada carmín que decía: "Sello de Yu Yu".

Tiempo después, Li visitó de nuevo la oficina central, esta vez acompañado de más de 20 abogados, y se fue con otro alijo de documentos de la empresa, en una imagen que fue captada por la grabación del vídeo de seguridad y publicada 'online' por DangDang. Unos días después, la policía local dijo que Li había sido arrestado por intrusión y alteración del trabajo de la empresa. Minutos después de la detención, Li entró en Weibo para asegurar a sus seguidores que todavía tenía las estampas.

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Yu ha declarado que su marido dejó su puesto en la compañía en 2019 y que ella está al mando. Li ha declarado que tiene autoridad allí y tiene derecho a los sellos. Yu se negó a comparecer. A Li no se le pudo localizar para que declarase.

Desde siempre, las empresas en China han utilizado sellos corporativos para certificar documentos legales, autentificar estados financieros y firmar contratos. Los contratos que solo llevan firmas, pero no sello corporativo carmesí, no son jurídicamente vinculantes en China.

A pesar de que el país ha adelantado a gran parte del mundo occidental en transacciones sin efectivo, tecnología inalámbrica 5G y reconocimiento facial, las compañías se han quedado obstinadamente aferradas a los sellos milenarios. Y en los últimos meses, como el coronavirus ha agitado el mundo empresarial, el modesto sello de caucho ha disfrutado de un momento de oro.

Arm Holdings, compañía con sede en Reino Unido que diseña 'chips' para ordenador, ha dedicado las últimas semanas a luchar por el control de su empresa conjunta china con el CEO destituido Allen Wu, que todavía tiene el sello de la compañía. Arm, filial del grupo japonés SoftBank, espera que los funcionarios chinos soliciten a Wu el sello o que expidan nuevos sellos, según una persona familiar con el asunto.

placeholder Logo de Arm Holdings en una convención. (Reuters)
Logo de Arm Holdings en una convención. (Reuters)

Arm declaró el mes pasado que despidió a Wu tras una investigación interna. Una portavoz de Arm China dijo que Wu es todavía el representante legal según la normativa local.

Aunque las crisis de rehenes de sellos han sido fuente de drama empresarial en China, la repentina avalancha de casos conocidos ha impulsado a numerosas compañías a buscar asesoramiento jurídico y custodia de sus sellos, dice Vivian Mao, socia de la firma de servicios profesionales Dezan Shira & Associates, cuyas oficinas por toda China poseen 'salas de sellos' especiales donde los preciados objetos se guardan bajo llave.

Gestionar el control sobre un sello de empresa es como organizar un acuerdo prematrimonial, explica Mao. "Nadie piensa en ello al principio, cuando todo el mundo está contento y se lleva bien con el otro", declara. "Solo se dan cuenta de lo importante que es el control del sello cuando hay desacuerdos internos o cuando se rompen las relaciones comerciales".

El mes pasado, Tencent, uno de los mayores gigantes de internet del mundo con una capitalización bursátil de cerca de 730.000 millones de dólares, denunció a Laoganma Food, el fabricante de las salsas de chile más famosas del país, por incumplir un contrato publicitario. Consiguió una orden judicial que congeló 2,3 millones de dólares del capital de Lao Gan Ma.

Foto: Jack Ma, fundador y presidente ejecutivo de Alibaba. (Reuters)

El año pasado, Tencent pegó el estoico logo con delantal de Lao Gan Ma en el fondo de sus juegos para dispositivos móviles, instruyó a presentadores del concurso en su plataforma de 'streaming' para cocinar platos con la salsa, y persuadió a 'gamers' para que debatieran sobre su amor por el condimento picante -todo sin recibir ni un céntimo del pago prometido por Lao Gan Ma-.

Tras la orden judicial, la policía de la ciudad sudoccidental de Guiyang, donde Lao Gan Ma tiene su sede, declaró que tres personas en posesión de sellos falsificados se habían hecho pasar por representantes de la salsa de chile para firmar el acuerdo publicitario. Tencent, avergonzada, ofreció una recompensa a cualquiera que tuviera información sobre la identidad de los estafadores: 1.000 botes de salsa de chile Lao Gan Ma.

Días después, las dos empresas publicaron un comunicado conjunto, sellado con los sellos de ambas, en el que decían que Tencent había retirado la demanda y había pedido disculpas 'personalmente' a Lao Gan Ma. Las compañías se negaron a hacer más declaraciones.

placeholder Espacio de Tencent en un evento. (Reuters)
Espacio de Tencent en un evento. (Reuters)

A pesar de la reglamentación estricta en China sobre los sellos corporativos -que incluye especificaciones para el diámetro, la forma, el diseño y la inscripción- se pueden falsificar fácilmente. Algunas estampas se han vendido por millones en subastas -una de las 1.800 estampas del emperador Qianlong de la dinastía Qing, hecha de esteatita y con nueve dragones grabados, se vendió por 22 millones de dólares en 2016-. El sello corporativo moderno es poco más que un "trozo de plástico con un mecanismo para teñirlo con tinta carmesí", dice Raoul Schweicher, director general de la empresa con sede en Shanghái MS Advisory.

El año pasado, el Ministerio de Seguridad Pública, el principal organismo chino encargado de la aplicación de la ley, dio la alarma sobre el auge de delitos relacionados con los sellos y presentó un plan para reformar la industria de fabricación de sellos. Este incluía la creación de una base de datos con fabricantes de sellos con licencia y fomentaba la incrustación de microchips en las estampas.

También promovió la implantación de sellos electrónicos, los cuales están permitidos por ley en China desde hace cinco años, aunque la inmensa mayoría de empresas chinas -incluidas las gigantes de internet y las 'startups' de bitcoin- encuentran difícil deshacerse del tradicional sello de caucho.

"El sello es una tradición china, la gente se siente cómoda usándolo", afirma Eric Carlson, socio de la firma de abogados Covington & Burling en Shanghái. Espera que la reciente serie de embrollos acelere la adopción del sello electrónico. Algunas compañías chinas ya ofrecen la tecnología de reconocimiento facial para restringir el acceso a unos pocos cargos de la empresa autorizados.

En los últimos meses, los ejecutivos de algunas de las empresas más poderosas de China han luchado, demandado y creado misiones furtivas para conseguir el control de uno de sus activos más valiosos. Los sellos de caucho.