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Henry O’Sullivan: el hombre al que señalan las operaciones sospechosas de Wirecard
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caída de la firma alemana

Henry O’Sullivan: el hombre al que señalan las operaciones sospechosas de Wirecard

Henry O’Sullivan, asesor externo, cobró por 10 operaciones de Wirecard, algunas centrales en las investigaciones que intentan resolver el colapso de la compañía

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La Fiscalía alemana alega que los directivos de Wirecard pagaron de más por una serie de empresas, provocando enormes pérdidas para los accionistas de la ahora desacreditada empresa de pagos electrónicos.

Henry O’Sullivan tuvo un papel clave en algunas de las operaciones de Wirecard. Este consultor de pagos, que siempre actuaba entre bambalinas, recibió pagos como asesor en al menos 10 adquisiciones independientes de Wirecard, según excargos sénior de la empresa. Las adquisiciones que asesoraba se encontraban entre un grupo de acuerdos mayor que se realizaban con valores inflados, afirman los excargos. Su papel en las operaciones, que no se había reportado anteriormente, se basa en una imagen de lo que los investigadores aseguran fue un aspecto clave del derrumbe de la empresa.

O’Sullivan ayudó a identificar objetivos de adquisición en Asia y África que se encuentran en el centro de las preguntas de la investigación sobre si se desviaron fondos. La empresa perdió más de 1.000 millones de dólares en sobrepagos en acuerdos y otros presuntos fraudes, como contratos de ‘software’ y préstamos falsos, según cálculos de uno de los exdirectivos que tiene acceso a las cuentas de la empresa.

Wirecard pasó de empresa cotizada en bolsa que valía más de 14.000 millones de dólares a la bancarrota en poco más de una semana en junio, tras reconocer que más de 2.000 millones de dólares de caja que había registrado en su balance en realidad no existían.

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La empresa alemana procesaba pagos electrónicos, un negocio en auge impulsado por el aumento de las compras electrónicas y el entretenimiento ‘online’, así como la reducción del efectivo en todo el mundo. Wirecard propulsó su crecimiento generando más de 1.200 millones de euros por adquisiciones en la última década, según un informe del administrador concursal de la empresa.

La Fiscalía alemana declara que se efectuó un fraude mayor y alega que las adquisiciones infladas, entre otros hechos, fueron relevantes. Algunas de esas adquisiciones nunca se integraron adecuadamente en el grupo, y algunas se llevaron a cabo con valoraciones elevadas incluso aunque los negocios tuvieran pérdidas, indican los exdirectivos de la compañía.

La Fiscalía de Múnich está investigando a Wirecard por casos potenciales de malversación, incluidos casos relacionados con adquisiciones, pero no ha llegado a ninguna conclusión, según un portavoz. Antiguos directivos y consejeros de Wirecard fueron llamados a un interrogatorio para una investigación del Parlamento alemán sobre la supervisión gubernamental de la empresa antes de su colapso.

O'Sullivan no ha querido hacer declaraciones y su paradero es desconocido. Nacido en Reino Unido, pasaba gran parte de su tiempo en Singapur

O’Sullivan no ha querido hacer declaraciones. Su paradero es desconocido. Los abogados de exdirectivos de Wirecard a los que la Fiscalía de Múnich acusa de conspirar en el presunto fraude no han querido colaborar para este artículo. O’Sullivan, original de Reino Unido, era conocido entre los directivos de Wirecard como emprendedor de la industria de pagos, según personas cercanas a esos cargos. Los recibía a menudo en su sede principal de Singapur, incluso en eventos como el Gran Premio de Singapur, una carrera automovilística.

Llevaba un estilo de vida de lujo, cenaba a menudo en un lujoso restaurante en la azotea del Hotel Marina Bay Sands, que domina el puerto de Singapur. Tenía un Rolls-Royce descapotable nuevo en una ciudad donde las tasas de importación pueden doblar el precio de los coches. Construyó un acuario en su casa para tres tiburones martillo, según antiguos socios comerciales.

O’Sullivan era hombre de confianza del antiguo director de operaciones de Wirecard Jan Marsalek, al que las autoridades alemanas acusan presuntamente de haber cometido el ‘fraude comercial de grupo’ que provocó la caída de la una vez poderosa empresa de pagos electrónicos. Marsalek está dado a la fuga y no se ha podido contactar con él. Uno de sus abogados se ha negado anteriormente a declarar. Wirecard presentó a O’Sullivan a Marsalek como consultor y asesor especial en varias adquisiciones por las que fue pagado, según un cargo de la empresa.

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Pero O’Sullivan mantenía un perfil bajo en sus operaciones comerciales. No está incluido como propietario o director del grupo con sede en Singapur Senjo Group, pero personas cercanas a sus operaciones afirman que tomaba decisiones de gestión de la compañía, según ha publicado anteriormente ‘The Wall Street Journal’. Senjo era uno de los tres socios comerciales clave de Wirecard identificados en una auditoría extraordinaria realizada por KMPG, en la que se descubrió que más de 2.000 millones de dólares en efectivo no existían, precipitando el colapso de la empresa.

Senjo Group está siendo investigado por la policía y reguladores financieros de Singapur en relación con el escándalo Wirecard, declararon las autoridades en julio. Senjo no ha querido hacer declaraciones. Un empresario asentado en Singapur que se reunió con O’Sullivan en varias ocasiones, cuando Senjo estaba considerando si invertir o no en su negocio, declara que le preguntó varias veces por su apellido, pero no quiso dárselo. Al final, otra persona le acabó diciendo quién era.

O’Sullivan fue una pieza clave en uno de los mayores acuerdos de Wirecard, la absorción de varios negocios de pago en India por 340 millones de euros en 2015, según ha reportado el 'WSJ', citando a personas familiares con el acuerdo. Wirecard compró los negocios a un fondo de inversión privado con sede en Islas Mauricio y accedió a pagar más de ocho veces la cantidad que el fondo había pagado por los negocios solo seis semanas antes.

Un contable indio describió a O’Sullivan como “el arquitecto de toda la transacción” en un 'e-mail' en el que se hablaba del acuerdo que ha sido revisado por el ‘WSJ’. O’Sullivan también organizó una reunión de los dueños de los negocios indios con Marsalek y más tarde señaló los términos de un acuerdo potencial en 'e-mails' presentados en un juicio en la India, según los archivos revisados por el periódico.

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En julio, el banco central y regulador financiero de Islas Mauricio abrió una investigación acerca de si Wirecard había utilizado el acuerdo como transacción de viaje de ida y vuelta, una práctica de una empresa para reciclar los activos de una transacción en sus propias cuentas.

KPMG, al que Wirecard contrató para llevar a cabo una auditoría extraordinaria de sus operaciones antes de su colapso, examinó las acusaciones de que el acuerdo de los negocios indios era fraudulento y fue incapaz de identificar a los propietarios últimos del fondo.

La auditora habló con O’Sullivan sobre el acuerdo indio, pero les dijo que solo cooperaría si su nombre no aparecía en el informe, según una fuente que ha leído un anexo del informe final de KPMG. La firma no accedió a mantener el anonimato de O’Sullivan, por lo que se negó a declarar.

Los miembros del consejo de administración de Wirecard conocían la implicación y los movimientos de O'Sullivan en los acuerdos en que participó

O’Sullivan fue asesor del antiguo jefe de Comunicaciones de Wirecard en la adquisición del grupo de una empresa de pagos sudafricana, MyGate, según excargos de Wirecard. La empresa pagó 23,1 millones de euros por la adquisición, según su anuncio entonces, que incluían 18,2 millones en efectivo en el momento de la firma y el resto permanecía pendiente de pago según el crecimiento futuro de los beneficios. Exdirectivos de MyGate se han negado a declarar para este artículo.

Parte de las ganancias de MyGate se pagaron a una contraparte en Rusia que no era dueña del negocio, afirman excargos de la empresa. El pago resultó sospechoso para quienes han examinado el desastre interno de Wirecard en los últimos meses.

Los miembros del consejo de administración de Wirecard en ese momento conocían la implicación de O’Sullivan en ese acuerdo y otros, según uno de los excargos de la empresa. No se pudo determinar lo que le contaron sobre el pago a la contraparte rusa. Los miembros de la junta directiva de entonces tampoco han declarado para este artículo.

La Fiscalía alemana alega que los directivos de Wirecard pagaron de más por una serie de empresas, provocando enormes pérdidas para los accionistas de la ahora desacreditada empresa de pagos electrónicos.

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