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Wirecard: cómo pasar de ser la estrella tecnológica a la quiebra... en 8 días
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Wirecard: cómo pasar de ser la estrella tecnológica a la quiebra... en 8 días

La Fiscalía está investigando si el gigante de pagos electrónicos utilizó ingresos ficticios para inflar sus ventas y engañar a los inversores: 2.000 millones de dólares extraviados

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Markus Braun construyó Wirecard en una pequeña ciudad a las afueras de Múnich y la convirtió en un gigante de pagos electrónicos.

Desde su posición elevada en el sector del comercio electrónico, Wirecard obtenía tasas por procesar las transacciones con tarjeta de crédito en nombre de las empresas. Se adentró en mercados emergentes, compró empresas más pequeñas y consiguió acuerdos para captar más clientes. En sus balances financieros, las ventas y beneficios aumentaban constantemente.

Wirecard afirmó procesar 140.000 millones de dólares en transacciones al año en nombre de 250.000 negocios, convirtiéndose en rival de Square y Paypal. Durante un tiempo tuvo más valor que cualquier banco alemán.

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Después se desmoronó a la velocidad de la luz —una revelación evocadora del rápido colapso de la compañía energética Enron hace casi dos décadas—. El 17 de junio, Wirecard valía más de 14.000 millones de dólares. Ocho días después, cerró.

Wirecard reveló el 18 de junio que había declarado a sus auditores 2.000 millones de dólares que estaban en dos bancos de Filipinas, pero que en realidad no estaban allí. La cantidad era equivalente al beneficio total de la compañía durante más de una década.

Tanto la empresa como sus auditores afirman que el dinero extraviado probablemente nunca existió. La Fiscalía y los reguladores alemanes están investigando en las cuentas de la empresa para desentrañar si una de las empresas de tecnología financiera más prometedoras en Europa utilizó ingresos falsos para inflar sus ventas y engañar a los inversores sobre la salud de la empresa. El miércoles, la Fiscalía de Múnich, donde Wirecard tiene su sede, declaró que un equipo de fiscales, policía y especialistas en tecnología de la información habían llevado a cabo investigaciones en tres propiedades en Múnich y otras dos en Viena.

Foto: (Reuters)

Debido a que todo se vino abajo tan rápido, los investigadores tan solo están empezando a unir los puntos de lo que pasó. Hay una tesis principal que está siendo investigada por los fiscales, la empresa y sus auditores acerca de si Wirecard utilizó socios externos supuestamente independientes, que se suponía que desarrollaban su negocio en países donde la empresa no tenía licencia, para generar canales de ingresos ficticios que llenaban cuentas bancarias que no existían.

EY, auditor de la compañía durante años, declaró el 25 de junio que había "claros indicios de que se trataba de un fraude complejo y sofisticado que involucraba a múltiples partes en todo el mundo en diferentes instituciones".

La Fiscalía alemana ha abierto una investigación, al igual que las autoridades de Singapur y Filipinas. Los fiscales y reguladores están intentando determinar si los 2.000 millones de dólares extraviados eran una tapadera para esconder un bajo rendimiento empresarial o parte de una artimaña para desviar dinero —o ambas—.

Braun fue arrestado y acusado por la Fiscalía de inflar el volumen de ventas de Wirecard con falsos ingresos, y se encuentra en libertad bajo fianza. Su mano derecha está en búsqueda para ser interrogado en Alemania y Filipinas, donde los oficiales dicen que puede haber estado antes de, posiblemente, marcharse a otro país.

Foto: Markus Braun, exceo de Wirecard (Reuters)

Un abogado de Braun, que ha dimitido, alegó que su cliente estaba cooperando por completo con la Fiscalía, y se negó a hacer más declaraciones. Wirecard compartió un comunicado en el que explicaba que seguiría operando su negocio de pagos mientras se reestructuraba. La empresa ha afirmado que duda de si el dinero en cuestión existió alguna vez, y si las terceras partes alguna vez actuaron en su nombre. No quiso hacer más declaraciones sobre los hechos.

El sector de pagos es un área financiera que crece a un ritmo elevado y que se ha beneficiado del auge de las compras 'online' y la popularidad decadente del efectivo. Empresas como Wirecard desarrollan un 'software' y dispositivos que los comerciantes utilizan para procesar los pagos, y pueden ayudar a los comercios con su contabilidad y a evitar el fraude.

El éxito de Square y Paypal inició una oleada de acuerdos. El año pasado, Fidelity National Information Services pagó 35.000 millones de dólares por el rival de Wirecard, Worldpay.

Cómo encaja Wirecard en todo esto es algo desconocido. Wirecard afirmaba que era una de las empresas de pagos líder en Europa. El estudio The Nilson Report, un 'ranking' de los actores de la industria de pagos ampliamente seguido en el sector, no incluyó a Wirecard en sus 'rankings' porque dice que la compañía, al contrario que muchos competidores, no explicó cómo el volumen de pagos presentado se desglosaba por diferentes tipos de negocio.

Wirecard empezó a cotizar en bolsa en el año 2002 con la adquisición de InfoGenie, una víctima de la burbuja 'puntocom' que estaba en el parqué

Braun, que creció en Viena, estudió informática y se unió a lo que hoy es Wirecard en el 2000, tras una temporada como consultor administrativo. Ayudó al dueño de la compañía, conocido entonces como Electronic Billing Systems, a realizar una serie de adquisiciones y fusiones en la industria incipiente.

La empresa accedió a la cotización en bolsa en Alemania en 2002 con la adquisición de InfoGenie, víctima de la burbuja 'puntocom' que cotizaba en el mercado de empresas jóvenes y orientadas a Internet. Fue nombrado director general.

Braun aumentó las perspectivas de crecimiento de la gestión de pagos y los centros de llamadas de empresas 'online' como los servicios de juegos, las apuestas deportivas y la música digital. La empresa, rebautizada como Wire Card —dos palabras al principio— no mencionó la pornografía 'online' en la memoria anual publicada a principios de 2005, pero eso también era un foco de negocio, según personas que han trabajado allí.

Foto: Logo de Wirecard en una junta de accionistas en Múnich. (Reuters)

Alto y delgado, el Braun de 50 años daba discursos en conferencias de tecnología financiera llenos de pronósticos sobre el futuro. Solía llevar cuellos altos negros.

Delegó gran parte del funcionamiento de la empresa en su director de operaciones, Jan Marsalek, según exempleados. Marsalek, que había estado con Braun desde los comienzos de la empresa, luce una cabeza rapada y trajes negros de Ermenegildo Zegna. Quien le ha conocido le describe como encantador y mordaz. Un abogado de Marsalek se negó a declarar.

La investigación germana sobre los 2.000 millones desaparecidos se está centrando, en parte, en los socios externos de Wirecard, que incluyen a la empresa con sede en Singapur, Senjo Group.

La empresa de pagos Senjo es conocida como compradora de terceros. La idea era que ayudara a Wirecard a expandir su alcance en nuevos mercados en partes de Asia donde Wirecard no tenía licencia. Wirecard ha confirmado que se llevaba una parte de las transacciones, y los beneficios terminaban en cuentas bancarias controladas por un administrador.

Senjo, junto a dos empresas similares en Dubái y Filipinas, representaba la mitad de los beneficios y el 95% de los ingresos en los últimos años

Senjo, junto a dos empresas similares en Dubái y Filipinas, representó más de la mitad de los beneficios de Wirecard y hasta el 95% de sus ingresos en los últimos años, de acuerdo a balances de la empresa a los que ha tenido acceso 'The Wall Street Journal'.

Registros corporativos de Singapur indican que Senjo Group pertenece, en parte, a Richard Willett, que vive en un rancho en Montana. No se pudo contactar con él. Una mujer que contestó al teléfono en su casa hace poco dijo que puede que estuviera en el granero, y luego comentó sobre él: "No estáis hablando con la persona adecuada".

A finales de 2015, Marsalek debatió con un ejecutivo de Wirecard en Singapur cómo corregir el déficit en el beneficio de explotación del año financiero que estaba acabando. "Deja que les pregunte a nuestros amigos de Senjo si pueden solucionarlo antes de que termine el año. Es un poco ajustado", escribió Marsalek el 29 de diciembre en un 'email' revisado por 'WSJ'.

Los empleados de Senjo y otras empresas de pagos acordaron una transacción de 3,3 millones de euros que incluía una licencia de 'software' durante los primeros meses de 2016, adelantando la fecha de contratos y facturas para que pareciera que había ocurrido el año anterior, según 'emails' de la empresa a los que ha tenido acceso 'The Wall Street Journal' y una investigación de un bufete sobre acusaciones realizada por un demandante. Según estas comunicaciones, Wirecard registró los beneficios en 2015.

placeholder Fachada de las oficinas centrales de Wirecard, en Alemania. (Reuters)
Fachada de las oficinas centrales de Wirecard, en Alemania. (Reuters)

Los investigadores en Alemania están indagando si los pagos procesados por los socios externos de Wirecard, incluido Senjo, ayudaron también a crear el agujero en el balance de la empresa. El auditor externo especial de Wirecard, KPMG, dijo en abril que no era capaz de probar que todas las ganancias de transacciones con tarjetas de crédito generadas por los terceros fueran reales. Senjo no respondió a las peticiones de declaraciones.

Los negocios realizados con Senjo y los otros socios ayudaron a Wirecard a incrementar sus beneficios de forma regular. En 2018, con un valor de mercado de casi 30.000 millones de dólares, Wirecard reemplazó a Commerzbank, una de las mayores entidades crediticias de Alemania, en el prestigioso índice Dax 30. La nueva tecnología reemplazaba a las viejas finanzas.

"En los próximos 10 años, nuestra dinámica de crecimiento dejará el auge de los últimos 10 años en la sombra", transmitió Braun a Reuters. Braun era el mayor accionista de la empresa, con más del 7% de las acciones. Cuando los títulos alcanzaron su punto más alto, esa participación valía más de 1.000 millones de dólares.

Antes de ese mismo año, el denunciante envió una queja a la empresa sobre transacciones presuntamente antedatadas.

Wirecard contrató a un bufete de Singapur para llevar a cabo una investigación para encontrar el rastro de las transacciones

Wirecard contrató al bufete de Singapur, Rajah & Tann, para llevar a cabo una investigación. El equipo de Wirecard en Singapur temía que el consejo de Wirecard hubiera elegido a Marsalek y a empleados 'senior' en Singapur que tramitaron las transacciones para supervisar la investigación, según los correos electrónicos.

El director local de 'compliance' escribió al director legal global de Wirecard en mayo de 2018 un 'email' que decía: "Me parece una postura desacertada dados los documentos que tenemos en nuestro poder".

Wirecard declaró el año pasado que la investigación de Rajah & Tann no encontró pruebas concluyentes de fraude o corrupción. La empresa nunca publicó la versión completa del informe final y tildó la investigación de independiente.

'Financial Times' comunicó las quejas del denunciante por primera vez a principios de 2019, provocando una caída brusca en el precio de las acciones de la compañía. Unos meses después, una inversión de 1.000 millones de dólares cerrada por los directivos del conglomerado tecnológico japonés SoftBank dio un impulso a la empresa. Ese octubre, los artículos del 'Financial Times' cuestionaban la relación de Wirecard con socios externos.

placeholder Markus Brown, en una imagen de archivo. (Reuters)
Markus Brown, en una imagen de archivo. (Reuters)

Braun tenía claro que la compañía no tenía nada que esconder. "Todas las relaciones son reales", dijo en una conversación con inversores en noviembre. Ante la insistencia de algunos de ellos, incluido SoftBank, invitó a KPMG a realizar una auditoría externa.

Durante la investigación de KPMG, Braun, Marsalek y el resto del consejo de administración de Wirecard cambiaron el administrador de las cuentas de banco que supuestamente retenían 2.000 millones de dólares, de uno en Singapur se pasaron a un pequeño bufete en Filipinas, según personas cercanas al asunto.

KPMG dijo en un informe el 28 de abril que no podía probar que los ingresos o el dinero fueran reales porque Senjo y otros socios no cooperaban.

El director general dijo que no se habían encontrado pruebas incriminatorias en el informe de KPMG, y las denuncias sobre la empresa y su contabilidad procedentes de vendedores en corto y de los medios de comunicación no se habían confirmado.

El 18 de junio EY declaró que había intentado verificar las cuentas de Wirecard, pero que no había podido conseguirlo. Los documentos eran falsos

Wirecard le dijo a su auditor regular, EY, que los fondos se habían trasladado a dos bancos filipinos, el Banco de Oro y el Banco de las Islas Filipinas.

El 18 de junio, EY declaró que había intentado verificar las cuentas, pero no había podido. Los dos bancos filipinos afirmaron al día siguiente que los documentos que Wirecard había presentado a los auditores eran falsos.

El valor de mercado de Wirecard se estrelló. Braun se vio obligado a vender casi 150 millones de euros en acciones de la empresa para los que ha solicitado un préstamo. El 22 de junio, cogió un avión en Austria y voló a Múnich, donde se entregó voluntariamente a la policía.

Marsalek fue despedido como director de operaciones. Se desconoce su paradero. Las autoridades filipinas dicen que estuvo por última vez en el país en mayo.

Markus Braun construyó Wirecard en una pequeña ciudad a las afueras de Múnich y la convirtió en un gigante de pagos electrónicos.

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