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Precios disparados y cultivos podridos: la crisis alimentaria por el virus ya está aquí
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Precios disparados y cultivos podridos: la crisis alimentaria por el virus ya está aquí

Los fallos en el procesamiento y el transporte, y las compras como resultado del pánico amenazan a las naciones vulnerables: "es una crisis alimentaria con una gran cantidad de alimentos"

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La pandemia del coronavirus azotó al mundo en un momento de abundantes cosechas y amplias reservas de alimentos. Sin embargo, una cascada de restricciones proteccionistas, perturbaciones en el transporte y fallos en el procesamiento han alterado el suministro mundial de alimentos y han puesto en riesgo las regiones más vulnerables del planeta.

"Se puede tener una crisis alimentaria con muchos alimentos. Esa es la situación en la que estamos", dijo Abdolreza Abbassian, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO.

Los precios de los alimentos básicos como el arroz y el trigo han subido en muchas ciudades, en parte debido a las compras derivadas del pánico tras las restricciones a la exportación impuestas en países ansiosos por garantizar suministros suficientes a sus habitantes. Las perturbaciones comerciales y los estados de confinamiento están haciendo que sea más difícil trasladar los productos de las granjas a los mercados, a las plantas de procesamiento y a los puertos, dejando que algunos alimentos se pudran en los campos.

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Al mismo tiempo, más personas en todo el mundo están perdiendo poder adquisitivo a medida que las economías se contraen y los ingresos se recortan o desaparecen. La devaluación monetaria en los países en desarrollo que dependen del turismo o la depreciación de productos básicos como el petróleo han exacerbado esos problemas, haciendo que los alimentos importados sean aún menos asequibles.

"En el pasado, siempre nos hemos enfrentando, o bien a una crisis de demanda, o bien a una crisis de oferta. Sin embargo, en este caso se dan ambas, una crisis de oferta y de demanda al mismo tiempo y a nivel mundial", dijo Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. "Esto hace que sea algo sin precedentes, algo inexplorado".

El PMA advirtió que hasta tres docenas de naciones podrían enfrentarse a hambrunas antes de fin de año, lo que podría llevar a que haya 130 millones de personas más al borde de la inanición.

placeholder Una mujer con mascarilla en un mercado de Costa de Marfil. (Reuters)
Una mujer con mascarilla en un mercado de Costa de Marfil. (Reuters)

En naciones agrícolamente autosuficientes como los Estados Unidos, las consecuencias hasta ahora han sido escasas. Si bien la variedad en los estantes de los supermercados ha podido disminuir un poco, y la industria de procesamiento de la carne ha sufrido algunas interrupciones, no existe una gran escasez de alimentos.

Otros países, ricos y pobres, se enfrentan a desafíos cruciales sobre cómo asegurarse de que sus habitantes tengan suficiente comida en los próximos meses y años.

Sudán del Sur, donde recientemente se formó un nuevo gobierno de unidad para poner fin a una larga guerra civil, es una de las naciones con mayor riesgo. Los datos publicados por la FAO muestran que los precios del trigo en la capital, Yuba, se han disparado un 62% desde febrero. Los precios de la yuca, un alimento básico local también conocido como tapioca, aumentaron un 41%.

"No me puedo imaginar cuánto va a empeorar esto. Las fronteras se han cerrado y no tenemos producción local de alimentos en nuestro país"

"Ni siquiera me quiero imaginar cuánto va a empeorar esto", dijo Mabior Garang, viceministro de Interior del país africano. "Las fronteras se han cerrado y no tenemos ninguna producción local de alimentos en nuestro país. Ya estábamos sufriendo una hambruna precoronavirus. Si añades el coronavirus a la ecuación, esto es una locura".

Los precios de las patatas han subido un 27% desde febrero en Chennai, India, según los datos de la FAO. En Yangon, Myanmar, los precios del garbanzo bengalí han aumentado un 20%.

En la ciudad paquistaní de Lahore, el conductor de una furgoneta, Muhammad Asif, dijo que su familia solía cocinar pollo dos veces por semana antes de la pandemia, y cordero una vez al mes. Ahora, dijo, están consumiendo la menor cantidad de comida posible, subsistiendo a base de alimentos básicos, ya que sus ingresos disminuyeron en un 60%, mientras que los precios de los alimentos en tiendas locales de alimentación aumentaron al menos un 25%.

"El virus ha hecho la vida muy difícil a personas como nosotros. Si la situación continúa así durante un par de meses más, la gente comenzará a arrebatar comida a otros y a robar para satisfacer sus necesidades", dijo Asif.

placeholder Colas para recoger comida en California, Estados Unidos. (Reuters)
Colas para recoger comida en California, Estados Unidos. (Reuters)

La escasez de alimentos ha causado conmoción política a lo largo de la historia de la humanidad. En los años posteriores a la crisis financiera de 2008, un aumento en los precios de los alimentos en todo el mundo ayudó a desatar una ola de agitación y disturbios en muchas partes de Oriente Medio y África. La serie de revueltas de la Primavera Árabe fue en parte causada por un vendedor de verduras tunecino que se prendió fuego en 2010. Hoy, muchos gobiernos temen que las interrupciones en el suministro de alimentos puedan inspirar una rebelión similar.

"La seguridad alimentaria es clave para mantener la estabilidad socioeconómica y política. Podemos ignorar esto solo bajo nuestra cuenta y riesgo", dijo Rodrigo Duterte, el presidente de Filipinas, el mayor importador de arroz del mundo, en la cumbre de líderes del Sudeste Asiático el mes pasado. "Nuestra prioridad más urgente es garantizar un suministro suficiente de arroz para nuestra gente".

A medida que las economías de todo el mundo salgan del confinamiento, los problemas logísticos podrían resolverse, las fronteras podrían comenzar a abrir de nuevo y el comercio de alimentos mejoraría, disminuyendo así algunos riesgos. Sin embargo, no está claro cuántos meses llevaría, una variable que depende de cómo se desarrolle la pandemia.

El mayor peligro a futuro es que la pandemia afecte a la siembra y a la cosecha de los próximos meses, mientras una plaga de langostas amenaza África

Según los economistas, el mayor peligro en el futuro es que los trastornos debidos a la pandemia no afectarán solo a las reservas de alimentos existentes, sino también a la siembra y a la cosecha en los próximos meses. Eso ya está ocurriendo en distintas partes del mundo, al tiempo que una plaga de langostas se está abriendo camino en franjas de África y Asia.

En la India, país que ha estado bajo confinamiento nacional desde el 25 de marzo, la cosecha de tomates y plátanos de Minati Swain se echó a perder en los campos el mes pasado porque las restricciones de movimiento hicieron imposible llevar los productos hasta los mercados locales en el estado oriental de Odisha. Más tarde, las fuertes lluvias destruyeron la cosecha restante de berenjenas de esta granjera de 33 años.

"Ahora ni siquiera tenemos dinero para comprar alimentos del mercado", dijo. "Y si no hay dinero, ¿cómo podemos plantar para la próxima temporada?".

En todo el mundo, las disrupciones en el transporte han hecho que sea prohibitivo o imposible trasladar muchos productos perecederos, especialmente frutas, verduras y pescado, de los productores a los consumidores.

placeholder Dos mujeres reparten comida en India. (Reuters)
Dos mujeres reparten comida en India. (Reuters)

Entre el 1 de enero y el 10 de abril, la capacidad de los buques portacontenedores que transportaban mercancías disminuyó un 30% debido a salidas canceladas. Los que logran llegar a los puertos se enfrentan a nuevos retrasos debido a cuarentenas y aduanas y otras instalaciones cerradas en muchos lugares. Esto hace que, a veces, la carga llegue en mal estado.

Alrededor del 85% de los vuelos de pasajeros en todo el mundo se han cancelado, lo que reduce la capacidad de carga aérea global en un 35% aproximadamente, según la consultora McKinsey & Co.

La India es el mayor exportador mundial de arroz, ayudando a alimentar a países de África y Asia. Actualmente, el exportador de arroz con sede en Nueva Delhi Shri Lal Mahal Group está enviando solo del 15% al 20% de su volumen usual.

"Hay muchísimo arroz en India, pero no podemos enviarlo debido a problemas logísticos". El mayor exportador de India funciona al 20% de lo habitual

"Hay muchísimo arroz en la India", dijo el presidente de la compañía, Prem Garg. "Solo que no podemos exportarlo debido a problemas de logística". Uno de los obstáculos se debe a que, si bien antes había un buque disponible para los mercados europeos cada dos o tres días, ahora solo hay uno cada dos semanas.

Algunos de los otros 10 principales países que venden arroz agravaron la situación imponiendo restricciones a la exportación. Vietnam, el tercer mayor exportador mundial de arroz, detuvo todos los envíos en marzo. Myanmar y Camboya también impusieron restricciones.

El mayor exportador mundial de trigo, Rusia, suspendió el mes pasado las exportaciones hasta julio. Los principales proveedores de trigo de Rumanía, Ucrania y Kazajistán también limitaron las ventas. Turquía restringió la exportación de limones, Tailandia la de huevos de gallina y Serbia la de semillas de girasol.

Aunque desde entonces se han relajado algunas restricciones y Vietnam está reanudando las exportaciones de arroz, esta amenaza proteccionista ha impulsado un aumento global de los precios de algunos productos básicos a pesar de las abundantes cosechas. El arroz tailandés subió un 14% en abril, alcanzando su máximo en siete años, y el trigo del mar Negro ha subido un 7%. No obstante, los precios globales de los cereales han disminuido, y esto se debe en gran parte a los problemas en la industria cárnica.

placeholder Una mujer vende arroz en un mercado de Vietnam. (Reuters)
Una mujer vende arroz en un mercado de Vietnam. (Reuters)

En medio de esta incertidumbre, los principales importadores de alimentos responden acumulando productos básicos esenciales, lo que podría aumentar aún más los precios.

Egipto, el mayor importador de trigo del mundo, rara vez compra trigo del extranjero durante su propia temporada de cosecha, actualmente en curso. Sin embargo, el mes pasado compró grandes cantidades de cereales a Francia y a Rusia, como parte del nuevo plan de la ciudad de El Cairo para almacenar reservas que duren hasta ocho meses. Esas transacciones, dijeron los comerciantes, ayudaron a que aumentasen los precios del trigo a nivel mundial.

"Si preguntas a los gobiernos qué quieren hacer, lo que quieren es acumular reservas, lo cual es un gran problema porque, primero, el precio será inferior mañana y, segundo, no tienen la capacidad de administrar esas reservas adecuadamente", dijo Maximo Torero Cullen, economista jefe de la FAO.

Los importadores más ricos, como son Japón, Taiwán y los Emiratos Árabes Unidos pueden hacer una mejor oferta que otros países más pobres que ya se enfrentan a una escasez de productos. Es en estos países, especialmente en el África subsahariana, donde la inflación alimentaria está golpeando con más fuerza.

"Los agricultores han aumentado los precios de los productos por culpa del confinamiento y la falta de acceso a granjas. Los compradores lo sufrimos"

Nigeria alberga a 200 millones de personas y es uno de los mayores importadores de arroz y trigo del mundo. Sufre las perturbaciones combinadas de unas importaciones más caras, las disrupciones de la producción local y el transporte, y el colapso de los precios mundiales de su principal producto de exportación, el crudo.

Haresh Keswani, cuya empresa Artee Group opera 15 hipermercados SPAR en Nigeria, dijo que tuvo que cerrar cinco puntos de venta porque no podía obtener ni inventario suficiente ni empleados.

"Los agricultores han aumentado los precios de los productos alimenticios debido al confinamiento y a la falta de acceso a sus granjas, y nosotros, los compradores, somos los que estamos ahora sufriendo", dijo Sadiq Usman, un trabajador en la capital de Nigeria, Abuya. "No ha sido fácil alimentar a mi familia, y ahora estamos comiendo solo una vez al día".

placeholder Mercado de comida en Nigeria. (Reuters)
Mercado de comida en Nigeria. (Reuters)

Algunos de los importadores de alimentos más ricos del mundo se han estado preparando para posibles disrupciones desde la crisis anterior de hace una década. Taiwán, que importa dos tercios de sus necesidades calóricas, ha acumulado 900.000 toneladas métricas de arroz en una reserva del gobierno, tres veces la cantidad que su Consejo de agricultura está obligado oficialmente a almacenar. Esas existencias se acumularon antes de la pandemia.

En estos momentos, Taiwán afirma que sus agricultores producirán 1,2 millones de toneladas métricas adicionales en los próximos seis meses, dejando suficientes reservas de arroz para alimentar a su población durante 21 meses.

Los EAU importan alrededor del 90% de sus alimentos. "Una red de 105 supermercados Carrefour en el país aumentó sus existencias de tres meses a cuatro debido a la pandemia", dijo Alain Bejjani, director ejecutivo de Majid al-Futtaim Group, con sede en Dubái, que opera 300 puntos de venta de Carrefour en 16 países. Dijo que los minoristas y el gobierno están en conversaciones sobre cómo aumentar las existencias de artículos clave para un período de 12 meses, algo que requeriría grandes inversiones en almacenamiento e inventario.

"Los proveedores, o no tienen productos o no los están fabricando o no saben como hacérnoslos llegar. No hay carne, frutas ni verduras suficientes

Esas cantidades de almacenamiento serían inviables en Nigeria, dijo Keswani, el ejecutivo de supermercados con sede en Lagos. Como resultado, los supermercados nigerianos en estos momentos tienen, a menudo, estantes vacíos. Solo el 26% de los pedidos de Keswani son atendidos por los proveedores, en comparación con más del 90% antes de la pandemia.

"Los proveedores, o no tienen los productos, o no los están fabricando o no saben cómo hacérnoslos llegar", dijo. "Lo que no está llegando compone una lista enorme. ¿Están llegando frutas y verduras? No. ¿Las carnes llegan regularmente? No. No hay suficiente".

La pandemia del coronavirus azotó al mundo en un momento de abundantes cosechas y amplias reservas de alimentos. Sin embargo, una cascada de restricciones proteccionistas, perturbaciones en el transporte y fallos en el procesamiento han alterado el suministro mundial de alimentos y han puesto en riesgo las regiones más vulnerables del planeta.

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