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Las finanzas del ‘milmillonario pobre’: por qué Musk vende sus casas y se va de alquiler
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Las finanzas del ‘milmillonario pobre’: por qué Musk vende sus casas y se va de alquiler

El consejero delegado de Tesla tiene un patrimonio neto de 39.000 millones de dólares. Pero necesita una cantidad enorme de dinero para poder recibir su último gran bonus

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Cuando estaba a punto de recibir unas opciones sobre acciones que le iban a hacer 1.000 millones de dólares más rico, al menos sobre el papel, Elon Musk hizo un anuncio sorprendente: "Estoy vendiendo casi todas mis propiedades físicas", tuiteó el consejero delegado de Tesla el pasado 1 de mayo. "No seré dueño de ninguna vivienda".

Desde entonces, Musk ha puesto a la venta tres de sus mansiones de California a precios que suman 75 millones de dólares. El jueves pasado, en una conversación por correo electrónico, declaró a 'The Wall Street Journal' que también planea deshacerse de otras cuatro casas en el barrio de Bel-Air de Los Ángeles. Una vez que se vendan, dijo no estar seguro "de dónde me quedaré, pero probablemente alquile una pequeña casa en cualquier parte".

Este nuevo estallido de interés público sobre Musk, famoso por ser un 'enfant terrible' de Twitter, sigue a un largo periodo de relativa calma. Desde el comienzo de la pandemia de covid-19, Musk ha criticado a las autoridades por las normas de confinamiento que han implantado, ha provocado caídas del precio de las acciones de Tesla y ha anunciado el nacimiento de su hijo con la estrella del pop experimental Claire Boucher, conocida como Grimes. Le llamaron X Æ A-12 Musk, en referencia a una de sus canciones favoritas y a un avión militar, entre otros epónimos.

placeholder Mansión de Elon Musk en California.
Mansión de Elon Musk en California.

La decisión de Musk de liquidar todos sus activos vuelve a poner el foco de atención sobre las desconcertantes finanzas personales de un milmillonario que hace unos años afirmó que, en realidad, andaba muy escaso de dinero líquido, según aparece en registros judiciales.

Su participación en Tesla, su empresa de cohetes Space Exploration Technologies (SpaceX) y otros activos suman, a sus 48 años de edad, un patrimonio neto de 39.000 millones de dólares, según 'Forbes'.

Sin embargo, tiene que pedir prestado, y a veces mucho, para poder financiar su estilo de vida y sus inversiones comerciales, sin liquidar las acciones que le ayudan a mantener el control de las empresas que dirige. Alrededor de la mitad de sus acciones de Tesla están empeñadas como garantía de préstamos personales, según muestra un informe financiero del 28 de abril. Mantener su participación en el capital del fabricante de automóviles de Silicon Valley, de alrededor del 20% y valorada en unos 28.000 millones de dólares a cierre del viernes, es importante para él su quiere mantener el control.

Foto: El CEO de Tesla, Elon Musk (Reuters)

Musk no cobra salario en Tesla. Su paquete de remuneración le da derecho a bonus en acciones con un valor potencial de más de 50.000 millones de dólares si la empresa logra ciertos hitos de aquí a 2028. La semana pasada, cumplió con los requisitos del primero de los 12 tramos de ese plan de opciones sobre acciones: el valor de mercado de Tesla se había mantenido por encima de los 100.000 millones de dólares durante el periodo de tiempo acordado. Pero para asegurar el pago de esos 1,69 millones de acciones, con un valor de más de 1.000 millones de dólares, Musk necesita alrededor de 592 millones para poder ejercer la opción sin vender los títulos.

En el intercambio de correos electrónicos con 'The Wall Street Journal', Musk afirma que no está vendiendo sus posesiones porque necesite el dinero: "Estoy tratando de hacer mi vida lo más simple posible en este momento, por lo que solo mantendré las cosas que tienen valor sentimental".

La visión de Musk sobre Tesla y el futuro de los automóviles eléctricos y sin conductor ha avivado el entusiasmo de los inversores, llevando las acciones a niveles récord este año y convirtiendo la compañía en el segundo fabricante de automóviles más grande del mundo por valor de mercado, solo por detrás de Toyota Motor.

placeholder Elon Musk. (Reuters)
Elon Musk. (Reuters)

Sin embargo, el estado de sus finanzas personales es un factor importante para los inversores de Tesla. El hecho de que sus préstamos estén respaldados por acciones crea un riesgo difícil de cuantificar. Si los títulos de Tesla caen por debajo de cierto nivel, las instituciones financieras pueden solicitar el cobro inmediato del capital, a menos que Musk compense la diferencia. Y eso tiene un riesgo, que el ejecutivo pueda tener que vender de golpe una gran cantidad de acciones de la compañía.

"Si se ve obligado a liquidar, la presión a la baja sobre las acciones sería tremenda", apunta Charles Elson, profesor de la Universidad de Delaware y experto en gobierno corporativo.

Los fondos bajistas han especulado intensamente sobre el momento en que Musk podría verse obligado a vender. Esos inversores han hecho grandes apuestas de que el fabricante de coches eléctricos está sobrevalorado, por lo que se beneficiarían si las acciones caen. Su previsión es que si los bancos ejecutan a Musk la cláusula de devolución anticipada, eso aplastaría la cotización de la compañía.

El Sr. Musk podría verse obligado por una o más de las instituciones bancarias a vender acciones ordinarias de Tesla en virtud de sus préstamos

En la documentación que presenta al regulador, Tesla ha informado sobre este riesgo. "Si el precio de nuestras acciones ordinarias disminuyera sustancialmente y el señor Musk no pudiera evitar la venta de las acciones pignoradas [por ejemplo, aportando una garantía adicional o reduciendo su apalancamiento], el Sr. Musk podría verse obligado por una o más de las instituciones bancarias a vender acciones ordinarias de Tesla en virtud de los términos de sus préstamos. Cualquiera de esas ventas podría hacer que el precio de nuestras acciones ordinarias disminuyera", declara la empresa en una presentación de febrero.

Por ahora, se trata de preocupaciones hipotéticas. Las acciones de Tesla se han disparado. Los títulos han subido un 96% este año, a precios de cierre del viernes pasado, a pesar del riesgo de una recesión mundial provocada por la pandemia del covid-19. Aun así, los analistas todavía esperan que Tesla registre en 2020 su primer beneficio anual, según la base de datos de FactSet.

A escena

Los inversores de Tesla se han acostumbrado ya a las turbulencias que provoca Musk, a menudo desde su cuenta de Twitter, incluido su desastroso tuit de 2018, en el que afirmó haber conseguido financiación para excluir a Tesla de bolsa.

El año pasado, Musk parecía más centrado en enviar astronautas al espacio y en abrir cuanto antes una fábrica de automóviles en China. Pero desde entonces ha aprovechado la pandemia para volver a las provocaciones en público.

Musk ha estado presionando para mantener abierta la única fábrica de Tesla en EEUU, cerca de San Francisco, desde que el gobierno ordenó su cierre. La compañía finalmente paró la producción el 23 de marzo. Justo después se enzarzó en una batalla en Twitter con aquellos que criticaron las máquinas que había donado a los hospitales para combatir el coronavirus y que cuestionaban que pudieran considerarse respiradores adecuados. Cuando las autoridades locales anunciaron la semana pasada que extenderían las medidas de confinamiento, Musk comparó esas decisiones con el fascismo.

También ha intensificado los comentarios sobre su vida personal. Cuando reveló los planes de vender sus propiedades y pertenencias, dejó ver en Twitter que Boucher [su pareja y madre de su hijo] estaba enfadada con él. También tuvo un encontronazo con ella sobre el nombre de su bebé, X Æ A-12 Musk.

Boucher tuiteó una explicación: X es "la variable desconocida", escribió, mientras que Æ es "mi traducción élfica de Ai (amor y/o inteligencia artificial)", y "A-12 = precursor de SR-17 (nuestro avión favorito)" más "Arcángel, mi canción favorita". Pero Musk la corrigió. El avión era el SR-71, un avión de reconocimiento de EEUU, más conocido como el Blackbird, tuiteó.

La pareja tampoco parece estar de acuerdo en la forma en que se pronuncia. Boucher escribió en Instagram que era "sólo X, como la letra X. Luego A.I. Como la letra A y luego I". Musk en un podcast emitido la semana pasada lo pronunció "x-ash-a-12".

Cuando se le preguntó por Twitter sobre la venta de sus bienes inmuebles y demás pertenencias, Musk respondió: "No necesito el dinero. Me dedico a Marte y a la Tierra. Las posesiones sólo sirven para agobiarte".

Musk también fijó unas normas para la venta de una de las propiedades, una casa de 256 metros cuadrados en Bel-Air. que fue propiedad del difunto comediante Gene Wilder y que salió a la venta por 9,5 millones de dólares. "No puede ser demolida ni perder su alma", escribió.

Musk también incluyó en la lista una mansión en Bel-Air de 1.509 metros cuadrados que adquirió en 2012 y, el martes, una finca de 190.200 metros cuadrados con una mansión centenaria con vistas a la bahía de San Francisco, conocida como Guigne Court. La compró en 2017 por 23,4 millones de dólares.

"Esta es una elección muy personal y no es algo que yo recomendaría a todo el mundo", apunta Musk a The Wall Street Journal. "Si alguien quiere tener o construir ahí una gran casa y eso le hace feliz, creo que es totalmente genial".

Aunque para Musk las propiedades son prescindibles, lo que no le gusta nada es vender acciones, si bien se deshizo de algunas para abonar los impuestos por las opciones sobre acciones que ejecutó en el pasado. Musk afirmó a The Wall Street Journal en 2016 que no planeaba vender nunca sus títulos de Tesla. Y, de hecho, desde entonces ha comprado más.

Esa reticencia a desprenderse de las acciones explica por qué ha tenido problemas de liquidez. La venta de esos títulos debilitaría su control sobre Tesla. A diferencia de los fundadores de Facebook y Google, Musk carece de una estructura con dos clases de acciones, que le puedan otorgar un superpoder de voto sobre los accionistas ordinarios. Cuando Tesla salió a bolsa en 2010, ese sistema de propiedad no era habitual.

En su lugar, Musk confía en los estatutos de Tesla, que requieren un voto de mayoría cualificada para realizar grandes cambios corporativos. Con su participación de aproximadamente el 20%, el ejecutivo puede vetar sin problemas un intento de adquisición o cualquier otra medida no deseada.

Los hitos establecidos en el sistema de compensación de Musk están diseñados para alentarlo a perseguir objetivos a largo plazo. Sin embargo, la posibilidad de pedir prestadas grandes sumas de dinero usando un número significativo de acciones como garantía, le da motivos para vigilar el movimiento diario de las acciones. La caída de la cotización podría desencadenar que los bancos activasen la cláusula que les permite pedir la devolución anticipada del préstamo.

"Hay muchos incentivos a corto plazo para que el fundador quiera hacer subir el precio de las acciones", afirma Andy Challenger, vicepresidente senior de la empresa de asesoramiento laboral Challenger, Gray & Christmas.

'Financieramente ilíquido'

Musk nunca ha hecho públicos los términos y condiciones de esos préstamos. En el pasado, aseguró que las acciones sólo representan un pequeño porcentaje de su patrimonio y que podría empeñar más si fuera necesario. Sin embargo, Musk ha seguido endeudándose, lo que ha avivado las preguntas sobre cómo planea pagar.

"En algún momento habrá que devolver ese dinero", advierte Elson [experto en gobernanza corporativa de la Universidad de Delaware]. "Ese es el interrogante".

Musk ha comprometido ya el 54% de sus acciones de Tesla, que el pasado viernes valían unos 15.000 millones de dólares, como garantía de los préstamos que tenía pedidos a finales del año pasado, según los registros publicados el 28 de abril. La cifra contrasta con el 40% del año anterior. Se desconoce si alguna de las acciones de Musk en SpaceX se ha utilizado para pedir préstamos, aunque registros judiciales indican que así lo ha hecho en el pasado.

La junta de Tesla ha limitado la capacidad de Musk de pedir créditos usando las acciones de la compañía como garantía: solo puede obtener el 25% del valor de los títulos que pignore.

En febrero, los préstamos que Musk tenía registrados a través de líneas de crédito con Morgan Stanley, Goldman Sachs Group y Bank of America sumaban 548 millones de dólares, según los documentos que revelan su relación con los bancos que prestan servicios a Tesla. No ha sido posible conocer la cantidad total que Musk ha pedido prestada, incluyendo las de otros bancos. Las preguntas sobre su deuda personal quedaron sin respuesta por su parte.

Antes de que Tesla saliera a bolsa, Musk declaró ante el juez que dictaminaba sobre el disputado divorcio con su primera esposa que se había quedado sin dinero en efectivo y que había tenido que pedir préstamos de emergencia de amigos para mantener a su familia y pagar los gastos de subsistencia.

Musk aseguró entonces al juez que su patrimonio estaba en gran parte vinculado a Tesla, SpaceX y SolarCity, una empresa de energía que él supervisaba como presidente. "No tengo otras inversiones que pueda vender fácilmente para obtener dinero", dijo Musk en su declaración judicial. "Mi posición de liquidez es muy limitada. Hace unos cuatro meses, me quedé sin nada de efectivo".

Musk indicó en el acta del tribunal que, si bien era propietario de un jet privado, el mercado de aeronaves en ese momento estaba en depresión. "Si lo vendiera", dijo, "probablemente tendría que ser a precio de derribo".

En 2016, mientras Musk trataba de persuadir a los inversores de que aprobaran sus planes para que Tesla adquiriera SolarCity, que entonces pasaba por dificultades, su hermano, Kimbal Musk, vio como los bancos ejecutaban las garantías de los préstamos vinculados a las acciones que él mismo poseía en SolarCity, según los registros judiciales. El pequeño de los Musk, que intentaba expandir su negocio de restaurantes, presionó a su hermano mayor para que le diera un préstamo, pero este lo rechazó.

"¿Sabes que en realidad no tengo dinero en efectivo, verdad?", respondió a su hermano menor, según los registros del tribunal. "Tengo que pedir créditos".

El año pasado, la capacidad de Musk para disponer de liquidez volvió a la luz pública. Fue durante una demanda por difamación por los comentarios que hizo sobre un hombre que participó en el rescate de un equipo de fútbol tailandés en una cueva inundada en 2018. Un abogado que participaba en el caso mencionó en uno de sus escritos que Musk se había descrito a sí mismo como "financieramente ilíquido".

Según documentación oficial, Musk tiene dos formas de utilizar sus opciones de compra de acciones. Una implica pagar 350,02 dólares por acción, las que cerraron el viernes a 819,42 dólares. Otra opción es ejercer las opciones y simultáneamente vender las acciones para pagar los $350.02 por acción del precio de ejecución y cualquier impuesto derivado. Aunque esta última opción no requiere dinero en efectivo por adelantado, le dejaría con un menor número de acciones.

La sucesión de hitos a los que está vinculada la remuneración de Musk ha recibido atención desde enero, cuando Tesla alcanzó un valor de mercado de 100.000 millones de dólares. Tiene hasta el 20 de enero de 2028 para ejercer sus opciones de compra de acciones, siempre y cuando siga siendo empleado de la empresa, o, en caso de que se vaya, en el plazo de un año. Musk aún dispone de varios millones de opciones sobre acciones del pasado sin ejecutar.

Mientras Musk presionaba para reabrir su fábrica de automóviles de California y describía la respuesta del gobierno ante la pandemia como exagerada, ha recibido críticas por actuar como un milmillonario irresponsable.

Musk afirmó en una entrevista retransmitida en el podcast de Joe Rogan el pasado jueves que el hecho de tener muchas propiedades ha hecho que la gente ataque su forma de ser.

La gente parece confundir el gastar dinero con ganarlo creando negocios exitosos, aseguró: "En los últimos años, ser milmillonario se ha convertido en... algo peyorativo, como si fuera algo malo, que es algo que no creo que tenga mucho sentido en la mayoría de los casos".

Cuando estaba a punto de recibir unas opciones sobre acciones que le iban a hacer 1.000 millones de dólares más rico, al menos sobre el papel, Elon Musk hizo un anuncio sorprendente: "Estoy vendiendo casi todas mis propiedades físicas", tuiteó el consejero delegado de Tesla el pasado 1 de mayo. "No seré dueño de ninguna vivienda".

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