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La escritora de Wuhan que se enfrenta al comunismo chino y se convierte en estrella
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La escritora de Wuhan que se enfrenta al comunismo chino y se convierte en estrella

Se desata el debate sobre la libertad de expresión después de que Wang Fang, conocida por millones de personas como Fang Fang, documentara la vida y la muerte en una ciudad confinada y devastada por el coronavirus

Foto: La escritora Wang Fang
La escritora Wang Fang
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Poco después de que la máxima autoridad de la metrópolis china de Wuhan, devastada por el coronavirus, instara a los residentes a mostrar su gratitud al Partido Comunista por contener el contagio, una estrella literaria local escribió una crítica hiriente.

"El gobierno es el gobierno del pueblo; existe para servir a la gente", escribió Wang Fang, una escritora china más conocida por su seudónimo, Fang Fang, en una publicación en las redes sociales. "Por favor, dejen aparte su arrogancia y muestren humildemente gratitud a sus maestros, los millones de personas de Wuhan".

La publicación de Wang del 7 de marzo fue la entrada número 43 del 'Diario desde una ciudad sellada' ('Diary from a Sealed City'), un relato sombrío sobre la vida y la muerte bajo la cuarentena masiva en Wuhan que ha cosechado millones de visitas y obtenido elogios de los lectores por su autenticidad. Una enmienda al coro de triunfalismo formado por los medios estatales sobre la batalla del Partido Comunista contra el patógeno mortal.

El diario de Wang se ha convertido en un foco importante de amargo debate 'online' sobre la libertad de expresión que se desvía de la narrativa oficial impulsada con creciente asertividad bajo el mandato del presidente Xi Jinping.

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Como un raro ejemplo de comentario crítico sobre la pandemia, el diario también sugiere que siguen existiendo vacíos en el sistema de control de información por parte del Partido Comunista para aquellos que son lo suficientemente hábiles como para explotarlos.

Los errores del gobierno en el manejo del brote inicial ha sido un tema recurrente para Wang, quien reprobó repetidamente a las autoridades locales por engañar a los residentes y hacerles creer que la enfermedad no era muy contagiosa y que se podía controlar, actuaciones que ella piensa que han costado innumerables vidas.
China, que ha reportado más de 81.000 casos de coronavirus y aproximadamente 3.300 muertes, ha declarado que han tenido éxito en contener las transmisiones locales, ya que las infecciones importadas representaron la mayoría de los nuevos casos en las últimas semanas.

placeholder Un ciudadano saluda durante una ceremonia en la que la bandera nacional china se posiciona a media asta, en la Plaza Tiananmen en Beijing. (EFE)
Un ciudadano saluda durante una ceremonia en la que la bandera nacional china se posiciona a media asta, en la Plaza Tiananmen en Beijing. (EFE)

La escritora publicó la entrada número 60, a la que llamó su entrada final, poco después de la medianoche del 25 de marzo, horas después de que las autoridades informaran de que el confinamiento extraordinario de la ciudad finalizaría el 8 de abril. Sus seguidores expresaron su agradecimiento mientras los críticos volvieron a acusarla de estar difundiendo rumores y socavando la unidad nacional.

"Gracias, Maestra Fang Fang, por soportar la tempestad de calumnias y abusos, y por aportar a la gente todo un mundo de pensamiento racional", escribió un usuario de la plataforma de 'microblogging' Weibo, similar a Twitter. "Persevera, estamos todos aquí". Otro usuario aplaudió el final del diario, diciendo que a Wang le habían "lavado el cerebro la democracia, la libertad y el feminismo estadounidenses".

Las autoridades parecen haber permitido que el diario de Wang permaneciese 'online' como "válvula de escape a las emociones públicas"

El diario fue perseguido por la censura durante gran parte de los últimos dos meses. Las entradas eran borradas repetidamente de la popular aplicación de redes sociales, WeChat, mientras que ciertas publicaciones que Wang realizó en Weibo fueron bloqueadas. 'Caixin', una respetada revista de negocios china, y Jinri Toutiao, una aplicación de agregación de noticias, ayudaron a Wang a eludir la censura al publicar su diario en estas plataformas, donde a menudo recibían de decenas de miles a cientos de miles de visitas por cada publicación.

Las autoridades parecen haber permitido que el diario de Wang permaneciese 'online' como "válvula de escape a las emociones públicas" y una vía para monitorear el sentir de la población, dijo Wu Qiang, un investigador político chino y antiguo profesor en Tsinghua University en Beijing. Otros críticos, sin embargo, parecen haber sido silenciados por el gobierno. En febrero, al menos dos personas desaparecieron tras documentar las condiciones en Wuhan con vídeos 'online'. Un destacado profesor de Tsinghua University, Xu Zhangrun, también permaneció en silencio después de escribir un ensayo crítico sobre el manejo del coronavirus por parte del presidente Xi, según han declarado amigos y conocidos.

placeholder Un residente que usa un equipo de protección revisa su teléfono móvil en Wuhan. (EFE)
Un residente que usa un equipo de protección revisa su teléfono móvil en Wuhan. (EFE)

Un magnate de la propiedad inmobiliaria retirado y miembro políticamente conectado del Partido Comunista, Ren Zhiqiang, desapareció a mediados de marzo después de atacar al liderazgo de Xi en un ensayo que compartió 'online', según personas que conocen a Ren. Los esfuerzos para conectar con Wang, de 64 años, no tuvieron éxito. En las entradas del diario y en comentarios de Weibo describió a sus críticos más vehementes como fanáticos ideológicos que buscan suprimir el pensamiento independiente.

"La gente como nosotros está en un campo de batalla, y Fang Fang es la corresponsal de guerra más destacada", dijo Tang Yiming, profesor de clásicos chinos en Wuhan, en una entrevista ampliamente leída que fue publicada en las redes sociales. Algunos nativos de Wuhan dicen que el diario les ha aportado una tabla de salvación emocional e intelectual. Una vecina que ha estado separada de su familia durante más de dos meses dijo que había leído repetidamente una entrada en la que Wang se refería a las muertes por el coronavirus como homicidio involuntario debido a errores del gobierno en su respuesta a la crisis.

"Cada vez que leo ese artículo quiero llorar", dijo

Wang se mudó de la ciudad oriental de Nanjing a Wuhan, más al interior, cuando tenía 2 años. Superó allí la Revolución Cultural radical de Mao Zedong cuando era adolescente, trabajó como estibadora junto al río Yangtsé y se convirtió en guionista para la emisora de radio provincial mientras se dedicaba a la escritura de ficción.

Una consumada autora con docenas de relatos cortos y novelas publicadas a su nombre, una vez fue presidenta de la Asociación oficial de escritores en Hubei, cuya capital de provincia es Wuhan. En 2010, ganó el prestigioso Premio Literario Lu Xun de China por su novela romántica 'Qinduankou', sobre un grupo de amigos cuyas vidas se ven trastocadas por el colapso mortal de un puente.

La propia vida de Wang sufrió una sacudida cuando las autoridades confinaron a la ciudad de Wuhan el 23 de enero. Poco después, una amiga le sugirió que escribiera sobre el hecho de estar forzada a vivir una cuarentena sin precedentes. "Al escuchar esto, sentí que mientras pudiera seguir publicando palabras, debería continuar haciéndolo", escribió en su primera entrada el 25 de enero.

"Los hogares cerrados en una ciudad sellada se sienten desesperados, la gente está llorando en medio de una epidemia"

Durante los dos meses siguientes, lamentó la creciente cifra de muertos, relató anécdotas de amigos médicos, describió fragmentos de la vida diaria y recriminó los errores del gobierno, que según ella habían exacerbado el brote. Su prosa a menudo era sencilla e hiriente. "En estos días, los fallecidos parecen acercarse cada vez más a mí", escribió. "El primo de un vecino murió. El hermano menor de un conocido murió. El padre, la madre y la esposa de un amigo murieron, y luego él mismo murió. Las lágrimas no llegan cuando la gente llora".

A veces dejaba mensajes crípticos. A un tal "Sr. XYM" de la cercana ciudad de Huanggang, le ofreció su adaptación del 'Verso de los Siete Pasos' ('Seven Steps Verse'), un poema que se remonta al menos al siglo quinto. "Los hogares cerrados en una ciudad sellada se sienten desesperados, la gente está llorando en medio de una epidemia", escribió. "Todos sufrimos el mismo desastre, ¿por qué correr a hacer sufrir a los demás?".

Wang citó a menudo las declaraciones iniciales del gobierno de Wuhan que decían que no se sabía que la enfermedad se transmitiera entre humanos y que un contagio era "prevenible y controlable". Ella calumnió la burocracia del Partido Comunista por dejar que los altos mandos no ofrecieran información verdadera sobre las necesidades de los chinos. "Este no es enteramente un problema de índole moral, sino más bien parte de cierta maquinaria", escribió. "El funcionamiento rápido de esta maquinaria hace que sus miradas solo se fijen en sus superiores y se vuelvan incapaces de ver a las masas de gente corriente".

Su popularidad incluso obligó a intervenir a personalidades de los medios de comunicación estatales. Hu Xijin, jefe de redacción del tabloide nacionalista del Partido Comunista 'Global Times' dijo que sus escritos deberían tolerarse como un toque de color en el mosaico de historias que documentan la batalla de China contra el coronavirus.

"Cuando Wuhan se enfrentó a sus mayores dificultades, el Diario Fang Fang actuó sobre la fibra sensible de nuestra psique colectiva", escribió Hu en Weibo. Wang alternaba entre injurias y persuasión al hablar de sus detractores. En respuesta a un ensayo anónimo, supuestamente escrito por un joven de 16 años, que sugería que Wang estaba siendo desagradecida por la respuesta del gobierno a la epidemia, ella respondió describiendo cómo superó las ideas radicales que le introdujeron a la fuerza durante la Revolución Cultural entre 1966 y 1976.

"Usted y sus compañeros tendrán momentos como este en el futuro, en los que lucharán contra sí mismos para limpiar la basura y toxinas que fueron vertidas en sus mentes adolescentes", escribió. En su entrada final, comparó a sus críticos de "extrema izquierda" con un coronavirus que está infectando y dañando a la sociedad china, a la vez que agradeció a sus millones de lectores por darle aliento.

"Durante estos días, nunca me he sentido sola", escribió a sus 4,2 millones de seguidores en Weibo, concluyendo con una cita de la Biblia: "He librado una buena batalla, he terminado la carrera, he mantenido la fe".

Poco después de que la máxima autoridad de la metrópolis china de Wuhan, devastada por el coronavirus, instara a los residentes a mostrar su gratitud al Partido Comunista por contener el contagio, una estrella literaria local escribió una crítica hiriente.

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