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Yellen enfría la subida de los tipos en junio a la espera de más crecimiento e inflación
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REUNIÓN DE LA RESERVA FEDERAL

Yellen enfría la subida de los tipos en junio a la espera de más crecimiento e inflación

Ya no habrá reuniones de transición. En adelante, cualquier cita acogerá la primera subida de los tipos en EEUU desde 2006. Pero Yellen no ha abonado el terreno lo suficiente para que sea en junio

Foto: La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen

Los bancos centrales se mueven en el delicado alambre de los detalles. Y el comunicadocon el que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, ha despachado la reunión de política monetaria de abril está repleta de ellos. Con todo, el más importante de todos es uno que no está. Pero que se intuye. Tras nueve años sin subir los tipos de interés y tras más de seis años con el precio del dinero congelado en el mínimo histórico del 0-0,25%, si la entidad pretende elevar los intereses en la próxima cita, que se celebrará a mediados de junio, tendría que haber abonado el terreno para semejante movimiento de manera muy clara. Y no lo ha hecho, con lo que la sensación imperante es que dejará esa decisión para más adelante. Los pronósticos retrasan ese repunte hasta septiembre.

Lo que sí ha dejado claro es que ya no habrá reunionesde transición. En marzo declaró textualmente que no iba a adoptar medida alguna sobre los tipos en la cita monetaria de abril. Es decir, la que ha terminado este miércoles. Pero, en adelante, cualquier cónclave del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la Fed que define la política monetaria en EEUU, podrá acoger ese repunte de los intereses, porque la institución presidida por Janet Yellen ha prescindido ya de las referencias directas a las siguientes reuniones. Vamos, que da otro paso en la secuencia que viene protagonizando para procurarse la mayor flexibilidad posible.

Más dudas que certezas

Yellen, por tanto, se vuelve más datodependiente que nunca. La cuestiónreside, precisamente, en que los datos no terminan de impulsar esa primera subida de los tipos. No es para menos, después de que este miércoles, unas horas antes de conocer el comunicado de la Fed, se haya conocido que la economía estadounidense apenas creció un 0,2% entre enero y marzo, el menor ritmo desde el primer trimestre de 2014.

El Departamento de Comercio ha justificado este mal dato, que ha sido inferior al 1% previsto y al 2,2% del último trimestre de 2014, por cuatro motivos fundamentales. El primero, la fortaleza del dólar. El segundo, la caída del petróleo. El tercero,la climatología adversa. Y el cuarto, las huelgas en los aeropuertos. Vamos, dos con apariencia de ser permanentes -los dos primeros- y otros dos con visos de ser temporales -los dos últimos-.

La Fed está de acuerdo con esta descomposición. Aunque reconoce que "el crecimiento económico se ha moderado en los meses invernales", lo achaca a "factores transitorios". Partiendo de esta premisa, la Fed mezcla impresiones positivas con otras que no lo son tanto. Admite que "los ingresos reales de los hogares subieron fuertemente", sobre todo por la caída del crudo, y que "la confianza del consumidor permanece alta".

Sin embargo, fuera de estas observaciones el primer párrafo del comunicado de la entidad arroja más dudas que certezas sobre la solidez de la recuperación. El ritmo de creación de empleo "se ha moderado"; también "ha declinado" el crecimiento en el consumo de los hogares; la inversión empresarial se ha "debilitado"; las exportaciones "han bajado"; y la inflación continúa por debajo del objetivo del 2% por el descenso del precio de la energía y por el abaratamiento de los precios importados, algo que en lo que repercute de forma directa la apreciación del dólar. Aunque el billete verde ha reculado de los 1,05 a los 1,11 dólares por euro en las últimas semanas, en lo que va de año todavía se revaloriza un 9% contra la divisa europea.

Con este escenario, parece difícil que la Fed eleve los tipos en junio. Tras haber llegado más lejos que nunca con su política monetaria, la impresión es que Yellen y sus compañeros del CFMAharán buenos los pronósticos y preferirán demorarse antes que precipitarse a la hora de elevar los tipos. La propia Yellen lo dejó claro en marzo, cuando avanzó que la Fed no será "impaciente" con la subida de los intereses y que, en todo caso, ejecutará un incrementotranquilodel precio del dinero. Vamos, que necesita sentirse más cómoda, con un escenario de mayor crecimiento y una inflación más próxima al 2%, cuando inclusola Fed la sitúa por debajo del1% este año, antes de emprender esa progresiva normalización de las condiciones monetarias.

Tercera unanimidad consecutiva

Y aún hay otro detalle nada menor que conviene introducir en la ecuación. Yellen se está tomando tan en serio la transición tranquila y milimétrica hacia la primera subida de los tipos y está tratanto de ser tan equilibrada con los comunicados y los mensajes, que todos los miembros del CFMA han votado a favor del comunicado. Es decir, la votación ha sido unánime por tercera reunión consecutiva, algo que no pasaba desde 2011. Si verdaderamente la primera subida de los tipos estuviera tan próxima como en junio, alguno de los miembros más blandos del CFMA, como Dennis Lockhart, hubiera votado en contra.

Con todo, para conocer con más profundidadlos debates en el seno del CFMA habrá que esperar cuatro semanas. En concreto, hasta el 20 de mayo, fecha en la que la Fed ofrecerá las actas de la reunión que ha concluido este miércoles. Ofrecerán una impresión aún más precisa sobre las verdaderas prisas de la entidad para acometer el primer aumento de los tipos desde 2006.

Los bancos centrales se mueven en el delicado alambre de los detalles. Y el comunicadocon el que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, ha despachado la reunión de política monetaria de abril está repleta de ellos. Con todo, el más importante de todos es uno que no está. Pero que se intuye. Tras nueve años sin subir los tipos de interés y tras más de seis años con el precio del dinero congelado en el mínimo histórico del 0-0,25%, si la entidad pretende elevar los intereses en la próxima cita, que se celebrará a mediados de junio, tendría que haber abonado el terreno para semejante movimiento de manera muy clara. Y no lo ha hecho, con lo que la sensación imperante es que dejará esa decisión para más adelante. Los pronósticos retrasan ese repunte hasta septiembre.

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