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El termómetro de la tensión griega: la prima baja de los 1.000 puntos básicos
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El bono a 3 años sigue pagando un 17%

El termómetro de la tensión griega: la prima baja de los 1.000 puntos básicos

Si hay algo de lo que no se puede dudar es de la mano de hierro de Alemania. Por mucho que Grecia saque a su lado más rebelde, la autoridad se acabará imponiendo

Foto: El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis (R), y su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis (R), y su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble

Si hay algo de lo que no se puede dudar es de la mano de hierro de Alemania. Por mucho que Grecia saque a relucir su lado más rebelde, al final la autoridad del padre se acaba imponiendo. Y eso eso lo que empezó a hacer ayer el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, que dejó las cosas claras a su homólogo heleno, Yanis Varufakis. Se acabó la tontería, le vino a decir en una tensa reunión entre ambos de la que la principal conclusión que se ha extraído es que se va a seguir negociando con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, es decir, la llamada Troika que el partido de Syriza dijo que no reconocía como interlocutor válido.

Y esta determinación de Europa por evitar el suicidio económico de Grecia y, de paso, ahorrarle a la región más de un quebradero de cabeza y la inestabilidad que supondría la salida de un miembro del euro, ha sido bien recibida en el mercado. La prima de riesgo griega, que se ha convertido en el termómetro de la tensión que genera este asunto, vuelve a situarse por debajo de la barrera psicológica de los 1.000 puntos básicos, con el interés del bono a diez años en el 9,9%.

No ocurre lo mismo en los plazos más cortos, que son los que se están llevando la peor parte de todo este vaivén a cuenta del rescate que expira el próximo 28 de febrero y la cruzada helena contra la austeridad y por la reestructuración de la deuda. El interés de las letras a tres meses continúa estando por encima del 6,5%, mientras que a seis meses se mantiene en el 4%, El bono a tres años, el que genera más dudas en el mercado, sigue siendo el que más riesgo tiene para los inversores, y las rentabilidades que ofrece no se apean del 17% frente al 13% que se paga por el cinco años.

Ayer, tras la pseudo tregua de las sesiones previas, el miedo volvió a sacudir con fuerza a los activos griegos en el mercado, desde la renta fija a la variable. El motivo esta vez fue la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de admitir a los bancos helenos como garantía deuda del país para obtener liquidez, con lo que se les cierra una vía de financiación importante, una vez que el mercado no quiere saber nada de ellos en este sentido y les exige más de un 19% para prestarles dinero. Es, sin duda, una medida de presión orquestada desde el núcleo duro de la Troika para forzar al nuevo Gobierno de Alexis Tsipras a seguir negociando y a bajar un poco los humos.

Así, las caídas llegaron a superar el 8% en la Bolsa de Atenas, aunque fueron poco a poco moderándose a lo largo de la sesión. Hoy el parqué ha recogido con caídas del 2% las nuevas informaciones de el culebrón heleno.

Si hay algo de lo que no se puede dudar es de la mano de hierro de Alemania. Por mucho que Grecia saque a relucir su lado más rebelde, al final la autoridad del padre se acaba imponiendo. Y eso eso lo que empezó a hacer ayer el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, que dejó las cosas claras a su homólogo heleno, Yanis Varufakis. Se acabó la tontería, le vino a decir en una tensa reunión entre ambos de la que la principal conclusión que se ha extraído es que se va a seguir negociando con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, es decir, la llamada Troika que el partido de Syriza dijo que no reconocía como interlocutor válido.

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