El petróleo, Grecia... y el Santander: los tres golpes que dejan al Ibex en niveles de 2013

Primero, el gancho del petróleo. Luego, el crochet de Grecia. Y por último, el cruzado, directo a la mandíbula, del Santander. Estos tres golpes, todos seguidos y en la misma semana, han dejado noqueado al Ibex 35.

El índice de referencia en la bolsa española ha cerrado este viernes en los 9.719 puntos. Hay que remontarse ya hasta 2013 para verlo más bajo. Y todo ello tras dejarse un 6% en el conjunto de las últimas cinco jornadas, un descenso que provoca que en lo que va de año presente en su marcador unas caídas del 5,4%.

De lo tres, el puñetazo más duro, el que más daño ha hecho al índice, ha sido el del banco cántabro. Banco Santander anunció el pasado jueves una ampliación de capital por valor de 7.500 millones de euros y una reducción de su dividendo que tuvo un impacto enorme en el mercado en la sesión del viernes. Tanta, que el Ibex 35 sufrió su mayor caída desde septiembre de 2012 y el banco se hundió un 14%, hasta los 5,89 euros, su cotización más baja desde septiembre de 2013.

Este descenso adelgazó su capitalización bursátil en más de 12.000 millones de euros, hasta los 74.122 millones. Y si no hubiera sido porque Inditex cedió el viernes casi un 2%, hubiera perdido su condición de ser la compañía española con un mayor valor bursátil. Eso sí, la distancia entre ambos se ha estrechado y apenas les separan ya 1.000 millones de euros.

Pero ese varapalo del 14% tuvo más implicaciones. Teniendo en cuenta que cuando empezó la jornada el Santander representaba casi el 20% del Ibex, su descenso resultó determinante en el castigo que sufrió el índice. Un dato lo confirma: la entidad aportó 260 puntos de los 396 que cedió el índice español en la última sesión de la semana.

Y, por supuesto, el puñetazo Santander ha contagiado a todo el sector financiero. En la sesión del viernes todas las entidades del selectivo fueron barridas por la fuerza del desplome del banco cántabro.

La más afectada, su principal competidora, BBVA, que cedió un 3,1%. Banco Sabadell se dejó un 2,3%, Caixabank y Bankia perdieron un 1,7%, Bankinter retrocedió un 1,2% y Popular bajó medio punto.

El segundo golpe que más daño ha hecho ha sido el del petróleo. Aunque la caída del precio abarata los costes energéticos y supone un estímulo para las economías dependientes energéticamente, como es el caso de España, el descenso tan acusado que está sufriendo también introduce volatilidad y nerviosismo en los mercados por los retrocesos que causa en las petroleras.

Por el momento, el rumbo del petróleo dista mucho de darse la vuelta. La materia prima vive una corrección imparable que se agudiza semana a semana. En los últimos cinco días el Brent europeo ha perdido algo más del 11%, hasta caer a 50,1 dólares, lo que ahonda en sus mínimos de 2009. Y a sus espaldas carga ya con siete semanas consecutivas a la baja. El Texas americano también ha sufrido una caída fuerte, de algo más del 9%, hasta los 48,3 dólares.

Y el tercer puñetazo ha sido el que provoca la incertidumbre que traslada Grecia. Aunque su impacto ha sido por el momento menos fiero de lo esperado, sí es uno de esos golpes que no tumba, pero sí desgasta.

Las elecciones griegas están a la vuelta de la esquina y, antes de que los ciudadanos acudan a las urnas, los políticos van desgranando sus programas en diferentes mítines que están provocando la atención de toda Europa.

Syriza es partido el más vigilado, ya que es el que tiene todas las de ganar, según los sondeos. Por ello, algunas de las voces más destacadas en el ámbito de la economía de Europa, como el presidente del IFO alemán, se están pronunciando al respecto. De hecho, las palabras de Hans-Werner Sinn han creado polémica, pues esta semana ha afirmado que Grecia tendrá que salir del euro si acaba ganando Syriza y lleva a cabo una quita de su deuda.

En este contexto, la bolsa helena sigue hundiéndose. En esta semana se ha dejado un 6,7% y ya cotiza en el nivel de los 770 puntos. Teniendo en cuenta que a principios de diciembre se movia por encima de los 1.000, en el último mes ha perdido cerca de un 20%.

En este contexto se sitúa el euro, otro que no hace más que caer. De hecho, ha vuelto a niveles de 2005. Esta semana se ha depreciado un 1,3% contra el dólar, lo que deja el cambio en 1,18 dólares, aunque ha llegado a estar en 1,17 dólares. Esto supone una caída del 15% frente a la moneda americana desde que en marzo del año pasado subiese a 1,39.

En el lado opuesto se sitúa la rentabilidad de la deuda española. Si la semana pasada cerraba en mínimos por debajo del 1,5%, en los últimos cinco días, en medio de estas tensiones, ha subido por encima del 1,7%, con la prima de riesgo superando los 120 puntos básicos.