Tarragó recurre a su círculo más próximo para mantener a flote a Carbures
Carbures confía en que los 16 millones aportados por el círculo más próximo a su consejero delegado le aporten el oxígeno para mantener su operativa el próximo año
Carbures ha conseguido oxígeno para mantener a flote su negocio durante el próximo año. El grupo andaluz ha conseguido 16 millones de euros a partir de cuatro prestamistas privados, tres de ellos accionistas cercanos al núcleo duro de la empresa. Tal y como apunta la compañía este importe está destinado a sufragar la operativa industrial del próximo ejercicio y manifiesta la nueva realidad del grupo, puesto que estas aspiraciones se alejan de las ambiciosas cotas que tenía el grupo en un pasado reciente.
La empresa andaluza, que lleva más de dos meses suspendida de cotización ante las dudas formuladas por su auditor sobre su contabilidad, esperaba dar el salto al Mercado Continuo a finales de este año. Era el paso fundamental para cumplir las previsiones del plan estratégico 2014 – 2016 en el que el grupo esperaba elevar su facturación hasta los 550 millones de euros. Para ello aspiraba a lograr 180 millones de euros, unos números sensiblemente superiores a los que hoy barajan desde la firma.
Los 16,3 millones de euros logrados por Carbures proceden de cuatro vías. Por un lado, el grueso del crédito (unos 13 millones) procede de un grupo inversor que no está en el capital de Carbures y cuyo nombre no ha trascendido por parte de la compañía. Fuentes consultadas por este diario aseguran que este prestamista está al frente de un grupo industrial catalán próximo al consejero delegado de Carbures, José María Tarragó.
El propio Tarragó también está detrás de uno de estos créditos al aportar de su bolsillo 260.000 euros y una sociedad de su familia también contribuye con otros 2,1 millones de euros. El cuarto prestamista en liza es un accionista de la empresa gaditana que concede un crédito de 1,28 millones de euros que se formaliza como préstamo con la sociedad Neuer Gedanke, sociedad en la que Rafael Contreras ha sido administrador único hasta julio de 2014 y por la que tiene un 19% de Carbures.
Los 16 millones de euros logrados por Carbures garantizan el día a día operativo de la firma de cara a los próximos doce meses, pero la situación dista de ser tan cómoda como era hace meses. El grupo industrial catalán que aporta el grueso del crédito exige una garantía sobre acciones de la firma representativas de un 17,1% del capital social. Según el último precio marcado por Carbures el pasado 7 de octubre en 5,32 euros, en caso de que el crédito no pudiera devolverse según los términos pactados, esta participación ascendería a 69 millones de euros, un valor muy superior al ofrecido ahora por este prestamista.
Por otra parte, esta garantía del 17,1% que el principal prestamista recibe a cambio de los 13 millones de euros concedidos supone valorar actualmente cada acción de Carbures en 0,997 euros por título, un precio sensiblemente inferior a los 5,32 euros que marcaba el valor antes de su suspensión.
Otro aspecto significativo es la predisposición de estos acreedores para convertir su deuda en títulos de la compañía. A la postre, el efecto para el accionista es el de una ampliación de capital que supondrá una dilución para los tenedores de títulos en plena suspensión de la cotización del valor.
Desde Carbures insisten en destacar la implicación de buena parte de su directiva en financiar la actividad del grupo con su propio bolsillo. No obstante, es evidente que la compañía ha tenido que maniobrar para explorar nuevas vías por las que lograr financiación a costa de elevar su apuesta a cara o cruz con el fin de mantener su actividad. Tal y como publicó este diario hace dos semanas, la compañía sondeó a varios fondos de capital riesgo para estudiar alternativas de financiación. Todo ello, después de que la suspensión haya dado al traste con un préstamo que se iba a articular como club deal por valor de 77 millones de euros en el que estaban detrás entidades como BBVA o Banco Sabadell. Tras las dudas formuladas por Pwc estas entidades decidieron poner en stand by dicho crédito.
Este no fue el único plan que la compañía había trazado para obtener la financiación necesaria para llevar a buen puerto sus proyectos en el corto y medio plazo. Por una parte, Carbures también planeaba emitir un bono con vencimiento a siete años a través del MARF que una mutualidad se había comprometido a adquirir por valor de 40 millones de euros. Por otra, un fondo había anunciado que iba a invertir 245 millones en dos tramos y sobre la mesa había una tercera vía abierta en forma de ampliación de capital por valor de 60 millones de euros, una vez se hubiera culminado el salto al Mercado Continuo.
Ahora la realidad es distinta. Carbures está a la espera de conocer el dictamen de su auditor, que saldrá a la luz en los próximos días tras casi tres meses de análisis de la empresa. Paralelamente, se publicará el informe jurídico que la empresa encargó al despacho de abogados Uría Menéndez. Hasta entonces todo apunta a que los accionistas tendrán que pasar una Navidad en suspenso.
Carbures ha conseguido oxígeno para mantener a flote su negocio durante el próximo año. El grupo andaluz ha conseguido 16 millones de euros a partir de cuatro prestamistas privados, tres de ellos accionistas cercanos al núcleo duro de la empresa. Tal y como apunta la compañía este importe está destinado a sufragar la operativa industrial del próximo ejercicio y manifiesta la nueva realidad del grupo, puesto que estas aspiraciones se alejan de las ambiciosas cotas que tenía el grupo en un pasado reciente.