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Vienen curvas: el dólar vestirá de verde un 2015 de gran volatilidad para las divisas
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PERSPECTIVAS DE INVERSIÓN 2015: divisas

Vienen curvas: el dólar vestirá de verde un 2015 de gran volatilidad para las divisas

Con la subida de tipos en EEUU y un posible QE europeo, si hay un color que va a mandar en 2015 ese es el 'verde dólar', aunque con mucha volatilidad

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Si las divisas han sido protagonistas en 2014, especialmente en la recta final del año, en 2015 no lo van a ser menos. Más aún teniendo en cuenta los dos hitos históricos que quedan por delante en lo que a política monetaria se refiere: el inicio de la subida de tipos de interés en Estados Unidos y la posibilidad, más que aceptada por todos los agentes del mercado, de que el Banco Central Europeo (BCE) ponga en marcha un programa de expansión cuantitativa (QE) en Europa en toda regla.

En este sentido, la opinión de los expertos en sus previsiones de cara a los próximos doce meses es unánime: 2015 va a ser el año del dólar. Ahora bien, donde sí existen ligeras discrepancias entre los analistas es en la franja en la que se va a mover el billete verde, especialmente contra el euro.

Así, según el consenso recogido por Bloomberg, en el primer trimestre el cruce euro/dólar se situará en un rango entre los 1,1873 y los 1,3065 dólares, con un pronóstico medio de 1,22 dólares, pero acabará el año en un rango mucho más amplio, que va desde los 1,1398 y los 1,3661 dólares, con una media en los 1,18 dólares.

“El dólar tocó fondo en 2011. Sin embargo, su revalorización en los últimos meses ha sido particularmente rápida”, explican desde JP Morgan. “En conjunto creemos que esta tendencia tiene visos de mantenerse por dos motivos fundamentales”, argumentan desde el departamento de análisis. Estos ingredientes son que la Reserva Federal (Fed) continúa avanzando hacia la normalización de su política monetaria y que una menor dependencia de EEUU de la energía importada debería contribuir a mejorar aún más su balanza comercial.

No obstante, aunque la mayor parte de los analistas sitúa el euro en el entorno de los 1,20-1,25 dólares, los hay que van más allá. Es el caso de Ebury, que prevé una caída de la cotización del 12% de la moneda única hasta situarse por debajo de 1,10 dólares a finales de 2015.

“La debilidad de los datos macroeconómicos en los próximos meses debería proporcionar más apoyo a la postura de flexibilización del presidente Draghi”, aseguran desde la firma de análisis. “Puesto que las políticas monetarias a distintos lados del Atlántico divergen más rápido de lo esperado, revisamos a la baja nuestro pronóstico del euro frente al dólar”, explican desde Ebury, que vaticina que entre el primer y segundo trimestre del año el euro romperá la barrera de 1,20 dólares.

En el otro extremo se sitúa AndBank. Según su economista jefe, Álex Fusté, “gran parte de la corrección del euro viene motivada por la convicción de un despliegue en toda regla de un QE, por valor de un billón de euros”. Sin embargo, según defiende el experto, “será difícil ver tal despliegue, por lo que el euro podría recuperar posiciones cercanas al 1,30 o, incluso, por encima”, concluye.

Sea como sea, una cosa es clara: la incertidumbre continúa siendo elevada y existen varios riesgos que no se pueden perder de vista y que van a afectar, sin duda, al devenir del mercado de divisas. Sobre todo teniendo en cuenta esa divergencia que se producirá entre las políticas adoptadas por los principales bancos centrales y los últimos datos que ha publicado China que muestran el aterrizaje definitivo de su economía.

Así, un escenario que se podría dar pasa por el momento en el que la Fed suba tipos de interés en Estados Unidos y la posibilidad de que un endurecimiento de la política monetaria de la primera economía del mundo haga descarrilar la recuperación. “Hay síntomas de que el mercado de bonos basura de EEUU está bajo fuerte presión”, asegura John Hardy, responsable de divisas de Saxo Bank. “El flujo inversor en bonos podría entrar en caos y llevar a la Fed a descartar la idea de subir los tipos. El resultado: el dólar se debilitaría drásticamente”, concluye.

Por otro lado, el mercado da por hecho que el BCE va a poner en marcha un QE en Europa en el sentido amplio de la palabra, con la compra de bonos soberanos y corporativos. Sin embargo, Draghi no ha logrado vencer la oposición de Alemania. ¿Qué pasaría si finalmente los opositores al programa de relajación cuantitativa ganan la partida? Hardy, incluso apunta a la dimisión del propio banquero italiano, lo que desencadenaría no sólo la fuerte revalorización del euro, sino que se produciría una “nueva crisis existencial en la UE”.

En cuanto al otro foco de atención, Japón, los expertos alertan sobre la posibilidad de que al banco central del país se le vaya de las manos el agresivo programa de expansión monetaria (que puso en marcha en abril de 2013 y que el pasado mes de noviembre amplió a los 80.000 millones de yenes) y que se produzca un desplome interno de la confianza en el yen que provoque un flujo de salida en avalancha, lo que obligaría al Banco de Japón a dar un golpe de timón para defender su divisa.

Aunque un dólar fuerte puede ser beneficioso para la economía global, porque ayuda a sostener la recuperación de EEUU y, con ello, fortalece la demanda del resto del mundo, se “convierte en peligroso si refleja una mayor divergencia entre las economías más importantes del mundo”, aseguran desde JPMorgan.

Si un dólar más fuerte atrae capital internacional a los activos en divisa norteamericana, los inversores se preocuparán por el impacto que puede tener en los mercados emergentes. En este sentido, desde JPMorgan entienden que “unas posiciones más fuertes en reservas de divisas de los mercados emergentes y una mayor flexibilidad en los tipos de cambio les sitúa en mejores condiciones que en ciclos anteriores, lo que sugiere que pueden evitar nuevas crisis monetarias”, concluyen.

Por eso, desde AndBank apuestan por una serie de divisas que consideran que están “infravaloradas contra el dólar en más de un 10%”. Estas son el baht de Tailandia, la rupia indonesia, el dólar de Singapur, la rupia india, la lira turca y el yuan chino.

En este último caso, si hay algo que destacar en 2014 es que este ha sido el año en el que China no ha ocultado sus intenciones de convertir el renminbi en divisa de reserva mundial. Sin embargo, el enfriamiento del gigante asiático y el aumento de los riesgos deflacionistas como consecuencia del pinchazo de la burbuja crediticia en el país puede llevar a China a devaluar el yuan y, con ello, escribir un nuevo capítulo en la guerra de divisas.

Por último, el patito feo de las previsiones es el real brasileño. Los analistas no son ajenos a la profunda crisis que afronta el país. Brasil se ha visto obligada este año a defender su divisa contra la depreciación y las presiones inflacionistas. De hecho, a primeros de diciembre subió tipos de interés del 11,25% al 11,75% cuando su moneda acumulaba una caída anual del 10%, hasta los 2,6 reales por dólar.

No obstante, a pesar de la fuerte corrección, el mercado continúa evitando el real. En este sentido, desde AndBank aseguran que “sin cambio de gobierno en Brasil –Dilma Rousseff ganó las elecciones el pasado mes de octubre- mucho nos tememos que quizá sea necesario ver una crisis de moneda e hiperinflación para poder ver las muy necesarias reformas”, afirma Fusté, que ve todavía una caída mayor de la divisa brasileña hasta los 2,80 reales por dólar.

Rusia se merece un capítulo a parte en la historia de 2015. El rublo se encuentra en la cuerda floja después de acumular una caída superior al 50% en lo que va de año frente al dólar y al euro. Las medidas adoptadas a la desesperada esta semana por su banco central y el Gobierno de Vladimir Putin, no han hecho más que evitar el colapso inmediato, pero la amenaza planea baja sobre el mercado moscovita.

Y el año que viene el panorama no se plantea mejor. El país se encuentra a las puertas de una recesión. El futuro de su economía depende, en buena parte, de aumento de los precios del petróleo y no parece que, de momento, la tendencia bajista del crudo se vaya a revertir. Los analistas coinciden en que el precio del crudo se va a mantener estable entorno a los 70 dólares por barril, sino más bajo, algo que no puede permitirse Rusia por mucho más tiempo teniendo en cuenta que la mayoría de sus ingresos proceden de sus exportaciones energéticas.

Con todo, la volatilidad es la que va a marcar el devenir de los próximos meses. De hecho, los rangos marca el consenso de los analistas son especialmente amplios. Para el cruce con el billete verde, los expertos sitúan la cotización entre los 58 y los 89 rublos por dólar en el primer trimestre y entre los 61,9 y 102,3 rublos por dólar en el último trimestre. En cuanto al cambio con la moneda única, a marzo de 2015 la divisa rusa podría encontrarse entre los 72,7 y los 110,3 rublos por euro, mientras que esperan que cierre diciembre en un rango de entre 79 y 125 rublos por euro.

Si las divisas han sido protagonistas en 2014, especialmente en la recta final del año, en 2015 no lo van a ser menos. Más aún teniendo en cuenta los dos hitos históricos que quedan por delante en lo que a política monetaria se refiere: el inicio de la subida de tipos de interés en Estados Unidos y la posibilidad, más que aceptada por todos los agentes del mercado, de que el Banco Central Europeo (BCE) ponga en marcha un programa de expansión cuantitativa (QE) en Europa en toda regla.

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