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¿Cualquier tiempo pasado fue mejor... o peor? La crisis de Rusia en seis gráficos
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¿Cualquier tiempo pasado fue mejor... o peor? La crisis de Rusia en seis gráficos

Con Rusia no queda otra. Fue tan potente la sacudida económica que sufrió en 1998, que las comparaciones son inevitables. ¿Pero hay base real para hacerlas?

Foto: El presidente de Rusia, Vladimir Putin
El presidente de Rusia, Vladimir Putin

Con Rusia no queda otra. Fue tan potente la sacudida económica que golpeó al país en 1998 que cuando otra crisis asoma la cabeza, como ocurre ahora, se refrescan los recuerdos de aquel episodio. Ahora bien, ¿son justas las comparaciones? Un rápido vistazo a seis gráficos ayuda a hacerse una mejor composición de lugar. Para empezar, pone de relieve que, en algunos aspectos, no conviene pasar por alto el efecto que el huracán financiero provocado por la quiebra de Lehman Brothers ya tuvo en la economía rusa en 2008.

1) Rublo

El foco de las tensiones que está padeciendo Rusia se centra fundamentalmente en el rublo. Y no es para menos, puesto que ha marcado los cambios más bajos de su historia contra el euro -ha llegado a caer hasta los 99,5 rublos- y contra el dólar -79 rublos-. ¿Pero está cayendo más o menos que en 1998? Por el momento, menos. Aquel año el rublo perdió un 71% de su valor contra el dólar, un descenso que tuvo continuidad con la caída adicional del 25% que encajó en 2009. Por ahora, en 2014 se ha depreciado un 47% contra el billete verde.

2) Bolsa

En el caso de la bolsa, el índice RTS ha caído en las últimas semanas hasta sus cotas más bajas desde 2009. Y en lo que va de año acumula un descenso del 50%. Aunque espectacular, esta caída todavía es inferior al 85% que se dejó en 1998 y tampoco alcanza los números rojos de 2008, cuando se dejó un 72%.

3) Petróleo

No hay duda: los problemas económicos y financieros de Rusia están conectados directamente con el desplome del petróleo, una fuente de ingresos clave para el país. Ya ocurrió en 1998, cuando el barril europeo Brent cayó un 31%. Los descensos actuales están superando esos registros. Este año, el Brent acumula una caída del 48%, que precisamente constituye su mayor descenso anual desde el 53% que bajó en 2008. En este sentido, el Banco de Rusia ya ha lanzado una dura advertencia: si el petróleo se mantiene en los precios actuales durante 2015, la economía rusa podría contraerse entre un 4,5 y un 4,7%.

4) Inflación

En noviembre, la inflación se aceleró en Rusia para alcanzar una tasa interanual del 9,1%. Más allá de que se trata del dato más alto desde 2011, esta cifra llama aún más la atención en comparación con la baja inflación de EEUU o las tensiones deflacionistas que padece la Eurozona. Sin embargo, y por mucho que ese 9,1% destaque, todavía se encuentra por debajo del 13,3% de finales de 2008 y, sobre todo, del 84% de 1998. Esta hiperinflación tuvo continuidad en 1999, cuando la tasa superó incluso el 100% empujada por la extrema debilidad del rublo.

5) PIB

La recesión se da por descontada en Rusia. Lo que está por ver es su intensidad. Y será clave para saber si ofrece otro punto de comparación con respecto a 1998... y 2009. Porque en 1998 la contracción alcanzó el 5,3%, pero es que en 2009, prolongando los problemas derivados de la quiebra de Lehman, la economía se hundió un 7,8%. Por ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un raquítico crecimiento del 0,2% en 2014 y en 2015 las previsiones todavía son muy inciertas tras los últimos acontecimientos, aunque el Banco de Rusia ha metido el miedo en el cuerpo con sus pronósticos.

6) Reservas

Sin ninguna duda, constituye una de las principales diferencias con respecto a la situación de 1998. Antes de que los acontecimientos se precipitaran en el verano de aquel año, las reservas internacionales de Rusia -en divisas extranjeras y oro- no llegaban a los 20.000 millones de dólares. Actualmente, y pese a que han menguado en más de 90.000 millones en 2014 y se encuentran en mínimos desde 2009, ascienden a 416.000 millones de dólares. Es decir, son más de 21 veces más lustrosas.

Contar con todas estas reservas en su despensa concede un mayor margen de defensa y de maniobra al país. De hecho, la necesidad de acumular reservas para poder protegerse y superar periodos de turbulencias financieras fue una de las lecciones que aprendieron los países emergentes tras la crisis del sudeste asiático de 1997 y de Rusia de 1998. Y las autoridades rusas están dispuestas a tirar de ellas. Sin ir más lejos, ayer anunciaron que, como están para eso, usarán sus reservas para defender su divisa. ¿Cómo? Vendiendo esas divisas para comprar rublos. Cuentan con munición para ello. Aunque con un matiz que no pueden pasar por alto: es limitada y gastarla por completo -o casi- dejaría al país en una posición mucho más vulnerable.

Con Rusia no queda otra. Fue tan potente la sacudida económica que golpeó al país en 1998 que cuando otra crisis asoma la cabeza, como ocurre ahora, se refrescan los recuerdos de aquel episodio. Ahora bien, ¿son justas las comparaciones? Un rápido vistazo a seis gráficos ayuda a hacerse una mejor composición de lugar. Para empezar, pone de relieve que, en algunos aspectos, no conviene pasar por alto el efecto que el huracán financiero provocado por la quiebra de Lehman Brothers ya tuvo en la economía rusa en 2008.

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