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El cerebro financiero de Carbures: "Tras saltar PwC, se ha tapado toda información"
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El cerebro financiero de Carbures: "Tras saltar PwC, se ha tapado toda información"

El exvicepresidente financiero, Juan Juárez, defiende que Carbures es viable, pero advierte: cuanto más se retrase el informe de PwC, más negro es el futuro para el grupo

Foto: Juan Juárez ha dimitido esta semana como vicepresidente financiero de Carbures.
Juan Juárez ha dimitido esta semana como vicepresidente financiero de Carbures.

El martes, 2 de diciembre, Juan Juárez envió tres burofaxes a Carbures comunicando su dimisión y los motivos de ésta. El hasta ese momento vicepresidente financiero del grupo eligió esa fecha, precisamente, para garantizarse que la misiva de su renuncia llegaría a tiempo del consejo de administración que estaba convocado para el miércoles 3 de diciembre. Dos días después, el viernes 5 de diciembre, la compañía comunicaba la renuncia al mercado vía hecho relevante.

Con esta decisión, Juárez rompía definitivamente las relaciones con una cúpula que le había dado la espalda muchas semanas antes, poco después de que Carbures fuera suspendida y él empezara a hacer preguntas incómodas. "Ni el señor Contreras (ex consejero delegado y actual presidente), ni el señor Tarragó (nuevo consejero delegado), ni el secretario del consejo (Tomás Pelayo, tras la dimisión de Cristina Romero) me han dado todavía ninguna explicación sobre las dudas del auditor", afirma el exvicepresidente de Carbures en la primera entrevista que concede tras su dimisión.

Todo saltó por los aires en un consejo celebrado el pasado 6 de octubre, cuando PwC alertó de que unas operaciones contabilizadas como de terceros podían ser realmente vinculadas, por sus lazos con Rafael Contreras, y alertó sobre la manera de contabilizar el contrato con la compañía china Shenyang Hengruial. Estas dudas se hicieron públicas dos días después y, desde entonces, la cotización de Carbures está suspendida.

En aquella reunión de principios de octubre ya no estuvo la secretaria del consejo, Cristina Romero, que ese mismo día había presentado su dimisión, renuncia que tardó tres semanas en hacerse pública. El mismo oscurantismo se vivió en el consejo de aquel día, ya que Juárez afirma no haber recibido nunca una copia de la carta con los motivos de la renuncia de Romero. Ni esa información, ni mucha otra que lleva pidiendo desde que PwC dio la voz de alarma.

"Cuando empiezo a pedir información de lo que decía PwC me vuelvo incómodo y se me quita toda la información", afirma Juárez, quien defiende en todo momento que desconocía las presuntas vinculaciones de Contreras con tres sociedades, en teoría, clientes de Carbures. Suma y sigue, porque añade que cada vez que ha pedido aclaraciones al ahora presidente del grupo, éste le ha respondido con evasivas, aludiendo, como en la información que se ha remitido al MAB, a que se trata de un cluster tecnológico.

"Ese Cluster del que habla Rafael (Contreras) yo todavía no lo entiendo", asegura, tajante, Juárez. "Yo no sabía quién estaba en esas sociedades, pero ése ya no es el problema, el problema es si esas sociedades eran vinculadas y cómo eran esas operaciones", añade, antes de apuntar que "yo fui quien pidió a PwC que nos dijera el impacto máximo".

Éste asciende a 11,5 millones de ingresos, lo que se traduce en un golpe al resultado antes de impuestos es de 9 millones de euros. La diferencia entre aplicar el criterio de empresas terceras o el de operaciones que sospecha PwC es crucial, ya que supone pasar de la foto de una empresa con una cifra de negocio de 25,3 millones y un beneficio bruto de 1,85 millones, a otra en pérdidas.

Menos graves ve Juárez las dudas del auditor sobre el contrato con Shenyang Hengruial. "Lo que entiendo de PwC es que el contrato de China se puede contabilizar así, pero es una forma agresiva. Puede hacerse, pero no es recomendable. Es como comerse un helado a bocados, te hace daño a los dientes, pero puedes hacerlo".

En un principio, se esperaba que la auditora hubiera tenido listo su dictamen en un plazo máximo de seis semanas, pero han pasado dos meses y éste continúa sin llegar. "Un informe de este tipo se hace rápido si te facilitan la información". ¿Está diciendo que se le está ocultando información a PwC?, "Lo que digo es que, si colaboramos, todo es más rápido, pero yo no sé si se está colaborando", responde.

La ocultación de datos es algo que Juárez insiste en que ha sufrido con dureza desde que saltó PwC, hasta el punto de que ha llegado a realizar peticiones a través de burofaxes, pero nunca ha obtenido las respuestas buscadas. "Siempre me decían que recopilar esa información es complicado". Ante esa situación, Juárez afirma que llegó a limitar sus solicitudes a los mismos datos que, se supone, se han facilitado a PwC y a Uría para realizar sus informes, pero tampoco ha tenido acceso a ello. "Del informe de Uría me he enterado por fuera de la empresa", denuncia el exvicepresidente financiero, y añade: "No he dimitido mientras que he intentado conseguir la información", pero cuando ha visto que tenía cerrado todo acceso a ella, ha preferido marcharse.

Escuchar por boca del presidente de la Comisión de Auditoría que desconocía toda la trama ahora analizada por PwC resulta, cuanto menos, chocante. Pero Juárez se defiende alegando que su labor se ceñía a aspectos estratégicos, la gestión operativa la llevaban el director financiero, José María Lozano, los directores de operaciones y Contreras. "Mi labor estaba en el terreno de la estrategia, en conseguir la financiación para la compañía, preparar el salto al Mercado Continuo, profesionalizar el grupo... Pero yo no he visto pólizas en mi vida, ni he tratado el circulante, eso lo desarrollaba, José María Lozano (el director financiero) y Contreras".

¿Y como presidente de la comisión de auditoría no pedía información? "No he conseguido convocar un comité de auditoría en año y medio", cita como ejemplo de la falta de control que, a pesar de su cargo, tenía sobre ese área. "En la estructura anterior (previa a la oleada de cambios que ha habido en los últimos dos meses), el director financiero reportaba al director de operaciones, que a su vez dependía del consejero delegado. La gestión se llevaba toda desde Andalucía, en Madrid sólo estábamos el responsable de Relaciones con Inversores y yo, y no participábamos en las decisiones del día a día. La relación con el auditor la llevaba Lozano. Yo no he conseguido que me reportase nadie como presidente del comité de auditoría, reportaban a su jefe, al consejero delegado", añade, en clara alusión a que Contreras era quien, en última instancia, controlaba toda la compañía.

De hecho, con motivo del salto al Continuo, se había diseñado un nuevo organigrama con el que Juárez confiaba en ir profesionalizando la empresa y restando poderes al consejero delegado. Este esquema consistía en que Tarragó pasara a ser consejero delegado de Carbures Aerospace y Carbures Maquinaría, las dos patas en que se iba a dividir la matriz, Carbures Europe, cuyo consejero delegado iba a continuar siendo Contreras, mientras que Juárez iba a asumir la presidencia, tras la salida definitiva de Carlos Guillén.

"Yo defendía ser presidente ejecutivo y Contreras prefería que no fuera ejecutivo", recuerda Juárez, que justo antes de la suspensión tenía prácticamente cerrado un tipo de crédito sindicado (un club deal) por importe de 77 millones con varias entidades, más el compromiso de una mutualidad para adquirir un bono de 40 millones de euros que iba a salir al MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija). No eran las únicas novias que tenía Carbures. Un fondo se había acercado a la empresa con 245 millones listos para invertir en ella en dos tramos, y tras la salida al Continuo, vía fixing, la empresa preveía llevar a cabo una ampliación de capital por 60 millones.

"La relación con los mercados, con los inversores, es lo que yo llevaba, y nadie ha podido tachar nunca nada negativo sobre mi credibilidad en este terreno", afirma. Juárez también asegura que tenía cerrada la incorporación de tres consejeros a Carbures dentro de ese nuevo organigrama que se iba a activar con el salto al Continuo: "Dos son consejeros de empresas del Ibex y uno ya está en el Continuo, además, dos de ellos son auditores".

El exvicepresidente financiero cree que una de las claves de que ahora se le haya dado la espalda está, precisamente, en el trabajo que realizó para profesionalizar la empresa de cara a la salida al Continuo. "Yo quería que este grupo se convirtiera en un adulto y he sido molesto, porque cuando he querido profesionalizar esta compañía he cuestionado al consejo".

A pesar de todo, Juárez defiende que la compañía todavía tiene una oportunidad: "Tampoco vamos a crucificar a Carbures, porque tiene futuro. Es una empresa con negocio, que tiene contenido industrial y tecnológico muy potente, pero si no le pones gasolina, que es la financiación, se queda parada. Y, ahora mismo, Carbures no puede estar cómoda desde el punto de vista financiero. Dicho esto, si se gestiona lo ocurrido adecuadamente, y se asumen responsabilidades, a mí, Juan Juárez, no creo que una entidad que me ha dicho que me daba la financiación no me la dé".

Una última pregunta: Si no hubiera existido Gowex, ¿Carbures estaría cotizando en el Continuo? "Quizás, si no hubiera existido Gowex, PwC hubiera sido más laxa. Pero aquí lo importante no es que exista o no exista Gowex, sino que salíamos al Mercado Continuo y debíamos ser más rigurosos".

El martes, 2 de diciembre, Juan Juárez envió tres burofaxes a Carbures comunicando su dimisión y los motivos de ésta. El hasta ese momento vicepresidente financiero del grupo eligió esa fecha, precisamente, para garantizarse que la misiva de su renuncia llegaría a tiempo del consejo de administración que estaba convocado para el miércoles 3 de diciembre. Dos días después, el viernes 5 de diciembre, la compañía comunicaba la renuncia al mercado vía hecho relevante.

Rafael Contreras Juan Juárez
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