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Keynes, 1933; Draghi, 2014: "Sin reformas, no habrá buenos tiempos por delante"
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Keynes, 1933; Draghi, 2014: "Sin reformas, no habrá buenos tiempos por delante"

El presidente del BCE hace un llamamiento a los líderes europeas para que, de una vez por todas, entiendan el desafío que tiene entre las manos la Eurozona

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi

Mario Draghi sabe que le apodan SuperMario. Pero también que no es un superhombre. Y que por mucho que sea el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y por mucho que se puesto le conceda el privilegio de firmar los billetes de euro que los ciudadanos llevan en sus bolsillos, eso no le convierte en todopoderoso. Vamos, que él solo no será capaz de vencer a la crisis, por mucho que haya reducido los tipos de interés al mínimo histórico del 0,05% y por mucho que esté dispuesto a crear hasta billón de euros nuevos en los próximos meses. Por eso, este jueves ha sido lo suficientemente contundente en Washington para que no haya dudas en su mensaje: "Sin reformas, no habrá recuperación".

Como él mismo ha reconocido, ha tomado esta idea releyendo una carta que el economista británico John Maynard Keynes envió en 1933 al entonces presidente de EEUU, Franklin D. Roosevelt. Entre otras cosas, Keynes le recomendaba aplicar una política de reformas para remontar la Gran Depresión. Eso mismo es lo que hace Draghi ahora; recordar a las autoridades políticas que fiarlo todo a la política monetaria y que sin reformas no habrá opción de superar los problemas actuales.

El banquero italiano lo tiene claro: la Eurozona necesita reformas para incrementar la productividad y, con ello, elevar su crecimiento potencial. De lo contrario, no habrá espacio para la recuperación. Y todo ello pasa por acometer reformas. Ahora, no en tiempos mejores. Y encuentra tres motivos para justificar estas prisas. El primero, "demasiado a menudo las reformas han sido pospuestas en los malos tiempos y olvidadas en los buenos". El segundo es aún más elocuente: "No tengo claro que haya buenos tiempos por delante si no reformamos ahora". Y el tercero, que "en la mayoría de los países, los primeros frutos de esos esfuerzos ya están siendo visibles ahora".

Sobre estas premisas, Draghi repasalas cinco reparaciones pendientes, algunas de las cuales ya están marcha. Es el caso de la "reparación del dinero". Es decir, de reducir las primas de riesgo y la fragmentación financiera en la Eurozona. En su opinión, el lanzamiento de las Operaciones Monetarias de Compraventa (OMT, por sus siglas en inglés) en 2012 ya contribuyó en esa dirección y los progresos actuales hacia la Unión Bancaria seguirán ayudando.

En segundo lugar figura la "reparación del sector financiero y la concesión de créditos". En este terreno, la Unión Bancaria ayudará, pero a su juicio requiere la condición de previa de conocer de verdad "el estado de salud" de las entidades, algo en lo que está trabajando en estos momentos el BCE con el examen al que las está sometiendo.

En tercer lugar menciona la "reparación de la política monetaria".Aquí Draghi se ha limitado a recordar sus mensajes de los últimos tiempos; esto es, que el BCE se empleará a fondo con el envío de los estímulos que sean necesarios. "Estamos preparados para alterar el tamaño y la composición de nuestras intervenciones no convencionales y, por tanto, nuestro balance como sea preciso", asegura.

La cuarta es la "reparación de la política fiscal". Para ello reclama que se "repare la confianza en las finanzas públicas", con el objetivo de que la política fiscal complemente así a la monetaria. Y que los gobernantes se procuren un matyor margen de maniobra en este apartado, pero no subiendo los impuestos, sino "recortando los impuestos que distorsionen y el gasto improductivo". En resumen, acometiendo "reformas estructurales".

Y la quinta pasa por la "reparación del crecimiento potencial". "No puedo ver ninguna manera de salir de la crisis sin crear una mayor confianza en potencial futuro de nuestras economías", subraya.

En todo ello, exige que es mejor pasarse que quedarse corto. "Recientemente dije que, dentro del contexto actual,en lo que respecta la política monetaria los riesgos de hacer muy poco exceden los riesgos de hacer demasiado. Si queremos una recuperación más fuerte e inclusiva, el riesgo tambiés en mayor si se hace demasiado poco".

Mario Draghi sabe que le apodan SuperMario. Pero también que no es un superhombre. Y que por mucho que sea el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y por mucho que se puesto le conceda el privilegio de firmar los billetes de euro que los ciudadanos llevan en sus bolsillos, eso no le convierte en todopoderoso. Vamos, que él solo no será capaz de vencer a la crisis, por mucho que haya reducido los tipos de interés al mínimo histórico del 0,05% y por mucho que esté dispuesto a crear hasta billón de euros nuevos en los próximos meses. Por eso, este jueves ha sido lo suficientemente contundente en Washington para que no haya dudas en su mensaje: "Sin reformas, no habrá recuperación".

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