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Santander y La Caixa entierran 100 millones de euros en el plan de salvamento de Prisa
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Santander y La Caixa entierran 100 millones de euros en el plan de salvamento de Prisa

Las dos entidades deben canjear en julio los 200 millones que tinen en bonos por acciones del grupo. El problema es que lo harán a mitad de precio

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El plan de salvamento que se diseñó hace cuatro años para evitar el naufragio de Prisa llega a su fin. Y, por el camino, amenaza con hacer un agujero en las cuentas de lo más granado de su banca acreedora que, tanto en 2010, como en 2011 y en 2012, cerró filas en torno a la editora de El País. El próximo 4 de julio, se cumple el plazo de dos años de vida del bono convertible que emitió Prisa para canjear parte de sus deudas con Santander, La Caixa y HSBC, unos compromisos financieros que están a punto de convertirse en auténticos números rojos para las entidades.

Los dos bancos españolas tienen hipotecados 200 millones en este bono que, obligatoriamente, deberá convertirse en acciones del grupo de medios a un precio de 1,03 euros por título. Esta cifra es un 60% superior a los 0,39 euros en que cotiza actualmente la compañía, y un 40% más elevada que los 0,58 euros en que se mueven actualmente los títulos convertibles del valor.

Con estos números en la mano, los dos bancos se aproximan a un agujero de 100 millones de euros, ya que frente a los 206 millones en que se valoraron sus convertibles en el acuerdo de 2012, la realidad es que ahora el mercado apenas paga `por ellos entre 80 y 120 millones, en función de si se toma como referencia el precio de los títulos o los convertibles, aunque lo lógico es que estos dos terminen convergiendo.

Esta pérdida está detrás del interés de La Caixa por encontrar un comprador al que vender sus bonos, tal y como adelantó El Confidencial. La entidad catalana, que como toda la gran banca española financió en el pasado las grandes operaciones de los medios de comunicación, no tiene interés en estar en el capital de ninguno de estos grupos, lo que explica su preocupación actual por deshacerse de los convertibles de Prisa... si encuentra alguien que los quiera comprar.

placeholder El consejero delegado del grupo prisa, juan luis cebrián (efe)

Un reto nada fácil, ya que a falta de apenas mes y medio para su vencimiento, prácticamente el único atractivo de este instrumento es el cupón de euribor más 415 puntos básicos que ofrece y que, en los tiempos actuales, supone una rentabilidad del 4,75%. Según las conciones del acuerdo, el pago de esta remuneración es anual, lo que significa que, en estos dos años, ha permitido una inyección aproximada de 10 millones para cada entidad.

Pecata minuta, si se tiene en cuenta el canje que llevarán a cabo Santander y La Caixa en apenas mes y medio, movimiento que les llevará a convertirse en accionistas del grupo de medios a precio de saldo, ya que junto a HSBC, que tiene otros 134 millones en estos bonos, podrían hacerse con cerca de una tercera parte del capital de Prisa.

Dos números permiten ver claramente el roto de esta operación. Prisa apenas capitaliza 363 millones de euros en bolsa; prácticamente la misma cifra que los 334 millones en convertibles que suman las tres entidades. ¿Moraleja? La compañía cuenta las horas para caer en garras de la banca, que se suma a bandada de fondos buitre que ya están entrando en el capital.

Pero ahí no terminan los problemas, ya que todavía quedan más encajes de bolillos en el capital de Prisa. El próximo 5 de junio es la fecha de vencimiento de los warrants de Prisa emitidos en 2010 y que, según la información recogida en la CNMV -Comisión Nacional del Mercado de Valores-, ascienden a la escalofriante cifra de 165 millones de valores.

El plan de salvamento que se diseñó hace cuatro años para evitar el naufragio de Prisa llega a su fin. Y, por el camino, amenaza con hacer un agujero en las cuentas de lo más granado de su banca acreedora que, tanto en 2010, como en 2011 y en 2012, cerró filas en torno a la editora de El País. El próximo 4 de julio, se cumple el plazo de dos años de vida del bono convertible que emitió Prisa para canjear parte de sus deudas con Santander, La Caixa y HSBC, unos compromisos financieros que están a punto de convertirse en auténticos números rojos para las entidades.

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