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¿El primero en disparar? La libra se crece al atisbar ya el viraje del Banco de Inglaterra
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la divisa británica escala hasta los 1,226 euros

¿El primero en disparar? La libra se crece al atisbar ya el viraje del Banco de Inglaterra

La libra esterlina descuenta algo. ¿El qué? Pues que, posiblemente, el Banco de Inglaterra será el primero de los 'grandes' en incrementar los tipos de interés

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Cinco años, dos meses y ocho días. Es el tiempo que los tipos de interés llevan en el 0,5% en Reino Unido. El Banco de Inglaterra (BdI) los redujo hasta ese nivel, el más bajo de siempre, el 5 de marzo de 2009. No satisfecho con ese paso, lo reforzó ese mismo día con otro aún más excepcional: el lanzamiento de un programa de expansión cuantitativa (QE) mediante el que inyectaría en la economía 200.000 millones de libras -unos 220.000 millones de euros, al cambio vigente entonces-. Con el paso del tiempo, esta impresión de libras fue reforzada en tres ocasiones, para incrementarla hasta los 375.000 millones de libras -actualmente, 460.000 millones de euros-.

Con este despliegue monetario, que no contaba con precedentes en su centenaria historia, la Vieja Dama de Theadneedle Street -el sobrenombre con el que se conoce a la entidad- ha luchado contra la crisis en los últimos años. Oficialmente, con el propósito de combatir la recesión y el desempleo. Oficiosamente, también con la pretensión de apuntarse la ventaja competitiva -tan socorrida en tiempos de crisis- que se deriva de una divisa -en este caso, la libra esterlina- más débil. De hecho, cuando el BdI empezó a emplearse a fondo tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, el euro rozó por primera vez en su historia la paridad con la libra -se estiró hasta las 0,98 libras o 1,02 euros por libra-.

Por eso, cuando ahora, pasados esos más de cinco años, comienza a cobrar fuerza la posibilidad de que la entidad empiece a desmantelar semejante arquitectura monetaria, la divisa británica se fortalece por momentos. Este lunes se apreció un 0,15%, hasta los 1,226 euros, su cambio más alto contra la divisa europea desde enero de 2013. Contra el dólar subió otro 0,15%, hasta los 1,687 dólares, con lo que se mantiene en zona de máximos -la semana rozó los 1,70 dólares- contra el billete verde desde agosto de 2009. En lo que va de año, la moneda británica se revaloriza casi un 2% contra el euro y el dólar.

En el fondo, la apreciación de la libra destila las crecientes presiones que envuelven al BdI. La economía briitánica acumula cuatro trimestres con crecimientos intertrimestrales que oscilan entre el 0,7 y el 0,8%, los más altos desde 2007; y entre enero y marzo de este año el crecimiento interanual se situó en el 3,1%, el mayor también desde hace siete años. Además, el paro, que en 2011 llegó a escalar al 8,4%, la tasa más alta desde 1995, ha reculado ya hasta el 6,9%. Todas ellas, cifras aderezadas por una recuperación inmobiliaria tan vertiginosa que proyecta una sombra de burbuja.

Esta progresión, principalmente la del mercado laboral, es la que aprieta a la entidad gobernada desde julio del año pasado por Mark Carney. Sobre todo, porque le ha obligado a cambiar el paso. Un mes después de relevar a Mervyn King, Carney explicitó la hoja de ruta (forward guidance) que tenía previsto seguir con los tipos de interés. En concreto, se comprometió a mantenerlos en el 0,5% mientras el paro no bajara al 7%. Entonces, el desempleo estaba en el 7,7%.

Pero en febrero de este año, y como luego ha hecho también la Reserva Federal (Fed) estadounidense, el Banco de Inglaterra rectificó en tiempo real. Dejó de anclar el futuro de los tipos a un nivel de paro determinado, para vincularlo a otras metas menos explícitas, como que la inflación vuelva al objetivo de la entidad de situarla en el 2% y que la política monetaria siga apoyando las medidas gubernamentales para promover la recuperación y el empleo. Por tanto, y aunque el paro ya está bajo ese 7%, el precio oficial del dinero permanece en el 0,5%.

Pero la sensación es que, poco a poco, la entidad se va quedando con menos justificaciones para no ir preparando el terreno para volver sobre sus pasos monetarios. Y estas sospechas, que son las que están impulsando a la libra, pasarán mañana por un examen. Tendrá lugar con la presentación del Informe sobre la Inflación que el Banco de Inglaterra publica cada tres meses -febrero, mayo. agosto y noviembre-.

La presentación, que tendrá lugar mañana, del Informe de Inflación será determinante para conocer las intenciones del Banco de Inglaterra en los próximos meses

Si en febrero Carney ya aprovechó la ocasión para revisar su forward guidance, esta vez la expectación no es menor. "El Informe sobre la Inflación dará una lectura crítica sobre la forma en que el Banco de Inglaterra va a reaccionar a la aceleración económica. De particular importancia es si el comité de la política monetaria validará la opinión del mercado, que achaca una alta probabilidad a que la entidad subirá los tipos de interés en el primer trimestre de 2015", anticipan los expertos de Ebury Partners.

El veredicto dependerá, fundamentalmente, de lo que adelante sobre los precios. Ahora, la inflación se encuentra en el 1,6% interanual, por debajo del 2,8% en el que estaba hace un año y del objetivo del 2% que persigue el BdI. Si, como parece, la entidad anuncia mañana que la inflación puede terminar el ejercicio por debajo del 2%, encontraría un argumento de peso para no tocar los tipos... en 2014. Pero otra cosa será 2015. "Seguimos sin ver cambios en los intereses este año. Sin embargo, si la actividad económica sigue recuperándose a este ritmo, existe un gran riesgo de que la primera subida llegue en 2015", vaticina Azad Zangana, economista para Europa de Schroders.

En todo caso, no sería un viraje drástico. "No esperen un cambio brusco: es complicado que lo haya en un situación como la actual de exceso de confianza y credibilidad hacia los bancos centrales. Un giro brusco de la política monetaria no sólo podría provocar una hecatombe en los mercados, sino que también generaría muchas dudas sobre la "exitosa" política monetaria pasada", matiza José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

En cualquier caso, la mera alusión a que la Vieja Dama ya planifica cómo replegar su expansiva estrategia monetaria actual bastaría para agitar el panorama. Confirmaría que se postula como el primero de los grandes de la banca central -Fed, Banco Central Europeo y BdI- en retomar las subidas de los tipos en los próximos meses. Por el momento, es lo que descuenta la libra. Mañana habrá más motivos para saber si está en lo cierto.

Cinco años, dos meses y ocho días. Es el tiempo que los tipos de interés llevan en el 0,5% en Reino Unido. El Banco de Inglaterra (BdI) los redujo hasta ese nivel, el más bajo de siempre, el 5 de marzo de 2009. No satisfecho con ese paso, lo reforzó ese mismo día con otro aún más excepcional: el lanzamiento de un programa de expansión cuantitativa (QE) mediante el que inyectaría en la economía 200.000 millones de libras -unos 220.000 millones de euros, al cambio vigente entonces-. Con el paso del tiempo, esta impresión de libras fue reforzada en tres ocasiones, para incrementarla hasta los 375.000 millones de libras -actualmente, 460.000 millones de euros-.

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