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Las grandes fortunas se quedan al margen de la fiebre por los bonos corporativos
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Las grandes fortunas se quedan al margen de la fiebre por los bonos corporativos

Las mayores sicavs del país apenas tienen posiciones en renta fija privada, producto por el que ni siquiera están apostando como alternativa a los depósitos

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Las compañías españolas han encontrado en los mercados la alternativa perfecta a la sequía de crédito, como demuestra el frenético ritmo de emisiones de bonos corporativos de los últimos meses. Desde empresas que hasta ahora se habían mantenido al margen de esta vía de liquidez, como Antolín, hasta clásicos como Iberdrola, la realidad es que la ventana abierta para la renta fija corporativa está siendo ampliamente aprovechada por las empresas españolas.

Pero, ¿y por las grandes fortunas nacionales? Porque, para que alguien pueda vender algo, se necesita que otro compre. Y entre esos potenciales adquirientes siempre están en el punto de mira los principales patrimonios del país, que realizan una importante parte de sus adquisiciones a través de sicavs -sociedades de inversión de capital variable-.

Un sencillo repaso por las mayores del país permite llegar a la conclusión de que los grandes patrimonios no están participando activamente de esta fiebre por los bonos corporativos, ni siquiera, como alternativa a esos depósitos que tanto les atrajeron hasta el año pasado, cuando sus generosas rentabilidades del entorno del 4% eran todo un caramelo.

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Ahora, la renta fija empresarial es prácticamente una de las pocas alternativas que existen para lograr estas rentabilidades con un riesgo relativamente moderado, sin embargo, este argumento resulta insufienciente para las grandes fortunas, que apenas tienen posiciones en este tipo de activos y, aquellas que sí han confiado parte de sus ahorros a la renta fija privada nacional, ha limitado sus apuestas a la banca, Telefónica y Gas Natural fundamentalmente.

Las familias March y Del Pino coinciden en apostar por diversas emisiones de Telefónica, operadora que también figura entre las principales apuestas de las grandes sicavs en renta variable; así como de Gas Natural

La operadora presidida por César Alierta es la única posición fuera del sector financiero que se repite manera significativa entre las grandes sicavs del país, ya sea en forma de acciones o de bonos corporativos. En esta segunda versión destacan las familias March y Del Pino. La primera tiene tres millones en deuda de Telefónica al 3,41% y con vencimiento en marzo 2015, además de otro millón de euros en bonos de Gas Natural e Iberdola, con cupones por encima del 4%, a través de Torrenova, la mayor sicav de España.

La saga que controla Ferrovial está presente en deuda de la operadora a través de las sicavs Swift y Chart. La apuesta de la primera por la operadora es triple, ya que está en tres emisiones que suman 4,5 millones (3,2 millones a más de un año y 0,5 millones a menos de doce meses); mientras que la segunda tiene casi 4,6 millones en otras dos emisiones.

Además, llama la atención que estos dos vehículos también están presentes en Gas Natural, donde suman más de tres millones de euros; y como la mayoría de las grandes fortunas, en diversas emisiones realizadas por la banca española. Un caso significativo de esta confianza en la deuda del sector financiero nacional es Juan Abelló, quien a través de Arbarin tiene 0,8 millones en renta fija de Caixa Sabadell y BBVA con vencimiento en 2049; y otro millón de euros en Renta 4.

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Cartera Mobiliaria, sicav ligada a la familia Botín al estar controlada la mayoría de su capital por Banco Santander, tiene un millón de euros en renta fija de Mapfre al 5,12% y otros 250.000 euros al 3,5% en Repsol. Además, dentro del sector financiero, destacan los 0,5 millones confiados a Bankinter y otros 0,5 millones en Popular, eso sí, a cambio de una jugosa remuneración al al 6,38% y al 11,5%, respectivamente.

Alicia Koplowitz siempre tiene una parte de la cartera de Morinvest invertida en deuda corporativa y, al cierre del primer de este ejercicio, sumaba hasta 23,5 millones repartidos en deuda de ACS, Abengoa, BBVA y en bonos subordinados de Sabadell. En cambio, ha salido del bono de FCC, empresa que controla su hermana, donde entró en la recta final de 2013 con 2,2 millones; y ha preferido apostar por la renta variable, con 2,9 millones en acciones del grupo de infraestructuras.

Las compañías españolas han encontrado en los mercados la alternativa perfecta a la sequía de crédito, como demuestra el frenético ritmo de emisiones de bonos corporativos de los últimos meses. Desde empresas que hasta ahora se habían mantenido al margen de esta vía de liquidez, como Antolín, hasta clásicos como Iberdrola, la realidad es que la ventana abierta para la renta fija corporativa está siendo ampliamente aprovechada por las empresas españolas.

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