La carrera en moto del presidente de Indra, el hombre de moda del Ibex

A Ángel Escribano le gusta la velocidad. En los cerca de seis meses que lleva como presidente de Indra, a propuesta de Manuel de la Rocha, el hombre de Pedro Sánchez para los Asuntos Económicos, ha planteado más operaciones corporativas que los tres presidentes anteriores, desde Javier Monzón, pasando por Fernando Abril Martorell y Marc Murtra. Se estrenó el mismo enero con la compra de Hispasat por 725 millones, tomó la mayoría de Tess Defense y se hizo con una fábrica de Duro Felguera, al tiempo que le echaba el lazo sin suerte a Santa Bárbara.

Pero la que ha provocado un terremoto ha sido la propuesta de adquisición de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), empresa propiedad de él mismo y de su hermano Javier, también consejero de Indra. Aspiran a valoraciones de 1.500 millones cuando hace apenas tres años la valoraron en apenas 100 millones. Todo un milagro económico apuntalado con contratos públicos de Defensa y Seguridad. Las reticencias provocadas por varios consejeros independientes, incluidas tres dimisiones, hacen que en este caso la velocidad vuelva a ser clave. En este caso, con la ayuda de AZ Capital y Garrigues. De lo contrario, existe el riesgo de que, por mucha resiliencia que muestre Pedro Sánchez, la UCO dinamite el calendario electoral y de que, al cambiar el inquilino de Moncloa, se renueve también la cúpula de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Ahora mismo, la SEPI, 28% del capital de Indra, está perfectamente alineada con la estrategia de Escribano, pero un relevo en su dirección abre como mínimo el riesgo de que eso pueda cambiar.

Porque Ángel Escribano, ahora en la cúpula de un Ibex 35, no se ha forjado en el Ibex 35, mirando con lupa sus estatutos de los consejos, su Compliance, sus formas florentinas o las relaciones institucionales. Es un tipo hecho a sí mismo en un taller de Alcalá de Henares, donde las decisiones las tomaba con su hermano a la carrera, como en cualquier pyme española, convertida ahora en todo un cohete, al calor de la revalorización del 120% de Indra. Ya llevan 600 millones de plusvalías. De hecho, la única vez que optó por contratar a un director general, Agustín Conde, ex secretario de Defensa con el Partido Popular, le duró siete meses, ya que el del PP observó que en realidad no pintaba nada en una compañía personalista.

Porque la velocidad es su pasión, como demostró hace un par de semanas. El presidente de Indra fue a Sevilla con unos amigos a montar en moto un día entre semana. Cerró el circuito situado en Carmona, a quince kilómetros de la capital andaluza, para disfrutar del motor con conocidos y periodistas aficionados a quemar gasolina. Según fuentes presentes en el evento, Escribano se puso a más de 300 kilómetros por hora con su Ducati último modelo, llevada ex profeso a las instalaciones.

Desde Indra se explica que la jornada fue un acto totalmente privado, pagado personalmente por Ángel, incluida la participación de Fonsi Nieto, el ex subcampeón mundial de 250cc, como estrella invitada para hacer las delicias de los presentes. Pero el presidente estuvo acompañado de Rafael Moreno, un hombre de confianza que fichó de Santa Bárbara, así como de Enrique Pascual, el dueño de Indie PR, una agencia de comunicación e imagen que trabaja habitualmente con Indra y especializada en el sector de la Defensa en España. El acto era, según estas fuentes oficiales, para que conocieran la faceta más personal del presidente Escribano. El ahora directivo del Ibex 35 es un apasionado del motor y uno de sus grandes hobbies es su parque de coches de gran cilindrada.

El empresario de moda del Ibex cerró el circuito de Sevilla para dar a conocer su visión más personal

Más tranquila fue otra reunión, más reciente, a la que acudió el hombre que habla con orgullo de sus orígenes como tornero fresador. Fue con Manuel de la Rocha, el jefe de Asuntos Económicos de Presidencia del Gobierno, el verdadero cerebro de la toma de control de empresas cotizadas por parte del PSOE and friends. Es decir, Telefónica, Indra y Talgo, entre otras. De la Rocha acudió al pequeño auditorio para hablar de cómo afectaba a España la nueva política arancelaria con la que cada mañana amenaza a Donald Trump a medio mundo y a una parte del otro medio.

Pero, según los asistentes, la mano derecha de Pedro Sánchez para lo que se conoce como ‘big money’, no hizo ninguna declaración llamativa. Especialmente porque se limitó a decir que las negociaciones con la administración americana eran bilaterales con la Unión Europea y que Ursula von der Leyen representaba los intereses de todos los países, incluida España. La noticia estaba en las primeras filas del pequeño auditorio de Estudio de Comunicación, la firma de Asuntos Públicos que organiza cada año el Spain Investor Day y que invitó al secretario de Estado a dar su visión sobre la guerra comercial en el mundo.

Los presidentes de Indra, Redeia, Correos, ICO, Cofides presentaron sus respetos a Manuel De la Rocha, de quién dependen sus cargos

En posición de saludo se sentaron el propio Escribano; Manuel Illueca, presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO); Ángela Pérez, presidenta de Cofides; Pedro Saura, máximo responsable de Correos, y Beatriz Corredor, la primera ejecutiva de Redeia, muy de actualidad por el famoso apagón de finales de abril. Cargos todos dependientes de Moncloa, que echaron la mañana para acompañar al cerebro económico de Moncloa.

De empresas privadas, hubo poca presencia y, la que hubo, también con gran servidumbre del Boletín Oficial del Estado (BOE). Solo acudieron José Bogas, consejero delegado de Endesa, Jaime Siles, managing director de IFM, accionista destacado de Naturgy, e Ignacio de Colmenares, consejero delegado de Ence. Entre el resto de los presentes había cargos de representación institucional de otras empresas como El Corte Inglés, que no envió a su presidenta, Marta Álvarez, porque le han aconsejado no aparecer cerca de ningún político. Por lo que pudiera pasar en un futuro próximo.