El regate legal que amenaza con romper la baraja entre Sixth Street y el Real Madrid

El dream team formado por Sixth Street y el Real Madrid se tambalea. Lo que prometía ser una delantera imbatible ha terminado convirtiéndose en una defensa llena de agujeros, donde tantos goles en contra han disparado las ganas de escuchar el pitido del final del partido.

Según han asegurado a este medio varias fuentes, el fondo estadounidense lleva tiempo analizando sus opciones para rescindir o modificar el acuerdo con el club blanco, una medida que podría sustentarse en el argumento de que se ha producido un cambio material de las condiciones acordadas para la explotación del estadio.

La cancelación de los conciertos, por una parte, y la suspensión de las obras de los parkings, por otra, son vistos como dos factores clave que han impedido al fondo estadounidense alcanzar los objetivos previstos. Auténtica gasolina para intentar construir una estrategia legal que permita romper las tornas.

Coincidencia o consecuencia, la realidad es que Sixth Street acaba de armarse legalmente con el fichaje de KPMG Abogados, que según las fuentes consultadas está trabajando ya en ver las opciones que tiene para rescindir el actual contrato y forzar al club blanco a sellar un nuevo marco. Desde la firma de servicios profesionales han declinado hacer comentarios.

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Desde el fondo estadounidense, en cambio, se intenta transmitir un mensaje de absoluta normalidad en medio de la innegable tormenta y, ante las preguntas de este medio, un portavoz de Sixth Street ha señalado su "sólido compromiso con la asociación a largo plazo con el club y con la visión estratégica innovadora del mismo para la gestión y explotación del estadio Santiago Bernabéu".

Una modificación del contrato sería la vía natural que permitiría al fondo mantener esta asociación, pero bajo unas nuevas condiciones. Las actuales se han demostrado muy negativas para sus intereses, hasta el punto de que Legends Hospitality, filial de Sixth Street que explota el negocio del Santiago Bernabéu, ha tenido que aplicar un despido colectivo que afectará a 48 personas, casi la mitad de su plantilla en nuestro país, según las últimas cuentas presentadas ante registro.

Tras esta drástica medida, ha llegado el momento de hilar fino, porque los contratos como el firmado entre el fondo y el club son una enciclopedia de cláusulas y letra pequeña donde cualquier paso ha de medirse al detalle. Máxime, cuando detrás hay varios procesos judiciales en marcha, como los abiertos por el ruido de los conciertos y la licitación de los parkings; y una millonaria deuda, como la emitida por Sixth Street para financiar al Madrid. Pero a nadie se le escapa que los prestamistas siempre velan por recuperar hasta el último céntimo.

Desde que tomó la decisión de cancelar los conciertos, el pasado septiembre, sobre la cabeza del club blanco ha pendido la amenaza de que el fondo emprenda acciones legales. Cinco meses después, la falta de visibilidad sobre cuándo se podrán retomar los conciertos, si es que alguna vez se consigue insonorizar el Santiago Bernabéu, ha abonado el terreno para que Sixth Street pase a la acción y, por el momento, ya se ha comunicado la decisión de cercenar la plantilla de Legends Hospitality.

Tras esta drástica medida, en el entorno del Bernabéu se espera que el fondo lance algún tipo de ofensiva legal con el objetivo último de forzar al Madrid a sentarse a negociar unas nuevas condiciones, ya que las dos partes tienen mucho que perder si se enfrentan frontalmente.

Cuando el fondo y el club sellaron su alianza, en mayo de 2022, el gigante norteamericano inyectó 360 millones al equipo blanco a cambio de hacerse con un 30% de los ingresos procedentes de la explotación del estadio hasta 2042. El problema es que la hoja de ruta diseñada entonces nunca se ha cumplido, y las dos partes han cometido errores.

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Primero se retrasó la finalización de las obras, lo que provocó el incumplimiento de algún compromiso, aunque sin impacto material. Después llegó la cancelación de los conciertos, la suspensión de las obras de los parkings y el enfrentamiento con los promotores musicales, tridente que ha hecho saltar por los aires todas las proyecciones de negocio inicialmente planteadas.

Pero tampoco el servicio ofrecido por Legends ha sido como se esperaba, lo que ha dado lugar a un rosario de críticas por la atención en los palcos VIP, mientras, en paralelo, el club ha tenido que salir a resolver el lío judicial del Sky Bar del Bernabéu que también ha puesto en evidencia las costuras de esta alianza. Un progresivo desgaste que amenaza con romper la baraja.