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Reunión en Qatar: el cara a cara entre Florentino Pérez y su único rival
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Reunión en Qatar: el cara a cara entre Florentino Pérez y su único rival

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones y movimientos. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: Enrique Riquelme. (Europa Press/Joaquin Corchero)
Enrique Riquelme. (Europa Press/Joaquin Corchero)
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Florentino Pérez se proclamará, de nuevo, como viene pasando durante los últimos 16 años, presidente del Real Madrid por incomparecencia de adversario. La exigencia económica de disponer de cerca de 170 millones de euros de patrimonio personal, no de terceros, impuesta por el propio constructor en 2012 para perpetuarse en su santuario, ahuyenta a cualquiera que sienta su corazón blanco, incluso a alguno con posibles, que sabe lo difícil que es después controlar el famoso voto por correo.

No obstante, hay uno, cuyo padre ya fue directivo del Real Madrid, que sigue empeñado en ponerse algún día al frente de la institución deportiva más importante de España y, posiblemente, del mundo. Se trata de Enrique Riquelme, el joven empresario de 35 años que hace cuatro años ya amagó con armar una candidatura. Aquello fue un pecado de adolescencia que provocó la hilaridad de un Florentino Pérez que se siente intocable, especialmente porque controla a toda la asamblea de socios compromisarios y a todos los altavoces mediáticos nacionales que necesita.

Ahora, Riquelme tiene las espaldas algo más anchas y, sobre todo, una sociedad cotizada, Cox Abengoa, que le permite disponer de ese aval de casi 170 millones de euros. La compañía se estrenó en bolsa el pasado mes de noviembre con peor sabor de boca del que esperaba, con cierto agobio en el tramo final de la Oferta Pública de Suscripción (OPS), porque más de una orden millonaria de compra de acciones fue retirada a última hora. Un movimiento que provocó todo tipo de especulaciones sobre presuntas llamadas de gente cercana a Florentino que aconsejaron a determinados bancos e inversores no comprar Cox Abengoa si querían seguir trabajando con ACS.

Este fue uno de los temas que Riquelme echó en cara al mismísimo Florentino a finales del pasado año en Doha, Qatar, con motivo de la final de la Copa Intercontinental o mundialito de clubes. El Real Madrid se llevó el trofeo, con una plácida victoria contra el 'todopoderoso' Pachuca mexicano. En la reunión, el octogenario presidente del club estuvo acompañado por Anas Laghari, el banquero que, al estilo Elon Musk en el Gobierno de Donald Trump, más manda en Concha Espina, pese a no tener ningún cargo directivo.

Foto: Enrique Riquelme. (Diseño: Raquel Cano)

Según fuentes conocedoras de la conversación, Riquelme reconoció el gran trabajo realizado por Florentino durante su gestión al frente del club. Pero se quejó de la falta de democracia en la institución deportiva, gobernada sin el más mínimo atisbo de debate, con unos estatutos diseñados ad hoc por el ingeniero de Caminos para, precisamente, evitar cualquier competencia. Una situación que los que están detrás del joven empresario creen que se complicará aún más si se aprueba la nueva estructura societaria del Madrid, con una fundación, diseñada también por el propio Florentino, que será el máximo accionista de una sociedad cotizada.

Por ello, Riquelme le transmitió que se estaba planteando presentarse a las elecciones que acaba de convocar el club, cosa que, según fuentes financieras, no hará finalmente. En primer lugar, por falta de tiempo para organizar un ataque con garantías mínimas de poder ganar. Especialmente porque el voto por correo sigue siendo diabólico. Y, en segundo término, porque el empresario alicantino tiene aún mucho trabajo que hacer en Cox para levantar la cotización y desarrollar su nuevo plan estratégico.

Foto: Óscar Puentes, ministro de Transportes, Florentino Pérez y Joan Laporta. (EFE/Juanjo Martín)

Florentino, consciente de que, por salud (78 años y ya varias operaciones quirúrgicas) puede ser su último mandato, le dijo que no tuviera prisa. Que tenía 35 años, edad a la cual el dueño parcial de ACS era solo un concejal del Ayuntamiento de Madrid. Por tanto, que tenía toda la vida por delante para intentar presidir el club. En otras palabras, que se olvidara de momento de enturbiarle los planes, que pasan, especialmente, por transformar el club en una sociedad anónima y lanzar de una vez por todas la famosa Superliga.

Riquelme es sabedor de que ahora no toca, por el gran momento deportivo del Real Madrid, en buena parte por la nefasta gestión de Joan Laporta en su eterno rival, que se lo ha puesto fácil al frente del Fútbol Club Barcelona. Por lo que esta semana decidió no asomar la cabeza, pese a disponer de los 170 millones, ya que es dueño del 60% de Cox, que capitaliza cerca de 750 millones. Pero el de Cox (Alicante), cuyo padre, aficionado a ratos del Elche CF, ya fue directivo blanco, ha asegurado a sus más cercanos que tiene su propia estrategia para dar guerra. Sobre todo en el próximo referéndum en el que se someterá a votación un cambio histórico en los estatutos del Real Madrid.

Florentino Pérez se proclamará, de nuevo, como viene pasando durante los últimos 16 años, presidente del Real Madrid por incomparecencia de adversario. La exigencia económica de disponer de cerca de 170 millones de euros de patrimonio personal, no de terceros, impuesta por el propio constructor en 2012 para perpetuarse en su santuario, ahuyenta a cualquiera que sienta su corazón blanco, incluso a alguno con posibles, que sabe lo difícil que es después controlar el famoso voto por correo.

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