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La 'vendetta' de Antonio Navalón y el incendio mexicano de Prisa
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La 'vendetta' de Antonio Navalón y el incendio mexicano de Prisa

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: Imagen: EC.
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Poco podía imaginar Prisa que el reciente incendio originado en México con su negocio radiofónico (Radiópolis) tendría como mano ejecutora al mismísimo Antonio Navalón. El famoso lobista español, protagonista en las décadas de los 80 y 90 de diferentes escándalos judiciales en el mundo de los negocios (Rumasa, Argentia Trust o Sogecable), fue hasta hace dos días un hombre de la casa, incluida tribuna en 'El País', tanto por su relación histórica como asesor de Jesús Polanco como por su condición de amigo y socio de Juan Luis Cebrián.

Nada de eso ha servido para que el profesor Navalón, con plaza en la Universidad Nacional Autónoma, sirva ahora en las huestes de Grupo Coral. Es decir, del nuevo socio (hostil) de Prisa en el negocio de la radio. Igual que participó para Polanco en la entrada de Radiópolis, cuando el grupo era propiedad del gigante mexicano Televisa, lo hace ahora para la dupla de inversores que este verano compró ese 50%: el empresario Miguel Alemán (nieto de presidente de México y propietario de la aerolínea Interjet) y el controvertido financiero Carlos Cabal.

Foto: Asalto a las instalaciones de la radio de Prisa en México.

El pasado agosto, solo un mes después de hacerse con la mitad de Radiópolis, Grupo Coral impugnó los acuerdos de socios que existían con Prisa y reclamó participar en la gestión. La disputa por el control del tercer grupo radiofónico del país, con la emisora W Radio como referencia, llevó a una situación crítica cuando personal enviado por Alemán y Cabal se personó en la compañía para destituir al director general de forma unilateral, según denunció la multinacional española. Sin embargo, era un paso más para demostrar que la guerra iba en serio.

Aunque el pulso tiene varios frentes judiciales, Prisa ha ido ganando todas las embestidas, incluidas las cautelares que se dirimían en la Corte Internacional de Arbitraje de París. Pese a ello, Grupo Coral mantiene su estrategia por escalar el conflicto, haciendo el mayor ruido reputacional posible y apuntando a lo más alto para llamar la atención incluso de Ana Botín (accionista de Prisa y socia de los empresarios mexicanos Carlos Slim y Roberto Alcántara) o de la propia CNMV. Cuanta más tensión meta a Prisa más cerca cree que estará el pacto. Y si no, batalla en suelo mexicano.

El pasado mes de septiembre, Carlos Cabal estuvo de paso por Europa. Había pedido cita para reunirse con Javier Monzón, pero el presidente de Prisa adujo problemas de agenda para recibirle en la fecha propuesta y le emplazó para una semana más tarde. El financiero mexicano pretendía hacer escala en Madrid, procedente de Milán, para verse cara a cara con el ejecutivo español, pero la cita quedó en el aire. Tras ese encuentro fallido, todo se ha dirimido en los tribunales o por medio de terceros encargados de entregar la rama de olivo a Manuel Mirat o Pedro García-Guillén.

La paradoja de este conflicto es que ambos bandos están utilizando sus plataformas mediáticas para desnudar los intereses de la parte contraria

La paradoja de este conflicto es que ambos bandos están utilizando sus plataformas mediáticas para desnudar los intereses del contrario. Así, mientras ‘El País’ dedicó el pasado mes de agosto un amplio y detallado semblante de Carlos Cabal, recordando su paso por la cárcel, diferentes medios mexicanos en la órbita de influencia de Coral, con Navalón como cerebro en la sombra, tratan de establecer una relación de intereses entre Prisa, Botín y Slim para construir un relato que ampare una decisión judicial (o política) a favor de sus reclamaciones.

De acuerdo a las cuentas de Prisa, los números de Radiópolis no son determinantes para el futuro del grupo, teniendo en cuenta que su principal negocio radiofónico está en Colombia. Sin embargo, sí lo es desde un punto de vista estratégico, ya que México es la base del grupo español para gestionar todos sus intereses en la región, tanto en educación (Santillana) como en medios, incluida la edición de 'El País AMÉRICA' y la gestión de W Radio, emisora donde el influyente periodista Carlos Loret de Mola mantiene uno de los pocos informativos críticos con el presidente López Obrador.

A partir de aquí, las versiones sobre la disputa son variadas. El caso es que Alemán, en serios problemas financieros, ha sido auxiliado por Cabal, con quien se ha unido para tomar Radiópolis. Y como telón de fondo está el posible giro editorial del grupo radiofónico para alinearlo con sus intereses, ambos asistidos por Navalón, pese a que la propia Prisa ya cuenta en su capital con algunas de las mayores fortunas del país. En definitiva, dos placas tectónicas en colisión por un negocio, pero también por un instrumento de poder. Y mientras tanto, AMLO esperando el desenlace.

Poco podía imaginar Prisa que el reciente incendio originado en México con su negocio radiofónico (Radiópolis) tendría como mano ejecutora al mismísimo Antonio Navalón. El famoso lobista español, protagonista en las décadas de los 80 y 90 de diferentes escándalos judiciales en el mundo de los negocios (Rumasa, Argentia Trust o Sogecable), fue hasta hace dos días un hombre de la casa, incluida tribuna en 'El País', tanto por su relación histórica como asesor de Jesús Polanco como por su condición de amigo y socio de Juan Luis Cebrián.

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