El PP planea desmantelar las sicavs de las Koplowitz, Del Pino y Abelló
Los accionistas de estas sociedades deberán tener una participación superior al 0,55%. Los populares pretenden acabar así con la figura de los 'mariachis'
En época electoral, las sicavs viven sus tiempos más bajos. Identificadas en el imaginario colectivo como 'las sociedades de los ricos', estos vehículos cumplen todos los requisitos para copar gran parte del debate previo al 20-D, con mensajes populistas cuyos auténticos beneficios todavía están por verse. El PP también ha caído en la tentación de arremeter contra estas sociedades y, en su programa económico, ha incluido que, para acabar con los famosos 'mariachis', “solo se computarán a efectos del número mínimo de 100 accionistas, los que tengan una participación superior al 0,55%”.
Por ley, todas las sicavs necesitan contar, al menos, con 100 accionistas, un capital mínimo de 2,4 millones de euros y el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El problema es que, en la inmensa mayoría de los casos, estas sociedades están controladas por un único accionista, que tiene más del 90% del capital, y que se rodea de 'hombres de paja', muchos de ellos a sueldo de la entidad gestora o depositaria de la sicav. Con la propuesta del PP, lo fácil es pensar que este fraude de ley desaparecería, ya que exige que, al menos, entre 99 accionistas se deberán repartir el 54,5% del capital.
El resultado es que, si llega a aplicarse, esta medida desmantelará los vehículos de inversión de algunas de las mayores fortunas del país. Es el caso de Alicia Koplowitz, que controla las sicavs Morinvest y Fermat 2006; Sandra Ortega, dueña de Soandres; la familia Del Pino (Allocation, Chart, Swift, Tosqueta Inversiones, March Ten, Keeper, Altais, Allocation y Addition);Juan Abelló (Arbarin y Naira);Alberto Palatchi (Herprisa y Gesprisa);la familia Gallardo (Elitia); los Hernández-Callejas (Soixa),o Ram Bhavnani (Kalyani y Evolution),por citar algunos de los mayores patrimonios del país.
El problema es que también pondría en jaque la labor de la familia March, que, a través de Torrenova, Cartera Bellver y Lluc, ha creado auténticas sociedades de inversión colectiva, con miles de accionistas, y donde no hay atisbo de 'mariachis', como también ocurre con Brunara, sicav participada por Felipa Jove; o Lierde, sociedad capitaneada por César Alierta. Todas ellas superan los 500 socios, listón a partir del cual Hacienda está tan convencida de que no hay fraude que les permite gozar de los mismos beneficios fiscales de un fondo. Y, ¿alguien se imaginaría que le obligaran a tener el 0,55% de un fondo para poder participar en él?
El problema de las sicavs es que, efectivamente, la mayoría de ellas cobijan el patrimonio de una única persona o familia, que se rodea de 'mariachis' para poder acogerse al beneficio fiscal de tributar solo al 1% por sociedades. De hecho, el 80% de las 3.305 sicavs que hay en España tieneentre 100 y 150 socios, es decir, se ciñen al mínimo cumplimiento -cumplo y miento- de la regla; y solo hay 24 sicavs con más de 500 accionistas, según los datos de la CNMV, cuya responsabilidad es supervisar estas sociedades y denunciar los fraude de ley.
Aunque estos números hacen evidente que estas sociedades están plagadas de 'marichis', también es cierto que nada impide a cualquier particular poder ser socio de Koplowitz, Del Pino o Abelló. Basta con que vaya al MAB, la bolsa de las pymes, y pida comprar títulos de estos vehículos que, a cambio de sus ventajas fiscales, tienen la obligación tanto de vender acciones a cualquier pequeño inversor que pida ser su socio, como de comprárselas llegado el momento en que decida marcharse.
En cambio, con la propuesta del PP, se penalizará a los pequeños ahorradores, ya que para tener el 0,55% de Morinvest se requiere una inversión de 2,7 millones de euros, cuando ahora basta con tener 13,7 euros. Peores serán todavía las consecuencias para Torrenova, sicav cuya condición de vehículo de inversión colectiva nadie pone en entredicho y que, en cambio, ahora exigiría tener más de 6,7 millones de euros, frente a los apenas 10 euros que se necesitan para comprar un título de esta sicav. La situación llega a tal punto que, incluso ciñéndose al capital mínimo de 2,4 millones, se requiere tener 13.200 euros para poder ser considerado socio en toda regla de una sicav.
Lejos de tratar de abrir un debate serio sobre estos vehículos, los demás partidos ya han dejado claras también sus intenciones de meterlas mano sin abordar el problema de fondo: información y supervisión. La primera, para que todo el mundo sepa que puede ser socio de Koplowitz, Abelló o Del Pino con solo 10 euros; y la segunda, para tratar de evitar los fraudes de ley que, evidentemente, se están dando en la mayoría de vehículos.
El debate de fondo que hay detrás de las sicavs son sus ventajas fiscales. Estas sociedades tributan al 1% hasta que los accionistas sacan el dinero o perciben dividendos, y a partir de ese momento pasan a tributar al 21% para plusvalías inferiores a 6.000 euros, al 25% entre 6.000 y 24.000 y al 27% las superiores a 24.000 euros. Además, a partir de 500 accionistas, también tienen exentos los traspasos, como los fondos de inversión.
Como esta segunda ventaja está condicionada a contar con medio millar de socios, realmenteel problema está en las sociedades que tienen menos de 150 partícipes, porque están tributando como una institución de inversión colectiva, cuando en realidad son vehículos de grandes fortunas repletos de 'mariachis'. Soluciones drásticas, como las aplicadas en País Vasco y Navarra, al elevar la tributación, solo sirven para que estos vehículos se fuguen, yen Luxemburgo, será mucho más difícil para un particular ser socio de Alicia Koplowitz por apenas 13 euros.
Dicho con otras palabras, este tipo de medidas, si llegan a aplicarse, tienen como resultado penalizar al pequeño ahorrador, que verá encarecerse su participación en estas sociedades, a riesgo de ser considerado un 'mariachi', y fuga de capitales a estados como Luxemburgo, en un momento enque, además, esta industria estaba volviendo a levantar el vuelo, como demuestran el cerca de un centenar de nuevos vehículos que se han creado en este 2015.
Los motivos de esta proliferación son muchos, pero uno de los más esgrimidos por los expertos para explicar el renacer de las sicavs en los últimos tiempos es, precisamente, la amnistía fiscal y la vuelta de dinero que estaba fuera, un camino que puede volver a recorrer la dirección inversa si se ve acorralado.
En época electoral, las sicavs viven sus tiempos más bajos. Identificadas en el imaginario colectivo como 'las sociedades de los ricos', estos vehículos cumplen todos los requisitos para copar gran parte del debate previo al 20-D, con mensajes populistas cuyos auténticos beneficios todavía están por verse. El PP también ha caído en la tentación de arremeter contra estas sociedades y, en su programa económico, ha incluido que, para acabar con los famosos 'mariachis', “solo se computarán a efectos del número mínimo de 100 accionistas, los que tengan una participación superior al 0,55%”.
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