Madoff era controlador y sexista, según su secretaria

Bernard Madoff era un obseso del control, sexista y tenía mal genio. Así lo describe la que fuera su secretaria durante más de veinte años, Eleanor Squillari, que decidió ayudar al FBI en la investigación para comprender qué había pasado y que cree que Madoff preparó su detención y se negó a cooperar con la justicia para proteger a otros implicados en la estafa multimillonaria que llevó a cabo el financiero.

Squillari desvela los secretos de Madoff en un artículo que publica la revista Vanity Fair en junio y, para promocionarlo, ha concedido varias entrevistas a cadenas de televisión estadounidenses, como la NBC y la ABC. El artículo, titulado “¡Hola, Madoff!, va ilustrado con más de una docena de fotos íntimas del financiero y de su familia.

El financiero estadounidense Bernard Madoff se enfrenta a una condena de hasta 150 años de cárcel tras haberse declarado culpable de once delitos después de haber sido acusado de haber cometido un fraude piramidal de 50.000 millones de dólares. El 12 de marzo, cuando Madoff compareció ante el tribunal, admitió: “Operé un esquema ponzi durante años” y declaró que siempre supo que “este día acabaría llegando”.

Squillari recuerda una conversación que mantuvo con Madoff hace años, después de que la secretaria de un cliente hubiera sido arrestada por desfalco. Madoff dijo entonces que “él tiene que asumir la responsabilidad por esto” y también señaló que el cliente tendría que haber vigilado sus finanzas personales. Squillari se sorprendió cuando su jefe añadió: “Bueno, ya sabes lo que pasa, comienzas cogiendo un poco, tal vez unos cientos, unos miles de dólares. Te sientes cómodo con ello y antes de que te des cuenta, la bola de nieve se ha convertido en algo grande”.

Sobre la personalidad de Madoff, Squillari no se calla nada. Considera que es un sexista y revela que continuamente hacía bromas de carácter sexual. Además, asegura que utilizaba con frecuencia los servicios de “masajistas” y que tenía una agenda bastante completa de este tipo de servicios. Hasta dice que le vio una vez consultando la sección de contactos de un periódico.

Según Squillari, “Bernie era irresistible para las mujeres” y flirteaba habitualmente con ellas. Además, recuerda que algunas veces, cuando salía de su baño, “que estaba en diagonal con mi mesa”, iba subiéndose la cremallera de los pantalones y si ella le echaba una mirada desaprobándolo, él le contestaba: “Vamos, sabes que esto te excita”.

También dice que era un obseso del control y que cuando se encontraba en situaciones de estrés, insultaba y trataba mal a los empleados. Una vez dijo: “Tienes un aspecto horrible, estás engordando. Eres estúpido”. Pero Squillari dice que mantenía una buena relación con su jefe, que no consideraba inapropiados sus comentarios y que no se los tomaba como algo personal: “Sabía que no era sobre mí, que era algo sobre él”.

Madoff quería que su mujer “fuera perfecta para él y nunca la dejaba ganar peso o tener un pelo fuera de su sitio”. Por otro lado, en los asuntos financieros, confiaba en ella. Ruth Madoff tenía un despacho en la empresa de su marido y controlaba las actividades de la compañía. La mujer de Madoff retiró 15,5 millones de dólares de la cuenta del broker a finales del año pasado, diez de los cuales los sacó el día antes al arresto del inversor por parte de la policía, según un sumario del juzgado de Massachusetts al que tuvo acceso el pasado mes de febrero Bloomberg. Ruth Madoff contará con los servicios de su propio abogado para hacer frente a las acusaciones que se le puedan hacer.

La secretaria de Madoff, que ha colaborado durante dos meses con el FBI,  dice que desde que estalló el escándalo sobre la estafa, el financiero no parecía el mismo, se le veía hundido. “Parece otro”, ha dicho.

El abogado de Madoff no ha querido hacer comentarios a los medios sobre el artículo y las entrevistas concedidas por Squillari.