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Tercera pista de Heathrow: cuestión de Estado
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FERROVIAL SIGUE EN LA PICOTA

Tercera pista de Heathrow: cuestión de Estado

La construcción de una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow, la joya de la corona que Ferrovial posee en Reino Unido tras la compra de

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Tercera pista de Heathrow: cuestión de Estado

La construcción de una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow, la joya de la corona que Ferrovial posee en Reino Unido tras la compra de BAA, se le ha atragantado al pueblo británico. La razón: el impacto medioambiental. El primer ministro, Gordon Brown, nunca ha ocultado su apoyo a la iniciativa. El grupo de Rafael del Pino lleva un año advirtiéndole de que las aerolíneas acabarán por utilizar otros hubs europeos si no se mejora la capacidad y la cantinela se le ha quedado grabada por las consecuencias negativas que esto supondría para la economía del país.

El premier está por tanto convencido, pero su gabinete le ha comunicado que si finalmente anuncia el sí rotundo que tiene en mente la decisión le podría costar incluso los comicios parciales de Londres. De celebrarse a día de hoy unas elecciones menores en la capital británica, los laboristas perderían las circunscripciones de Battersea, Ealing, Acton, Brentford, Isleworth y Hammersmith. Casi la mitad de los 44 diputados que el partido tiene en Londres, además de varios ministros, han mostrado ya de forma pública su oposición a una construcción que supondría a BAA una inversión de unos 9.000 millones de libras.

La cuestión es por tanto peliaguda. Después de meses de revueltas internas, Brown había conseguido la paz aparente entre sus filas. Si dice que sí todo podría irse al traste, pero si se opone renunciaría a los puestos de trabajo que la obra generaría en el país (idea jugosa en mitad de la crisis) y dejaría a Londres como capital de segunda con respecto a los demás aeropuertos europeos.

Mientras Heathrow tiene dos pistas operando al 98,5% de su capacidad, Francfort cuenta con tres, París CDG con cuatro y Amsterdam Schipol con cinco. Todas operan a menos del 75 por ciento de su capacidad. Según Ferrovial, este problema ha hecho que el número de destinos en el aeropuerto londinense haya caído de 227 en 1990 a los actuales 180. En el mismo periodo Francfort, París y Amsterdam han aumentado sus destinos y están en condiciones de ofrecer nuevas franjas horarias a las economías emergentes, denuncia el grupo español.

Pero su argumento no acaba de convencer ni a vecinos, ni a ecologistas ni a Conservadores ni a Liberal Demócratas. Tan sólo Brown, su ministro de Negocios y los empresarios se muestran a favor. La decisión final del Ejecutivo, que según la prensa podría conocerse esta misma semana, está enfilada a dar la aprobación, pero caben sorpresas. Mientras, centenares de manifestantes hacen guardia en el aeropuerto para aumentar la presión en la recta final, Ferrovial estudia las alternativas en caso de que el Gobierno cambie a última hora de parecer.

Ferrovial tiene otras alternativas

La segunda opción para la compañía de Rafael del Pino sería la de aprovechar mejor las dos pistas actuales introduciendo un sistema mixto de operaciones, es decir, que las dos sean utilizadas tanto para despegar como para aterrizar. Según Ferrovial, de este modo se podría aportar un 15 por ciento de capacidad adicional de pista en Heathrow para el año 2015, permitiendo hasta 540.000 vuelos al año, en comparación con el límite actual de 480.000. Los beneficios económicos para el país con este plan podrían ser de 2.500 millones de libras al año o 35.000 millones de libras de aquí a 2030. De construirse la tercera pista, los beneficios serían de 7.000 millones de libras al año o 30.000 millones de libras de aquí a 2030.

La clase empresarial británica considera la ampliación vital para el empleo, el crecimiento económico y la competitividad a largo plazo de la economía del país. Sin embargo, los opositores argumentan que si el Gobierno apuesta finalmente por seguir adelante, su credibilidad con respecto al compromiso que dice tener con el Medio Ambiente quedaría por los suelos.

Martin Salter, alto cargo del partido Laborista, afirma que no existe ninguna posibilidad de cumplir estrictamente las condiciones ambientales y sobre esa base no se debe de continuar. Antes de Navidad, Salter presentó una moción para votar la cuestión en el Parlamento. A pesar de que el resultado no sería en absoluto vinculante, la larga lista de diputados laboristas que ya han dicho que votarían en contra (uniéndose a la oposición y la tercera fuerza política del país) sacaría los colores al inquilino de Downing Street. Sería totalmente inapropiado que no se le confiriera al Parlamento la oportunidad para expresar su punto de vista, especificó Salter a la prensa británica.

Las dudas sobre el impacto medioambiental siempre han sido la piedra angular del gran debate. El pasado mes de mayo, BAA fue acusada de beneficiarse del apoyo del Gobierno británico en la elaboración de un estudio sobre esta cuestión. A principios de esta semana un informe encargado por el alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, advertía del peligro que la ampliación supondría para la salud de los habitantes de las zonas próximas.

Según el informe, filtrado a la prensa en medio de la polémica, Heathrow viola ya las normas sobre calidad del aire de la Unión Europea y superaría también los límites sobre contaminación sonora de permitirse un cincuenta por ciento más de vuelos sobre la capital. Este aumento, desde los 480.000 actuales a 720.000 al año, produciría más emisiones de dióxido de carbono de los 40 microgramos por metro cúbico en las zonas residenciales fijados por Bruselas.

La construcción de una tercera pista en el aeropuerto de Heathrow, la joya de la corona que Ferrovial posee en Reino Unido tras la compra de BAA, se le ha atragantado al pueblo británico. La razón: el impacto medioambiental. El primer ministro, Gordon Brown, nunca ha ocultado su apoyo a la iniciativa. El grupo de Rafael del Pino lleva un año advirtiéndole de que las aerolíneas acabarán por utilizar otros hubs europeos si no se mejora la capacidad y la cantinela se le ha quedado grabada por las consecuencias negativas que esto supondría para la economía del país.

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