Pasarse de potencia o quedarse corto: los errores más comunes de las facturas energéticas de invierno
El aumento del consumo de energía puede provocar un descontrol de los recibos de la luz y el gas si no se tiene en cuenta tanto los precios fijos como la potencia que tenemos contratada
El frío ya está aquí. Y los hogares empiezan a prepararse para ‘invernar’. La época del año donde más energía se necesita para iluminar las casas ante la caída de las horas de luz y, principalmente, poner en marcha todos los aparatos disponibles para calentar las viviendas. Algunos hacen acopio de leña para la chimenea o butano para las instalaciones más tradicionales, pero la mayoría de los hogares en España se preparan para pagar las mayores facturas de luz y gas del año.
Un hecho casi inevitable porque, ante mayor consumo, mayor gasto. No obstante, sí existen algunos consejos y previsiones de cara a este invierno. La primera recomendación que dan los expertos consultados por El Confidencial es ser consciente de qué cantidad de energía y el precio que estoy dispuesto a pagar para regular ese consumo, para estimar las necesidades durante el invierno y no llevarse ninguna sorpresa cuando llegue la factura.
¿Cómo saber si tengo la factura adecuada? "Si el gasto es principalmente eléctrico, recomiendo sondear las ofertas comerciales utilizando el comparador de la CNMC o cualquier otro similar", comenta Carlos Martín, director de operaciones de la consultora energética Enerjoin. "Hay que prestar mucha atención", enfatiza, "mucha atención, no solo al euros/ kilovatio hora (€/kWh) de coste variable, sino al €/kWh de coste fijo, para que se vea claramente la diferenciación entre el precio Punta y Valle", añade el experto.
Un último punto muy importante porque en las tarifas con discriminación horaria, por norma general, el precio del kWh de luz es más alto durante las horas punta, que suelen situarse durante las horas centrales del día, y más bajo durante las horas valle, que suelen ser la madrugada y los fines de semana junto con los festivos.
"Hay que vigilar el término fijo", alerta a este medio la Organización de Consumidores y Usuarios. "Casi todas las alternativas con precios económicos o llamativos lo hacen a costa de duplicar el coste del término fijo (potencia). Si el hogar tiene un consumo elevado, le compensará apostar por estas tarifas, pero hay que tener cuidado con ellas si el hogar tiene consumos bajos o medios. Por eso es bueno utilizar un comparador e introducir el consumo anual para que esa estimación sea ajustada”, recomienda la organización.
Las compañías eléctricas ya cuentan con alternativas en el mercado con un único precio las 24 horas y precios diferentes en cada tramo horario. "La tarifa regulada de electricidad sigue teniendo un amplio componente variable y, creo que hay demasiado riesgo de cara a este invierno, por lo que trataría de coger un precio fijo", recomienda Carlos Martín. "Para la electricidad, hay multitud de opciones. La tarifa regulada PVPC no es mala opción, pero hay alternativas mejores en estos momentos", confirma la OCU.
La tarifa regulada en el gas
Los términos fijo y de consumo también son imprescindibles en el gas. El precio pactado con la comercializadora del gas y el volumen de consumo marcan la factura final. Los expertos recomiendan por unanimidad recurrir a la tarifa regulada. El pasado 1 de octubre entró en vigor la nueva tarifa regulada del gas (TUR) para el último trimestre de 2024.
La tarifa TUR se revisa cada 1 de octubre con el inicio de un nuevo Año del Gas, lo que significa que se actualizan los peajes y cargos de todas las tarifas, tanto en el mercado libre como regulado. Este año la revisión de los peajes y cargos ha supuesto una bajada en el término fijo de la factura, y a cambio un ligero incremento en el precio del kWh consumido.
Una revisión que casi no ha afectado a las tarifas de mercado libre y sí ha beneficiado a la tarifa TUR. "Para el gas, la tarifa TUR sigue siendo la mejor opción", destaca la OCU. "Si tengo calefacción de gas, sin lugar a dudas, me iría a refugiar en la tarifa TUR de último recurso que entró en vigor el 1 de octubre", comenta Carlos Martín. "Cero dudas", destaca.
¿Qué invierno se avecina?
Todas las previsiones y recomendaciones pasan por revisar las necesidades de cada hogar, pero teniendo en cuenta que los factores externos del mercado energético, como puede ser la meteorología, determinan el precio final.
El equipo de Advanced Energy Consulting (AEC) espera un invierno más cálido, una demanda de gas más baja, una demanda eléctrica que se recupera de forma moderada y las reservas tanto de agua como de gas muy preparadas para afrontar el invierno. Previsiones positivas para los precios de invierno con una única amenaza: que los múltiples frentes de guerra y los choques internacionales disparen el mercado, como sucedió en la crisis de Ucrania de 2022.
"Estamos ante un escenario de disminución generalizada de la demanda a pesar de leves datos de recuperación de demanda eléctrica nacional, un mercado energético que ha recuperado estabilidad y que, aunque influido por eventos puntuales, no parece estar significativamente afectado por las tensiones internacionales actuales", explican desde la consultora AEC.
"Los precios estimados para la contratación de electricidad a precio fijo (mercado libre) para 2025 oscilan entre los 90 y 100 euros/ megavatio hora (MWh), mientras que el precio PVPC (tarifa regulada), que a partir de 2025 se calculará con un 40% basado en los futuros y un 60% en el mercado diario de OMIE, podría ofrecer mayor estabilidad a largo plazo con una ligera bajada en los valores, siempre que se acepte la volatilidad inherente del mercado", prevén los expertos de Advanced Energy Consulting (AEC).
La conclusión de los analistas del mercado es que se deben manejar todos estos condicionantes si se cambia de tarifa y también si se mantiene. Una forma de anticiparse a los sustos invernales que dan las facturas energéticas en invierno.
El frío ya está aquí. Y los hogares empiezan a prepararse para ‘invernar’. La época del año donde más energía se necesita para iluminar las casas ante la caída de las horas de luz y, principalmente, poner en marcha todos los aparatos disponibles para calentar las viviendas. Algunos hacen acopio de leña para la chimenea o butano para las instalaciones más tradicionales, pero la mayoría de los hogares en España se preparan para pagar las mayores facturas de luz y gas del año.
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