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Ventajas de los planes de pensiones de ciclo de vida

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Ventajas de los planes de pensiones de ciclo de vida

Por EC Brands

A

lo largo de la vida se suceden distintas etapas, cada una de ellas con sus metas y con sus necesidades. Una persona no tiene los mismos objetivos cuando se independiza por primera vez que cuando contrata una hipoteca o tiene un hijo, como tampoco tendrá las mismas metas al acercarse en su madurez a la edad de jubilación o cuando, tras abandonar su vida laboral, entre en ella. En el caso del ahorro ocurre algo similar. En cada momento y en cada situación se dispone de unas capacidades de ahorro diferentes, dependiendo de los ingresos periódicos que se generan y los gastos que hay que atender.

En la actualidad, la industria financiera ofrece un amplio abanico de productos que se adaptan a la edad de cada persona. Entre ellos destacan los planes de pensiones por su vocación de servir de complemento, en el futuro, a los ingresos de la jubilación. Existen diferentes tipos: los que dependen de los sujetos que los constituyen —planes individuales, planes de empresa y planes asociados—; los que tienen en cuenta sus obligaciones —de aportación definida, de prestación definida o mixtos—; o aquellos en los que se pone el foco en los activos en los que se invierte el capital —planes de pensiones de renta fija, de renta variable, de renta variable mixta o garantizados, la clase más conservadora de todas—.

Ancianos en un banco

Planes dinámicos

Entre todas estas variantes sobresalen, especialmente en los últimos años, aquellos que se conocen como planes dinámicos o de ciclo de vida. Estos productos son capaces de adaptar de manera automática el binomio entre rentabilidad y riesgo para combinarse con la edad del beneficiario y sus características particulares. Se trata de una gama de instrumentos financieros diseñada para invertir el capital teniendo en cuenta los años que faltan para la fecha de jubilación prevista. Tal y como afirma Esther Pichardo, directora de Ahorro y Pensiones de BanSabadell Vida y Pensiones, “los productos de ciclo de vida permiten una gestión adaptada al plazo que le queda a cada cliente para cobrar el plan, adaptando automáticamente las inversiones con el transcurso de los años y reduciendo el riesgo cuando se está cerca de cobrar el plan”.

Los productos de ciclo de vida adaptan automáticamente la rentabilidad y el riesgo

De este modo, una persona que apueste por estos productos dinámicos mantendrá los dos beneficios principales que tienen los planes de pensiones. Por un lado, ahorrar de manera periódica con vistas a disponer de una jubilación tranquila y sin sobresaltos, en la que sus necesidades económicas se vean satisfechas tanto por la pensión pública que reciba como por el complemento generado a través del rendimiento que ha logrado con este producto. Por otro lado, disfrutar de beneficios fiscales, ya que el dinero que se aporta a lo largo del año se descuenta de la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF); con un límite máximo que ha variado tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021, que reducen de 8.000 a 2.000 euros anuales la deducción a los planes de pensiones individuales y extienden la cantidad máxima a deducir en los planes de empresa hasta los 10.000 euros.

Abuelo y nieta pasean juntos

Pichardo también señala que, como sucede en otros productos de ahorro para la jubilación, es fundamental el papel de los especialistas financieros que, “además de adaptar las inversiones a las características propias de la edad y el perfil de riesgo de cada ahorrador, analizan el entorno económico del mercado en todo momento, de cara a intentar conseguir la mejor rentabilidad”.

Una cuestión demográfica

De acuerdo al informe ‘Preventing Ageing Unequally’, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2050 en España habrá 76 personas jubiladas por cada 100 trabajadores. Un dato muy preocupante teniendo en cuenta que, hace apenas un lustro, esta proporción era de 30 jubilados por cada 100 empleados. Desde hace años, el debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones está instalado entre la opinión pública, y serán necesarias algunas reformas profundas en el futuro cercano para hacerlo viable. Quizá por ello, y según datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), hoy casi 10 millones de españoles tienen contratado algún producto exclusivo para la jubilación.

El concepto clave en estos productos es el horizonte temporal: a largo plazo, más peso de renta variable; a corto, la estrategia opuesta

Esta preocupación de los ciudadanos por los riesgos actuales del sistema y las consecuencias para su futura jubilación ha provocado un incremento en la oferta de planes de pensiones. Por ello, antes de contratar uno, la experta de BanSabadell Vida y Pensiones recomienda tener claros algunos aspectos. Por ejemplo, el tipo de plan, con una gestión activa por parte del cliente, decidiendo en cada momento el cambio de plan en función de los mercados o delegando la gestión en un equipo de expertos. También el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir, y que, muy probablemente, influirá en la rentabilidad final que se obtenga. Por ejemplo, dado el contexto actual de tipos de interés próximos a cero, en los últimos años se ha observado un impulso de los planes de pensiones con más peso de la renta variable.

Mujer mayor asomada por una ventana

En este contexto, las entidades financieras están ofreciendo cada vez más planes de pensiones basados en el ciclo de vida que se configuran a partir de dos variables: la fecha estimada de jubilación y el perfil de riesgo. Tal y como analiza la directora de Ahorro y Pensiones de BanSabadell Vida y Pensiones, a medida que se aproxima el día de abandonar la vida laboral, pensando en el corto plazo, el peso de la renta variable disminuye, ajustando los porcentajes y la duración de la renta fija de acuerdo al perfil del partícipe. “Los planes de pensiones, que son un producto con un horizonte temporal a largo plazo, deberían invertir así, para aprovechar las oportunidades de los mercados cuando aún falta tiempo para cobrar, y reduciendo el riesgo y la volatilidad cuando se acerca el momento de cobrar el plan”, añade.

Es decir, que el concepto clave en este tipo de productos es la inversión en el largo plazo, dado que, de este modo, se puede mitigar el efecto que tiene la volatilidad en momentos puntuales del ciclo económico en los mercados, mientras que la rentabilidad tiene unas perspectivas de crecimiento mayor. Cuanto más joven se es más peso se da a la inversión en activos de renta variable, modificándose con el paso de los años hasta que, poco a poco, pierde protagonismo en favor de la renta fija. De este modo, se intenta lograr un mayor beneficio controlando el riesgo, y la labor del gestor es fundamental para ir modificando de manera paulatina la configuración de la cartera.

“Los tipos de interés a largo plazo normalmente son superiores, y teniendo un horizonte temporal lejano lo mejor es aprovecharlo”

“Eso no quiere decir que en una estrategia a largo plazo estos productos no apuesten por la renta fija, sino que lo hacen con una mayor duración, dado que los tipos de interés a largo plazo son normalmente superiores a los del corto plazo; y teniendo un horizonte temporal lejano lo mejor es aprovecharlo”, explica Pichardo. Por el contrario, en edades cercanas a la jubilación, la duración de la renta fija debe ser a corto plazo.

En conclusión, aunque el perfil del inversor sea el de alguien muy joven y acabe de comenzar a trabajar, desde Banco Sabadell recuerdan que es importante dedicar tiempo a planificar las finanzas a futuro, ya que, el esfuerzo necesario será menor cuanto antes se empiece. Además, si se suscribe un plan de pensiones de ciclo de vida, se podrá invertir optimizando las expectativas de rentabilidad en cada momento y acumular así un capital para cuando, dentro de muchos años, decida retirarse. “En definitiva, podrá maximizar su beneficio acotando el riesgo y de una manera cómoda y tranquila, ya que ni siquiera tendrá que cambiar de plan de pensiones para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado o de su propia situación vital”, concluye Pichardo.