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Así son los nuevos depósitos estructurados: más rentabilidad... pero sólo si sube la bolsa
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BBVA, SABADELL Y BANKINTER LOS HAN RELANZADO

Así son los nuevos depósitos estructurados: más rentabilidad... pero sólo si sube la bolsa

En plena sequía del depósito tradicional, la banca ha encontrado en los depósitos estructurados la forma de ofrecer más rentabilidad a cambio de más riesgo

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El ahorro conservador ha encontrado nuevos padrinos en los escaparates bancarios. A los fondos con rentabilidad objetivo, sucesores de los garantizados pero sin una rentabilidad mínima comprometida, se unen los depósitos estructurados. El léxico puede inducir a engaño, ya que, estos productos no son como los depósitos tradicionales, donde la rentabilidad a percibir está pactada de antemano. Aquí el inversor puede ganar más pero también puede acabar recibiendo nada.A pesar de esta salvedad, la demanda de depósitos estructurados es innegable. Sólo en el caso de Bankinter, de 2012 a 2013 consiguió ampliar el saldo invertido en estructurados de dos millones de euros a 325 millones a cierre del pasado ejercicio.

Un depósito estructurado, como indica su propia denominación, se trata de una estructura que se suele constituir con un depósito a plazo fijo combinado con una inversión en renta variable (bien a través de una cesta de acciones o un fondo de inversión). Hasta ahora la forma más habitual de articularlos era esta combinación de dos productos con un riesgo muy distinto, con los que se trataba de garantizar la inversión (con el depósito) y ofrecer un plus de rentabilidad (si tenía éxito la inversión en renta variable). En los últimos productos que se están lanzando, la mayoría de entidades ha suprimido esta dualidad y ha optado por vincular toda la inversión a la revalorización de un índice o unas acciones. De esta forma, el cliente puede obtener algo más de rentabilidad pero también se puede ir con las manos vacías a vencimiento, siendo cero la rentabilidad acumulada tras los dos o tres años que suele durar la permanencia de estos productos.

¿Dónde está la diferencia con un depósito tradicional? En que en la imposición a plazo fijo clásica la entidad se compromete a remunerar con una rentabilidad pactada en el momento de la contratación. Ahora sugiere una horquilla de rentabilidades mucho mayores que la de las imposiciones tradicionales, hoy por debajo del 2% en la mayoría de los casos. Enmarcados como depósitos, el principal de la inversión está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000 euros. Esto no es así en aquellos productos estructurados en los que una parte del capital está referenciado a una cesta de acciones, sobre la que no existe garantía alguna.

Sugiere una horquilla de rentabilidades mucho mayores que la de las imposiciones tradicionales pero el cliente corre el riesgo de irse con las manos vacías a vencimiento del producto

Con el capital garantizado en esta inversión, los asesores financieros insisten en señalar que “estos depósitos apenas representan riesgo para los bancos, ya que su posición en renta variable está totalmente cubierta por la estrategia de derivados que desarrolla la entidad. Así, “el beneficio reside en la comisión que se cobra por realizar las gestiones, que suele estar ya incluida en las rentabilidades que publicita el banco de turno”, subrayan.

Otro de los puntos que conviene tener presente es la comisión que suelen aplicar los bancos por cancelación anticipada del producto. Las entidades trasladan a los clientes los costes derivados de modificar la estructura ante eventuales salidas de capital. Esta comisión suele oscilar entre un 1,5% sobre el capital invertido y hasta un 5% del mismo.

Apenas representan riesgo para los bancos, ya que su posición en renta variable está cubierta por la estrategia de derivados que desarrolla la entidad. El beneficio reside en la comisión que se cobra, que suele estar incluida en la rentabilidad ofrecida

“Son productos que utilizan el gancho de una mayor rentabilidad pero obligan al cliente a aceptar la letra pequeña y mantenerse cautivo el tiempo que le exijan”, apunta Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis. De hecho, la complejidad de los mismos ha llevado a algunas de las principales entidades españolas a reducir su presencia dentro de sus catálogos en aras de ofrecer productos más sencillos y entendibles por la gran mayoría de ahorradores.

Bankinter, BBVA y Sabadell copan las nuevas ofertas

Bankinter, BBVA o Banco Sabadell son algunas de las entidades que han desempolvado estos productos en el nuevo año. La firma liderada por María Dolores Dancausa, es uno de los bancos más activos del mercado en este segmento de productos. Tal y como admiten desde la propia entidad, “la idea es que el cliente tenga en todo momento al menos dos opciones para elegir dentro de este segmento de producto”.

Esta entidad comercializa el Depósito Garantizado Ibex Digital, un producto con un plazo de tres años, referenciado a la evolución del Ibex 35 y contratable desde 1.000 euros. La primera lectura de niveles se tomó a cierre de sesión del viernes, cuando el Ibex cerró en 10.103 puntos. En base a esta indicación, si el índice sube a 30 de marzo de 2015 se pagará un cupón del 2,30% TAE sobre el capital invertido. En caso contrario ascenderá al 0,50%. Esta mecánica se repetirá el 28 de marzo de 2016 y a vencimiento, el 28 de marzo de 2017 con las mismas remuneraciones.

Bankinter consiguió aumentar el saldo invertido en depósitos estructurados de dos millones de euros a 325 millones a lo largo de 2013

El producto, que puede contratarse hasta el próximo 27 de marzo, permite cancelaciones anticipadas los días 3 de cada mes a partir de mayo de 2014. Eso sí, no se podrá cancelar parcialmente la inversión, por lo que la salida del producto debe ser completa.

En el caso de BBVA, ofrece el depósito estructurado Garantizado Doble Cupón Memoria con una duración de dos años y dos semanas. El cliente puede llegar a conseguir una rentabilidad del 8%, dependiendo de la evolución que tenga en el mercado una cesta de acciones compuesta por Banco Santander, Repsol y Telefónica. A partir de este punto, puede haber cuatro escenarios diferentes, partiendo de la base de que la liquidación de intereses es anual.

1) El primero es que los tres valores suban en bolsa en los dos próximos ejercicios. En este caso, el cliente obtiene un 4% TAE en el primer año y otro 4% en el segundo año.

2) Si suben en el primero pero no suben en el segundo, la rentabilidad será del 4% TAE en el primer año y del 0% en el segundo.

3) Si no suben en el primer año pero sí lo hacen en el segundo, la retribución será del 0% en el primer ejercicio y del 8% TAE en el segundo.

4) El cuarto escenario es el más adverso para el cliente ya que no conseguirá rentabilidad alguna si las tres acciones no consiguen revalorizarse ninguno de los dos años.

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A lo largo de la última década las acciones de Santander, Telefónica y Repsol han acabado en positivo conjuntamente en tres de los últimos diez ejercicios. Aunque el desembolso inicial para contratar este producto (5.000 euros como mínimo) está garantizado, hay que tener en cuenta que la penalización por cancelación anticipada supone un 1,5% sobre el capital invertido.

Banco Sabadell también comercializa a día de hoy dos depósitos estructurados con el capital garantizado en los que la principal diferencia es el plazo de permanencia. En el caso del primero, la inversión se debe mantener durante 15 meses con dos supuestos posibles, en función de la revalorización que presente el Eurostoxx 50 respecto a la lectura inicial del 11 de marzo de 2014. Si el índice se revaloriza, la rentabilidad ofrecida será de un 2,38% TAE, mientras que en caso contrario se situará en el 0,40%. Las rentabilidades en el caso del producto a 18 meses aumentan al 2,51%, en el caso de que suba el Eurostoxx 50 y se mantienen en el 0,40% en el caso de que no.

Estos productos, contratables desde 600 euros, no permiten que se realicen cancelaciones anticipadas de los mismos, por lo que el cliente tendrá que permanecer invertido en ellos hasta su vencimiento.

El ahorro conservador ha encontrado nuevos padrinos en los escaparates bancarios. A los fondos con rentabilidad objetivo, sucesores de los garantizados pero sin una rentabilidad mínima comprometida, se unen los depósitos estructurados. El léxico puede inducir a engaño, ya que, estos productos no son como los depósitos tradicionales, donde la rentabilidad a percibir está pactada de antemano. Aquí el inversor puede ganar más pero también puede acabar recibiendo nada.A pesar de esta salvedad, la demanda de depósitos estructurados es innegable. Sólo en el caso de Bankinter, de 2012 a 2013 consiguió ampliar el saldo invertido en estructurados de dos millones de euros a 325 millones a cierre del pasado ejercicio.

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