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Montilla precipita las fusiones de cajas catalanas para evitar la injerencia del Banco de España
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IMPULSADA TRAS UNA REUNIÓN DE LA FEDERACIÓN CATALANA DE CAJAS

Montilla precipita las fusiones de cajas catalanas para evitar la injerencia del Banco de España

La fiebre de las fusiones que parece haberse apoderado de las diez Cajas de Ahorro catalanas no es casual, sino que tiene un motor político muy

Foto: Montilla precipita las fusiones de cajas catalanas para evitar la injerencia del Banco de España
Montilla precipita las fusiones de cajas catalanas para evitar la injerencia del Banco de España

La fiebre de las fusiones que parece haberse apoderado de las diez Cajas de Ahorro catalanas no es casual, sino que tiene un motor político muy claro: la Generalitat de Cataluña, dispuesta a abanderar el proceso para no permitir injerencias del Banco de España. Ante la disparidad de criterio existente entre Fernández Ordóñez y Elena Salgado, la autoridad de supervisión amaga con dirigir manu militari el proceso de concentración de Cajas con problemas de solvencia en cuanto tenga en su poder los resultados correspondientes al primer semestre del año, algo que José Montilla está dispuesto a impedir en Cataluña.

Para nadie es un secreto las diferencias que separan al Ministerio de Economía del Banco de España en lo relativo a los mecanismos –incluso legislativos- a poner en marcha para ayudar a bancos y cajas en dificultades. El gobernador Fernández Ordóñez y la ministra Salgado mantienen posiciones distintas sobre aspectos fundamentales del Fondo de Restructuración y Ordenación Bancaria (FROB), cuyo lanzamiento se ha aplazado hasta después de las europeas, al tiempo que el Ministerio ya ha dicho “no” a la idea de cambiar la Ley de Cajas (LORCA) para posibilitar las fusiones entre entidades de distintas CCAA.

Ante esta tesitura, el Banco de España parece haber pasado a la ofensiva haciendo uso de las responsabilidades que le competen. En efecto, y de acuerdo con las fuentes consultadas, la autoridad de Supervisión está decidida a dirigir y proponer de forma explícita los procesos de concentración entre entidades con problemas pertenecientes a distintas Comunidades Autónomas, en cuanto disponga de los estados financieros correspondientes al primer semestre del año, siempre y cuando las propias entidades no tomen la iniciativa de forma voluntaria.

Este diario ya informó en su día que el Banco de España, salvo casos de fuerza mayor tipo Caja Castilla-La Mancha, esperaría a conocer la evolución de los balances a lo largo del primer semestre antes de tomar medidas. Conocedora de esta situación, la Generalitat ha decidido adelantarse a los acontecimientos y liderar el proceso en lo que a las fusiones entre Cajas catalanas se refiere, sin dar pie al Banco de España a intervenir.

Según fuentes de toda solvencia, esta política recibió un impulso definitivo hace tres semanas, con motivo de una reunión en la Federación Catalana de Cajas. En ella, el  secretario de Política Financiera, Competencia y Consumo de la Generalitat, Jordi Pericàs, hombre de confianza del conseller de Economía Antoni Castells, asumiendo todo el protagonismo, propuso a los representantes de las 10 entidades de la región pasar de las palabras a los hechos: para nadie era un secreto la existencia de un exceso de capacidad instalada, tanto en número de oficinas como de Cajas existentes en la Comunidad, algunas muy pequeñas, por lo que urgía abordar un proceso de concentración destinado a dotarles de la dimensión adecuada.

En opinión de Pericás, era urgente que los responsables de las Cajas iniciaran conversaciones en serio tendentes a hacer realidad esas fusiones. La idea existente en la Generalitat, y de algún modo aceptada en el sector, es que en Cataluña hay mercado para tres Cajas con posibilidades de competir: naturalmente La Caixa, la mayor entidad de España por tamaño; luego una segunda, resultado de la fusión de las tres Cajas de fundación pública –Diputaciones- (Caixa Catalunya, Caixa Girona y Caixa Tarragona), y una tercera producto de la integración del resto (Caixa Penedès, Caixa Sabadell, Caixa Terrassa, Caixa Laietana, Caixa Manresa y Caixa Manlleu).

Montilla lanza oficialmente la carrera

El lanzamiento oficial del proceso lo realizó el propio presidente Montilla el pasado miércoles 20 de mayo, cuando, en respuesta a una pregunta en el Parlamento de Cataluña, aseguró que “somos cada vez más conscientes de la necesidad de ganar dimensión para poder competir en el futuro; lo son nuestras cajas, y estoy seguro que este proceso de reflexión que ellas están teniendo saldrán iniciativas, seguro, para garantizar también mejor el sector financiero catalán futuro”.

Ni el tripartito que sostiene a José Montilla ni la oposición de CiU están dispuestos a aceptar que el Gobierno Zapatero pueda modificar la LORCA para posibilitar las fusiones entre Cajas de distintas Comunidades. Los partidos nacionalistas catalanes consideran la cuestión “de alto interés público”. Se trata, pues, de evitar dar pie a la intervención del Gobierno ZP o del propio Banco de España en los asuntos de las Cajas catalanas, para lo que resulta obligado adelantarse a los acontecimientos y propicias las fusiones desde dentro.  

Las fuentes, con todo, dan por sentado que hay demasiados cabos sueltos como para suponer que un proceso de fusiones como el adelantado arriba culminará sin dificultades. De las tres Cajas de fundación pública dependientes de las Diputaciones, por ejemplo, dos (Caixa Catalunya y Caixa Girona) están controladas por el PSC, mientras que la tercera (Caixa Girona) tiene presidente convergente, cuyo mandato está a punto de expirar. Es difícil imaginar que CiU vaya a dar su v/b a una fusión del trío para que la presida un socialista sin más. La carrera, con todo, parece lanzada.

La fiebre de las fusiones que parece haberse apoderado de las diez Cajas de Ahorro catalanas no es casual, sino que tiene un motor político muy claro: la Generalitat de Cataluña, dispuesta a abanderar el proceso para no permitir injerencias del Banco de España. Ante la disparidad de criterio existente entre Fernández Ordóñez y Elena Salgado, la autoridad de supervisión amaga con dirigir manu militari el proceso de concentración de Cajas con problemas de solvencia en cuanto tenga en su poder los resultados correspondientes al primer semestre del año, algo que José Montilla está dispuesto a impedir en Cataluña.

José Montilla