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Quintás: "La injerencia de los políticos es la mayor enfermedad de las cajas"
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EN UN DESAYUNO INFORMATIVO CON 'EL CONFIDENCIAL'

Quintás: "La injerencia de los políticos es la mayor enfermedad de las cajas"

·El principal problema de las cajas de ahorros es la intromisión de los políticos·, reconoció el presidente de la Confederación de Cajas (CECA), Juan Ramón Quintás,

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Quintás: "La injerencia de los políticos es la mayor enfermedad de las cajas"

El principal problema de las cajas de ahorros es la intromisión de los políticos, reconoció el presidente de la Confederación de Cajas (CECA), Juan Ramón Quintás, ayer en un desayuno con El Confidencial. Por eso, cree que estamos ante una oportunidad de oro para reducir su peso en los órganos de Gobierno mediante una modificación de la Ley, desde el 50% actual hasta el 25%. Además, Quintás insistió en su visión pesimista de la situación española y en la necesidad de adoptar medidas urgentes y efectivas para frenar el deterioro de la economías.

Economía, Banco de España, las propias entidades... todo el mundo reconoce que hay que reducir el peso de los políticos en las cajas, pero estas cosas tienden a olvidarse y mi labor es recordarlo, aseguró. En efecto, en el primer borrador del plan del Gobierno de rescate de las cajas se contemplaba esta posibilidad, pero fue retirado con la sustitución de Pedro Solbes por Elena Salgado al frente de Economía. Quintás recordó que la injerencia de los políticos es cosa de los últimos 20 años frente a los más de 200 que tienen las cajas

Asimismo, declaró que no ha habido nunca ningún problema en ninguna comunidad donde el peso de los políticos esté limitado al 25%, porque es imposible formar una coalición de gobierno y, en consecuencia, dejan tranquilos a los gestores. Por el contrario, donde pueden llegar al 50% es fácil conseguir un acuerdo para tomar el control. Ése es el caldo de cultivo para que se produzcan situaciones como la de Caja Madrid, que Quintás ha calificado en varias ocasiones como el caso de intervencionismo más descarado que he visto nunca.

Más allá de la cuestión del peso de los políticos, Quintás no puso ningún paño caliente a la grave situación de la economía y del sector financiero, ya que considera que en vez de ocultar la realidad, hay que buscar soluciones. Así, reiteró su planteamiento de que en este país sobran enterradores y faltan médicos preventivos, en referencia a que no hay que hacer planes para las entidades insolventes -de las que debe hacerse cargo el Fondo de Garantía de Depósitos- sino para las solventes que cuentan con unos ratios de capital muy ajustados, es decir, con un colchón muy reducido para la crisis actual., con el fin de evitar que engrosen la lista de las insolventes.

En su opinión, las que tienen solvencia de sobra y han hecho las cosas bien no necesitan ninguna ayuda del Estado y, en consecuencia, no deben recibirla. Las que andan más justas de capital pueden sobrevivir sin ayuda, pero entonces nadie debe esperar que den más crédito, porque cualquier error las llevaría a car por debajo de los mínimos de solvencia y a ser intervenidas. Si el Gobierno quiere que vuelvan a conceder créditos a empresas y particulares, debe ayudarlas de alguna forma.

Fórmulas de ayuda

¿Y cómo las puede ayudar? Quintás propone algunas medidas como el famoso fondo de recapitalización de entidades para aquellos casos que se trata de un problema meramente temporal. Ese dinero sería devuelto al cabo de un plazo por la entidad; y ni siquiera haría falta que el Estado pusiera dinero, sino que bastaría con que avalara las emisiones de preferentes de las entidades (instrumentos de deuda que computan como fondos propios de bancos y cajas, y que se pueden usar para reforzar la solvencia). Para casos más graves dentro de las cajas, apoya la emisión de cuotas participativas con derechos políticos que proponía el Banco de España en el primer borrador del plan de rescate, algo considerado tabú en el sector porque abre la puerta a la privatización de estas entidades.

Pero su gran demanda, que es la de todo el sector, es un cambio de la circular contable, que calificó de demencial. Este cambio se refiere al calendario de provisiones, que obliga a bancos y cajas a provisionar (es decir, a apuntarse como pérdida) el 100% de un crédito moroso a los dos años de haber entrado en mora. Éste es el llamado calendario corto, que afecta a todos los créditos salvo a los hipotecarios por un porcentaje inferior al 80% del valor de tasación (loan to value) y que, en consecuencia, se aplica a la ingente morosidad de los créditos a promotores.

La circular contable ha actuado de forma anticíclica en el ciclo expansivo al obligar a dotar las provisiones genéricas, pero en la contracción actúa de forma procíclica: te obliga a apuntarte unas pérdidas ficticias justo cuando el negocio va mal, explica el presidente de la CECA, quien sostiene que no se puede valorar a cero un crédito que tiene como garantía un inmueble que tiene un valor. Es más, Quintás considera que esta norma contable es más dura que la de otros países, por lo que puede dejar al sistema financiero español en peores condiciones que sus competidores internacionales simplemente por un efecto contable.

La crisis va para largo

Tan grave es la situación que advierte que si la crisis se prolonga, con esta normativa no aguantará casi ninguna entidad, ni bancos ni cajas. Porque Quintás sigue considerando posible que España atraviese una década perdida, en cuyo caso todo el sector empresarial se vendría abajo, a lo que habría que añadir el impacto de Latinoamérica en los dos grandes bancos españoles. Aunque espera que la recesión toque suelo a finales de 2009, cree que la tasa de paro va a continuar en el 20% durante varios años, una situación trágica para el sistema bancario.

Por eso, volvió a pedir una mesa de expertos que analice la situación y busque posibles soluciones. Una mesa que se enmarcaría en un gran debate nacional que debe partir de un reconocimiento de la gravedad d ela situación por parte de las autoridades y del sector financiero. Finalmente, aseguró que en este entorno, las cajas están mejor preparadas para sobrevivir, porque se pueden permitir no tener beneficios en varios ejercicios. Algo que es mucho más difícil en un banco cotizado, por el posible castigo de los inversores y el peligro de una OPA.

El principal problema de las cajas de ahorros es la intromisión de los políticos, reconoció el presidente de la Confederación de Cajas (CECA), Juan Ramón Quintás, ayer en un desayuno con El Confidencial. Por eso, cree que estamos ante una oportunidad de oro para reducir su peso en los órganos de Gobierno mediante una modificación de la Ley, desde el 50% actual hasta el 25%. Además, Quintás insistió en su visión pesimista de la situación española y en la necesidad de adoptar medidas urgentes y efectivas para frenar el deterioro de la economías.

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