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Carlos Cutillas, presidente de Chamartín: “Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”
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Carlos Cutillas, presidente de Chamartín: “Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”

La destrucción de empleo se ha apoderado de la economía española en el último año y de su recuperación puede depender, en gran medida, la de

Foto: Carlos Cutillas, presidente de Chamartín: “Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”
Carlos Cutillas, presidente de Chamartín: “Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”

La destrucción de empleo se ha apoderado de la economía española en el último año y de su recuperación puede depender, en gran medida, la de un sector que ha sido el principal motor de crecimiento del PIB nacional en la última década: el inmobiliario. “El mercado está muy enrarecido porque la gente no sabe lo que va a pasar. Hay inseguridad en el trabajo, el paro no deja de aumentar... Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”. Con estas palabras resume Carlos Cutillas, presidente de Inmobiliaria Chamartín, el reto al que se enfrentará en los próximos años el sector del ladrillo español.

“Cuando se liquide el stock de viviendas, los precios volverán a subir”, señala alguien que habla con conocimiento de causa, como superviviente de la crisis de los 90. “¿Cuántos del sector han pasado una crisis anterior? No conozco ninguno” asegura con cierto orgullo. Y quizás ha sido esta experiencia la que ha permitido a la compañía que capitanea capear con más éxito que otros rivales los dramáticos efectos del parón inmobiliario.

El secreto radica en su modero de negocio. El 80% de su actividad es patrimonialista, es decir, se dedica a la adquisición o promoción de inmuebles destinados al alquiler –viviendas, centros comerciales y oficinas-, un mercado menos afectado por crisis que la venta de inmuebles –actividad promotora-. Además, su exposición al mercado español es mucho menor que el de otras inmobiliarias nacionales: el 80% de su negocio está fuera de España, Portugal y Alemania principalmente, dos mercados totalmente diferentes al español desde el punto de vista inmobiliario.

Inmobiliaria Chamartín, sin embargo, no es inmune a la crisis. “Estamos sufriendo como los demás”. Sus activos han tenido una depreciación entre junio y diciembre de 2008 de entre el 6% y el 7%, que en euros se traduce entre 16 y 18 millones de euros. En España, la crisis ha provocado pérdidas para la compañía de entre 12 y 14 millones de euros aunque “en el conjunto de 2008 hemos ganando dinero si tomamos las cifras consolidadas de todo el grupo”, explica Cutillas. 

El futuro se presenta complejo tanto para la firma como para el resto del sector ya que, según reconoce el máximo responsable de la inmobiliaria, “no se está vendiendo casi nada”. Y esto, precisamente se empieza a sentir en las cuentas de resultados. “En 2009 vamos a facturar cerca de 500 millones de euros, aunque el 40% corresponde a ventas de hace un par de años. Hoy no se factura nada”. Además, como cualquier otra inmobiliaria, Chamartín tiene terrenos hipotecados e intereses que pagar mientras el mercado está parado de ahí que, como explica Cutillas en referencia a las deudas del grupo, estamos intentando renegociar todo lo que podemos.

Cutillas saca las uñas ante quien acusa al sector de la especulación inmobiliaria y lanza dardos contra las administraciones públicas. “El promotor gana dinero con su oficio, no con la especulación. El que tiene el suelo es el que hace negocio. No obstante, reconoce que no todos han hecho bien los deberes. “En Polonia o Rumanía se han pagado precios desorbitados pero nosotros nunca hemos hecho barbaridades. Mi máxima es métete donde sabes”, señala Cutillas.

El mayor centro comercial de la Península Ibérica

Inmobiliaria Chamartín cuenta con 100 pisos por vender en Valladolid, Madrid y Málaga y suelo urbano en Estepona, Valecia, Madrid, Valladolid y Asturias para construir 3.000 viviendas. En el área de centros comerciales, una de las patas clave del negocio de la compañía, la inmobiliaria saca pecho con la inaguruación del mayor centro comercial de toda la Península Ibérica: Dolce Vita Tejo.

El complejo reportará a la inmobiliaria 24 millones de euros anuales en rentas y supondrá la creación de 5.000 empleos directos y otros 10.000 indirectos, convirtiéndo el centro en un importante motor social y económico de la una de las zonas más deprimidas de la periferia lisboeta.

El proyecto, participado en un 60% por Chamartín Inmobiliaria y en un 40% por ING Development, ha supuesto una inversión cercana a los 300 millones de euros y cuenta con una superficie comercial de 122.000 metros. Por él se espera que acudan cada año 18 millones de visitantes.


 

La destrucción de empleo se ha apoderado de la economía española en el último año y de su recuperación puede depender, en gran medida, la de un sector que ha sido el principal motor de crecimiento del PIB nacional en la última década: el inmobiliario. “El mercado está muy enrarecido porque la gente no sabe lo que va a pasar. Hay inseguridad en el trabajo, el paro no deja de aumentar... Si no se recupera el empleo, tampoco lo hará la venta de viviendas”. Con estas palabras resume Carlos Cutillas, presidente de Inmobiliaria Chamartín, el reto al que se enfrentará en los próximos años el sector del ladrillo español.

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