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Mafo pasa a la oposición: el Banco de España rompe la estrategia anticrisis del Gobierno

Alguien se ha colado en la agenda de la nueva vicepresidenta económica. Y ese ‘alguien’ no es otro que el gobernador del Banco de España, Miguel

Foto: Mafo pasa a la oposición: el Banco de España rompe la estrategia anticrisis del Gobierno
Mafo pasa a la oposición: el Banco de España rompe la estrategia anticrisis del Gobierno

Alguien se ha colado en la agenda de la nueva vicepresidenta económica. Y ese ‘alguien’ no es otro que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien no ha esperado ni los cien días de cortesía que suele dar la opinión pública a los nuevos altos cargos para lanzar advertencias sobre lo que debe y no debe hacer el nuevo Gobierno. En particular, en todo lo relacionado con el gasto público.

“El gobernador actúa de manera preventiva”, asegura una fuente que prefiere mantenerse en el anonimato. “Le preocupa que el nuevo Gobierno dé rienda suelta a las demandas de dinero que le van a llover desde algunos ministerios, y de ahí que haya optado por quemar sus naves a las primeras de cambio, incluso antes de que comience a actuar la nueva administración socialista”, sostienen las fuentes.

Lo sucedido en los últimos días parece dar la razón a este comentario. Fernández Ordóñez pudo el miércoles en el Congreso -durante su comparecencia en la Comisión del Pacto de Toledo- centrarse en la reforma de las pensiones, pero aprovechó la ocasión para enviar un 'recado al Gopbierno'. “El recorrido al alza del déficit público no puede ser ilimitado en la situación actual”, dijo el gobernador.

No sólo eso, Mafo recordó algo obvio. España forma parte del euro y, por lo tanto, debe cumplir con Maastricht, donde se aprobó que el  techo de déficit no pueda superar el 3% del PIB. Ordóñez dijo textualmente que “los compromisos con las reglas fiscales de medio plazo establecidas en el Pacto de Estabilidad a nivel europeo y en las leyes de estabilidad presupuestaria a nivel nacional, siguen siendo la mejor guía para gestionar la política fiscal”. Todo un aviso para navegantes.

Las palabras del gobernador parecen ser, por lo tanto, la respuesta que se da desde la plaza de Cibeles a los últimos compromisos políticos del Gobierno, cuyo coste está sin evaluar, pero que ascenderán a miles de millones de euros. En particular, tres compromisos. El nuevo modelo de financiación territorial (el anterior estaba cuantificado entre 8.000 y 11.000 millones de euros, según las fuentes), el nuevo plan de cercanías para Madrid (unos 5.000 millones de euros, según dijo Esperanza Aguirre tras entrevistarse con José Blanco) y el relanzamiento de  la ley de dependencia, que no acabar de arrancar con fuerza.

‘No es hora de sacrificios’

Como se ve, mucho dinero que no cuenta con el correspondiente crédito presupuestario, por lo que tendrá que ir necesariamente a déficit o deuda. Y según el Banco de España este año  y el próximo el desequilibrio de las cuentas públicas superará el 8% del PIB, lo que quiere decir que fácilmente se superará el 10% con sólo cumplir los compromisos políticos anunciados. Sobre todo si se suma la extensión de la cobertura del desempleo para los parados que hayan agotado la prestación contributiva. Cada 10.000 millones de gasto público suponen un punto adicional de déficit, salvo que haya recortes en otras partidas. Y la nueva vicepresidenta segunda ya ha dicho que “no es hora de pedir sacrificios a los españoles, sino de infundirles entusiasmo”. Toda una muestra de intenciones.

Lo que parece fuera de toda duda es que las advertencias del gobernador han ‘aguado’ la estrategia de imagen de Elena Salgado, que a sabiendas de su escasa popularidad se ha presentado en sociedad con una apretadísima agenda, básicamente de carácter fotográfico. Una agenda de la que, por cierto, se ha excluido por el momento a Fernández Ordóñez, lo cual no deja de sorprender en unos momentos en los que el banco central juega un papel determinante para resolver la crisis financiera. 

Su fiesta de presentación no sólo ha sido arruinada en España, sino también en la influyente prensa estadounidense, donde el director del Servicios de Estudios del Banco de España le mandó ayer un nuevo ‘recado’ a Economía.

José Luis Malo de Molina dijo a  The Wall Street Journal, que cualquier plan de estímulo fiscal adicional tendrá escaso efecto sobre la economía y ocasionará recortes de gasto allí donde se necesita para la buena marcha de la economía del país. Según Malo de Molina, salvo que se tomen nuevas medidas para reducir el déficit presupuestario a medio plazo, el margen para incrementar el gasto público o efectuar rebajas impositivas es “inexistente” y puede llevar a la economía española a “una situación en la que tendremos que aplicar medidas restrictivas cuando la economía se encuentra todavía en una fase de contracción”, lo que conllevaría un empeoramiento de la coyuntura.

Si no se llevan a cabo acciones para impulsar el consumo y la confianza empresarial, los nuevos estímulos servirán sólo para pagar la deuda. “No está claro que las políticas fiscales expansivas tengan un efecto positivo en la capacidad de recuperación de la economía”, dijo Malo de Molina.

Alguien se ha colado en la agenda de la nueva vicepresidenta económica. Y ese ‘alguien’ no es otro que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien no ha esperado ni los cien días de cortesía que suele dar la opinión pública a los nuevos altos cargos para lanzar advertencias sobre lo que debe y no debe hacer el nuevo Gobierno. En particular, en todo lo relacionado con el gasto público.

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