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El FGD no da abasto: el Estado tendrá que comprar preferentes de las cajas que se fusionen
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SÓLO CUENTA CON 4.000 MILLONES DE EUROS

El FGD no da abasto: el Estado tendrá que comprar preferentes de las cajas que se fusionen

El recién iniciado baile de fusiones entre cajas se ha encontrado con un escollo inesperado para los políticos: el Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas

Foto: El FGD no da abasto: el Estado tendrá que comprar preferentes de las cajas que se fusionen
El FGD no da abasto: el Estado tendrá que comprar preferentes de las cajas que se fusionen

El recién iniciado baile de fusiones entre cajas se ha encontrado con un escollo inesperado para los políticos: el Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas (FGDCA) no tiene suficiente dinero para sanear a todas las entidades que tendrán que ser absorbidas. Una primera opción para suplir esta carencia sería que paguen la ronda las autonomías implicadas. Pero con los ingresos fiscales cayendo en picado, su capacidad es mínima. Por tanto, tendrá que ser el Estado el que asuma el coste comprando la deuda perpetua que emitirán las entidades fusionadas.

Más allá de los problemas legales con los que se ha topado Unicaja para usar este fondo en la absorción de Caja Castilla-La Mancha (CCM), el verdadero obstáculo es el tamaño del fondo: 3.971,5 millones de euros al cierre de 2008. Teniendo en cuenta que solamente la fusión de estas dos entidades se comería unos 3.000 millones, según el famoso informe de PriceWaterhouseCoopers (y podría llegar a 4.000), no se podría contar con este instrumento para ninguna otra operación.

De hecho, distintas fuentes señalan que la intención de Unicaja de tirar del FGDCA para absorber a la caja manchega ha sentado muy mal en el conjunto del sector. CCM se va a comer ella solita el 75% (o más) de lo que las cajas han ahorrado en 30 años para 50 entidades, así que no tiene nada de extraño que las demás se quejen, opina una de estas fuentes.

En todo caso, se lo gaste todo o no la fusión actualmente en marcha, lo cierto es que el volumen del Fondo es absolutamente insuficiente para hacer frente a lo que se avecina, es decir, al saneamiento de todas las cajas que van a tener que ser rescatadas, fusionadas o absorbidas. Por tanto, no habrá más remedio que tirar de dinero público. El propio Pedro Solbes admitió la semana pasada que, si se agota el FGD, habrá dinero público para la reestructuración de bancos y cajas en apuros.

La fórmula: el Estado suscribirá preferentes

¿Cómo se hará llegar ese dinero de todos los españoles a las entidades? Según fuentes conocedoras de la situación, la opción más probable es que las cajas que se fusionen emitan algún tipo de deuda híbrida (que computa como capital), es decir, participaciones preferentes o deuda subordinada, que el Estado suscribiría íntegramente.

Estas emisiones son deuda perpetua -no vence nunca-, aunque suelen ser rescatables a petición del emisor pasado un plazo de cinco o 10 años. Pagan un tipo de interés anual, pero cuentan como capital Tier 1 en el caso de las preferentes y como Tier 2 en el caso de la subordinada. Como es sabido, las entidades de todo el mundo están desesperadas por reforzar estos ratios de capital para hacer frente al vertiginoso aumento de la morosidad y a la caída del valor de los activos que tienen en balance.

Esta fórmula ha sido utilizada por otros Gobiernos europeos para entrar en el capital de sus entidades con problemas, normalmente a cambio de un tipo de interés muy elevado. Últimamente, varios bancos y cajas han colocado en sus redes emisiones de este tipo, pero es impensable hacerlo en los mercados mayoristas porque su cotización está por los suelos, muy por debajo del precio que están pagando los clientes de las oficinas.

Andalucía y Castilla, dispuestas a soltar 500 millones

Según fuentes de toda solvencia, las comunidades de Andalucía y Castilla-La Mancha estaban dispuestas a suscribir una emisión de este tipo valorada en 500 millones para apoyar la fusión de Unicaja y CCM. Un portavoz de la caja malagueña ha desmentido que se hayan planteado ninguna emisión. En todo caso, esos 500 millones serían totalmente insuficientes para cubrir el coste del rescate. Y a la vista de los problemas citados para usar el FGDCA, es muy probable que estas dos cajas sean las que estrenen el sistema de ayudas estatales.

Yendo un paso más allá, esta fórmula también permitiría llevar a cabo las inyecciones masivas de capital al sector -el famoso manguerazo- que defienden Miguel Sebastián y otros destacados socialistas. De momento, parece que Solbes va ganando la partida y que estas compras de deuda perpetua se harán sólo en casos puntuales de entidades que tengan que ser rescatadas. Pero al final será Zapatero en que decida.

El recién iniciado baile de fusiones entre cajas se ha encontrado con un escollo inesperado para los políticos: el Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas (FGDCA) no tiene suficiente dinero para sanear a todas las entidades que tendrán que ser absorbidas. Una primera opción para suplir esta carencia sería que paguen la ronda las autonomías implicadas. Pero con los ingresos fiscales cayendo en picado, su capacidad es mínima. Por tanto, tendrá que ser el Estado el que asuma el coste comprando la deuda perpetua que emitirán las entidades fusionadas.

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