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El plan 'ACME' de Obama no salva al 'Coyote' de la crisis
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El plan 'ACME' de Obama no salva al 'Coyote' de la crisis

El Coyote se encuentra suspendido en el aire, el último invento que ha recibido de la fábrica ACME tampoco ha funcionado para detener al correcaminos y

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El plan 'ACME' de Obama no salva al 'Coyote' de la crisis

El Coyote se encuentra suspendido en el aire, el último invento que ha recibido de la fábrica ACME tampoco ha funcionado para detener al correcaminos y su caída al abismo vuelve a ser inevitable. Lo que parece un episodio cualquiera de la serie de dibujos animados de ‘la Waner’ puede servir como ejercicio de visualización de la profunda crisis que atraviesan los mercados. En su comentario semanal titulado “Bip Bip” (el sonido del correcaminos), Bill Gross, gestor de PIMCO, asegura que los últimos doce meses “han sido dignos de El Coyote” y no es para menos.

En el peor escenario posible desde la Gran Depresión, el sufrido Coyote sería la economía norteamericana, con pocas posibilidades de salir victorioso en su cometido. El Gobierno de Estados Unidos se identificaría con la fábrica ACME, que pone una y otra vez sus inventos (planes de estímulo, rescates, etc.) a disposición del Coyote y, finalmente, el abrupto y constante deterioro del precio de los activos es interpretado por el correcaminos.

Desde hace varios años, el mayor gestor de fondos del mundo mantiene la tesis de que “la economía apalancada había mutado de un régimen financiero dominado por los bancos a otro que se escondía tras el crédito titulizado y estructuras que se asemejaban a un sistema bancario en la sombra”, es decir, hedge funds, CDOS, SIVs, etc. Según Gross, fueron estas “entidades en la sombra” las que alimentaron la subida de los mercados hasta niveles insostenibles y el consecuente crecimiento económico mediante apalancamiento.

En el momento que el sistema hizo “crash” –el detonante fue la caída de los precios de la vivienda- estos ‘tapados’ comenzaron una carrera sin tregua para desapalancarse como consecuencia del colapso del mercado de crédito, lastrando en su camino el precio de los activos.

Es por ello que Gross piensa que los planes de estímulo no son suficientes para devolver la estabilidad tal cual se han planteado. El problema no reside en el fondo, sino en la forma o, mejor dicho, en el objetivo hacia el que estas inyecciones de liquidez van dirigidas. “La recapitalización de los bancos ha sido el principal enfoque, con la esperanza de que estos extenderían el crédito que revitalizaría el precio de los activos”, asegura. Sin embargo, “los bancos sí están prestando, es el sistema en la sombra el que está paralizado”.

En este sentido, desde PIMCO aseguran que “no se puede rescatar a todo el mundo, pero la recuperación no es posible a menos que ciertos sectores críticos, no solamente recuperen la liquidez, sino un nivel de precios adecuado para la refinanciación”.

El enfoque del Gobierno, primero el del George Bush el pasado mes de noviembre con un paquete de 700.000 millones de dólares y, posteriormente, el de Barack Obama, con un plan de estímulo de 787.000 millones, se queda sólo en la superficie y de ahí su fracaso. “Las autoridades no deberían concentrarse enteramente en el salvamento de grandes promotores, municipios o emisores de tarjetas como han hecho ya con Citi, Bank of America y AIG”, afirma Gross, “en vez de ello, deberían concentrarse en los precios de activos como los bonos municipales (cotizan a 80 céntimos sobre el par frente a los 113 de los del Tesoro), CMBS e, incluso los bonos corporativos investment grade”.

En su origen, el Troubled Assets Relief Program estaba destinado, precisamente, a salvar los precios de los activos. No obstante, la administración Bush se desvió del camino a favor de recates masivos a bancos con activos tóxicos y cuentas de balance ‘destrozadas’. Obama, simplemente, ha seguido estos pasos. O los gobiernos reaccionan a tiempo y se dan cuenta de que fallan en el destinatario de sus planes o el Coyote se las va a ver y desear para evitar caer por el precipicio, ahora deflacionario, que tiene debajo.

El Coyote se encuentra suspendido en el aire, el último invento que ha recibido de la fábrica ACME tampoco ha funcionado para detener al correcaminos y su caída al abismo vuelve a ser inevitable. Lo que parece un episodio cualquiera de la serie de dibujos animados de ‘la Waner’ puede servir como ejercicio de visualización de la profunda crisis que atraviesan los mercados. En su comentario semanal titulado “Bip Bip” (el sonido del correcaminos), Bill Gross, gestor de PIMCO, asegura que los últimos doce meses “han sido dignos de El Coyote” y no es para menos.

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