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ZAPATERO DICE QUE EL PROTECCIONISMO ES UN "ESPEJISMO ECONÓMICO"

Berlín no fue Bretton Woods

¿Se llegarán a eliminar alguna vez los paraísos fiscales?¿Se aplicarán sanciones duras y ejemplificadoras a los bancos o a los agentes que pongan en marcha acciones

Foto: Berlín no fue Bretton Woods
Berlín no fue Bretton Woods

¿Se llegarán a eliminar alguna vez los paraísos fiscales?¿Se aplicarán sanciones duras y ejemplificadoras a los bancos o a los agentes que pongan en marcha acciones opacas o fondos de alto riesgo disfrazados de operaciones de alta rentabilidad?¿Quién, desde dónde y con qué mandato vigilará y nos protegerá contra una posible nueva crisis, como la que se podría estar originando en los países del Este europeo, algunos de los cuales están al borde del colapso financiero? Ninguna de estas preguntas ha recibido respuesta en la cumbre de Berlín de los socios europeos del G-20, a la que asistió, presentándose ya como un miembro de pleno derecho, José Luis Rodríguez Zapatero.

 

El pasado mes de noviembre, en la reunión del G20 en Washington, bajo la dirección de Sarkozy, se hablaba de la urgencia de diseñar un nuevo modelo económico mundial, en el que fueran imposibles los excesos producidos hasta ahora. Y se subrayaba entonces el carácter de urgencia de esa nueva estructura en la que debería haber al menos un organismo internacional regulador de los mercados y de los agentes económicos. La urgencia se traducía en una reunión a principios de abril en Londres, ya con Barack Obama como presidente norteamericano. Entremedias, la canciller Merkel invitaba a Berlín este domingo para una reunión preparatoria de la cita en la capital británica. Un encuentro que el gobierno alemán había presentado con un catálogo bastante amplio y ambicioso de propuestas que, desgraciadamente, han quedado reducidas a apenas siete puntos, algunos demasiado vagos, otros definitivamente nebulosos.

 

¿Quién controla a quién?

 

El más concreto era la creación de un gremio o un colegio de controladores específico, algo así como los gendarmes de la porra de las finanzas, que serían los encargados de vigilar, emitir alertas tempranas e imponer sanciones si fuera preciso. Se llegó a hablar de crear un Consejo de Seguridad Financiera Mundial, similar al Consejo de Seguridad de la ONU, y de instituir una especie de Carta de Principios de Sostenibilidad Económica, parecida a la Carta de los Derechos Humanos en cuanto a obligaciones y derechos de los agentes económicos.

 

En el comunicado final de Berlín no se aborda nada acerca de esas instituciones, y se habla, en términos genéricos, de reforzar la vigilancia de todos los agentes y productos económicos, con especial atención a los hedge funds y las agencias de calificación de riesgos. De manera igualmente inconcreta se menciona la necesidad de aplicar sanciones a los países que permitan o fomenten la fuga de capitales, y se recomienda a los bancos que creen fondos de reserva en épocas de vacas gordas para afrontar posibles crisis con las alforjas repletas.

 

Ninguno de los países presentes en Berlín quiso airear en público las dificultades financieras de algunos integrantes de la zona euro (Irlanda, España, Portugal y Grecia) ni de los países del Este cuyos bancos se están quedando sin capitalización. Nadie quiso ofrecer soluciones, mencionando sólo de refilón el principio de la solidaridad entre socios. Un principio que también recuerda que cada país miembro es el primer responsable de sanear su propia hacienda y de hacer frente a sus deudas. Tal vez por esto la solución de posibles nuevas crisis se atribuye al Fondo Monetario Internacional, organismo al que se quiere reforzar duplicándole su presupuesto con 500.000 millones de dólares extra, cantidad que le permitiría facilitar nuevos créditos a cualquiera de sus 185 países socios.

 

¿Proteccionismo?¿Qué proteccionismo?

 

Todos los líderes convocados a Berlín afirmaron, de manera más o menos convincente, que abjuraban del proteccionismo estatal. José Luis Rodríguez Zapatero llegó a calificarlo de “espejismo económico perjudicial para todos”. Sin embargo,la mayoría de ellos defendió, con igual energía, las medidas específicas de ayuda para la banca o, en el caso de Francia, para el sector del automóvil. Lo que un día se ve como el retorno del peor intervencionismo estatal, al día siguiente se considera sólo como la mejor manera de proteger puestos de trabajo.Y, si no, que se lo pregunten a Obama, quien no se está planteando estas disquisiciones dialécticas al pretender salvar a Chrysler o a General Motors.

 

En resumen,que la escala en Berlín del G20 podría haber dado para mucho más. Y tampoco está claro que en Londres se vaya a ir más lejos. Las ideas del control, de la transparencia, del fin de los oasis fiscales y de los sueldos extraordinarios para los ejecutivos que dejan tras de sí paisajes de ruinas las tienen muy claras los expertos de todos los ministerios de economía y finanzas europeos. La duda es si los políticos se van a atrever a ponerlas en funcionamiento. En serio. Claro que lo peor puede ser el caso de Berlusconi, quien ayer provocaba las sonrisas de sus compañeros de mesa en la rueda de prensa conjunta al declarar que Italia no necesitaba plantearse ninguna medida de rescate porque su economía está mucho más saneada que la de sus vecinos europeos. Entre el proteccionismo y el negacionismo, está muy claro lo que elige Il Cavaliere...

¿Se llegarán a eliminar alguna vez los paraísos fiscales?¿Se aplicarán sanciones duras y ejemplificadoras a los bancos o a los agentes que pongan en marcha acciones opacas o fondos de alto riesgo disfrazados de operaciones de alta rentabilidad?¿Quién, desde dónde y con qué mandato vigilará y nos protegerá contra una posible nueva crisis, como la que se podría estar originando en los países del Este europeo, algunos de los cuales están al borde del colapso financiero? Ninguna de estas preguntas ha recibido respuesta en la cumbre de Berlín de los socios europeos del G-20, a la que asistió, presentándose ya como un miembro de pleno derecho, José Luis Rodríguez Zapatero.

Angela Merkel Barack Obama