Un ex empleado de Madoff lucha por no tener que pagar los $58.000 del coche “del jefe”

Es costumbre entre muchos millonarios coleccionar coches de lujo como el que atesora cromos y Bernard Madoff no iba a ser menos. El problema se ha planteado cuando, al hacer el inventario de los bienes en manos del cerebro de la estafa piramidal de 50.000 millones de dólares, se ha visto que la flota de vehículos que guarda en el garaje de su apartamento de lujo de Manhattan fueron adquiridos bajo un contrato de leasing.

Por ello, los fideicomisos encargados de llevar a cabo la liquidación de las propiedades del inversor han acudido a la Corte Federal para solicitar que dichos vehículos sean devueltos a sus respectivos concesionarios, ya que poco sirven para disminuir la deuda de los perjudicados por el fraude ponzi perpetrado por Madoff porque no se pueden vender.

Entre la flota se encuentran un Lang Rover Range Rover, un Cadillac DTS del 2008, un Mercedes S550 del 2007, un Mercedes GL450 del 2008, un Lexus del 2006 y otro Mercedes S500-4 adquirido el pasado 31 de octubre que es el que más problemas está dando.

El caso de este último vehículo es especial por el titular del leasing. Cuando se llevó a cabo su compra, poco antes de que estallara el fraude en el mes de diciembre, tanto Madoff como su hermano Peter, director de compliance de la firma, pensaron que sería mejor poner este nuevo coche a nombre de uno de sus empleados. Para ello cogieron a Craig Kugel, trabajador del bróker y le hicieron firmar el leasing en nombre de la entidad sin aportar datos de la misma en el contrato.

Ahora Kugel, a través de sus abogados, lucha porque la Corte Federal le exima de los 58.000 dólares que tiene que pagar a la casa Mercedes por un coche que, según ha explicado, pasó a manos del propio Madoff en el mismo momento de su adquisición. Alega que él no garantizó el leasing personalmente sino que lo hizo a nombre de la firma y espera que este Mercedes sea devuelto al concesionario sin más como el resto de la flota.