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Crisis del motor: Sebastián pretende suprimir el Impuesto de Matriculación para incentivar la venta de coches
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Para estimular la demanda de coches

Crisis del motor: Sebastián pretende suprimir el Impuesto de Matriculación para incentivar la venta de coches

Miguel Sebastián sabe que el macroplan para el automóvil que prepara con vistas a enero debe ir acompañado de medidas de calado. Y busca alternativas para un sector

Foto: Crisis del motor: Sebastián pretende suprimir el Impuesto de Matriculación para incentivar la venta de coches
Crisis del motor: Sebastián pretende suprimir el Impuesto de Matriculación para incentivar la venta de coches

Miguel Sebastián sabe que el macroplan para el automóvil que prepara con vistas a enero debe ir acompañado de medidas de calado. Y busca alternativas para un sector que tiene a 30.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo. Una de las que tiene en este momento sobre la mesa el Ministerio de Industria es la supresión temporal del Impuesto de Matriculación, según aseguran a El Confidencial fuentes de toda solvencia. La medida, que sería sólo coyuntural, tendría como fin último estimular la demanda de vehículos, después de la debacle de las ventas este año. No en vano en noviembre las matriculaciones cayeron un 49,6%, la segunda peor bajada de la historia.

El principal problema con el que topará Sebastián para sacar adelante la medida es que el Impuesto de Matriculación es un tributo cedido desde 2002 a las comunidades autónomas, que en 2007 ingresaron por este concepto una cifra cercana a los 2.000 millones de euros, sobre una base imponible que, según datos de la Agencia Tributaria, alcanzó los 24.708 millones. Aunque la reforma del tributo, que entró en vigor en 2008, hace muy difícil establecer comparaciones con los datos del año pasado, el batacazo en las ventas de este ejercicio augura una considerable caída de los ingresos autonómicos. Una reducción que no parece suficiente para convencer a las comunidades de que renuncien a tan jugoso bocado.

“Que duda cabe que el esfuerzo lo tienen que hacer las comunidades. Pueden pasar dos cosas. O simplemente que desde el Gobierno se les pida que hagan el sacrificio, porque no hay que olvidar que muchas de ellas tienen centros de fabricación y no es plato de gusto el desempleo con que se pueden encontrar, o que se busque otra vía para compensarles económicamente. Hacienda tiene que hacer números y buscar soluciones”, aseguran estas fuentes. Es aquí donde la intención de Sebastián puede chocar frontalmente con las necesidades del vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, que actualmente negocia en precario y con todos los plazos de negociación incumplidos la financiación autonómica con las propias comunidades. El pasado 25 de noviembre, el ministro de Industria se reunió con aquellas que tienen plantas de ensamblaje ante la gravedad de la situación.

 

De lo que no cabe la menor duda es de que el sector recibiría con los brazos abiertos la medida. Los sindicatos, que el pasado martes tras su reunión en Moncloa arrancaron a Zapatero y Sebastián la promesa de que las ayudas al sector se vincularán al mantenimiento del empleo, verían con buenos ojos una medida que incentiva directamente al consumidor. Sin contar con las patronales, para quienes la supresión, aunque fuera temporal, sería recibida con los brazos abiertos. Desde la de fabricantes, Anfac, se ha reivindicado que este tipo de gravamen no debería existir en ningún país productor como es España. Los responsables de Anfac, que también se reunieron la semana pasada con el presidente del Gobierno, ya le pidieron la puesta en marcha de un nuevo Plan Prever para turismos y vehículos industriales con ayudas directas a la compra.

 

Tributo anacrónico

Por su parte, la patronal de concesionarios (Faconauto), explica que se trata de una petición de largo aliento por parte del sector. “Es un impuesto anacrónico, un antiguo impuesto de lujo, y siempre hemos pedido su eliminación –asegura un portavoz de la asociación. Estamos a favor de una supresión temporal mediante la compensación fiscal a las comunidades autónomas con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. En todo caso, su nueva estructura por tramos ha hecho mucho daño al sector, provocando un vuelco en la estructura de la demanda. Se ha ido a coches más pequeños, eficientes, pero que también son los más baratos. Hemos bajado las emisiones pero no por la ecología. Más bien por el bolsillo”.

Y es que, en efecto, la suspensión temporal del gravamen se produciría apenas un año después de la entrada en vigor de la reforma del Impuesto, que pretendía favorecer la compra de aquellos vehículos que emiten menos dióxido de carbono y que también ha conseguido acentuar la caída en las ventas de todoterreno, monovolúmenes y vehículos de lujo; cayeron en noviembre un 75,4%, 74,8% y 72,5%, respectivamente. En su conjunto, Anfac espera para este año un descenso de las matriculaciones del 30%, unos 400.000 vehículos menos, descalabro que se atenuará en 2009, ejercicio para el que los fabricantes esperan descensos en torno al 10%.

Miguel Sebastián sabe que el macroplan para el automóvil que prepara con vistas a enero debe ir acompañado de medidas de calado. Y busca alternativas para un sector que tiene a 30.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo. Una de las que tiene en este momento sobre la mesa el Ministerio de Industria es la supresión temporal del Impuesto de Matriculación, según aseguran a El Confidencial fuentes de toda solvencia. La medida, que sería sólo coyuntural, tendría como fin último estimular la demanda de vehículos, después de la debacle de las ventas este año. No en vano en noviembre las matriculaciones cayeron un 49,6%, la segunda peor bajada de la historia.

Miguel Sebastián Ministerio de Industria ANFAC