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Habitat, en pie de guerra: o contra Ferrovial, o contra Bruno Figueras
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Habitat, en pie de guerra: o contra Ferrovial, o contra Bruno Figueras

“Ha pasado lo que sabíamos que iba a pasar”. La reflexión que hacen algunos accionistas minoritarios de Habitat desde Barcelona llega demasiado tarde para salvar su

“Ha pasado lo que sabíamos que iba a pasar”. La reflexión que hacen algunos accionistas minoritarios de Habitat desde Barcelona llega demasiado tarde para salvar su inversión. La inmobiliaria catalana presentó el pasado viernes solicitud voluntaria de concurso de acreedores, ante la imposibilidad de hacer frente a los compromisos financieros generados por una deuda de 2.300 millones de euros. Otro episodio con final fatal sobre la repetida historia del pez chico que quiso comerse al pez grande.

Dentro de Habitat, a su vez, hay también grandes y chicos. Al frente de la inmobiliaria, las familias Figueras y Suñol (55%), acompañados por Ferrovial, que mantiene un 20% como herencia de la venta, y los minoritarios vip, algunos de ellos apellidos ilustres de la Ciudad Condal, que entraron al albur de la operación: Juan Antonio Castro (Hesperia), Dolores Ortega (Inditex), Leopoldo Rodés (Mediaplanning), Isaac Andik (Mango) y Emilio Cuatrecasas (Cuatrecasas Abogados).

“Cuando entramos comprobamos que no era lo que nos dijeron que era”, denuncia el portavoz de uno de los pillados. “Habitat nunca debería haber comprado. Las bases no eran correctas”. Sin embargo, las urgencias de la operación, la última gran compra apalancada en el sector del ladrillo que se cerró a finales de 2008, rebajó los niveles de escrutinio necesarios. La coyuntura hacía pensar todavía que jugaban a balón parado. Sólo dos meses después, en febrero de 2007, la caída de Astroc encendió todas las alarmas. Los minoritarios quieren guerra. Aun así, tampoco existe una línea clara de actuación.

El dúo gallego formado por Juan Antonio Castro y Dolores Ortega ha decidido ir por libre y presentó hace unos meses una querella contra los administradores de Habitat, dado que no mantienen una relación personal de amistad con Bruno Figueras. Esa incómoda situación es para Cuatrecasas, Rodés y Andik, que tratan de persuadir a Figueras para que abandoné su actitud de “tibieza” y defienda los intereses de todos. “Todo pasa por Bruno. Él nos metió en esto y él debe tratar de solucionarlo. Nosotros no podemos ir directamente contra Ferrovial”, explican desde un despacho de la Diagonal.

Y la solución, aunque remota, pasa por tratar de revocar la operación. Bajo el amparo del artículo 71 de la Ley Concursal, una vez que la inmobiliaria se ha declarado en quiebra antes de transcurrieran dos años de la ejecución de la compra, los minoritarios creen que deben recurrir a la Justicia: “Tenemos posibilidades”. Además de no contar con ningún precedente de estas dimensiones a su favor, el horizonte judicial puede jugar en su contra cuando es el tiempo lo que más importa. La alternativa a esta situación, farragosa para todas las partes, es la vía arbitral. Sin embargo, para eso Ferrovial tendría que poner de su parte. “Aquí, ellos son los únicos que ha ganado dinero, junto con el intermediario (la firma de asesoría N+1), que cobró por el cierre de la operación y lo volvió a hacer por la primera refinanciación”.

“Ha pasado lo que sabíamos que iba a pasar”. La reflexión que hacen algunos accionistas minoritarios de Habitat desde Barcelona llega demasiado tarde para salvar su inversión. La inmobiliaria catalana presentó el pasado viernes solicitud voluntaria de concurso de acreedores, ante la imposibilidad de hacer frente a los compromisos financieros generados por una deuda de 2.300 millones de euros. Otro episodio con final fatal sobre la repetida historia del pez chico que quiso comerse al pez grande.

Cuatrecasas José Ortega Cano