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Paul Volcker, el hombre que susurraba a la inflación
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Paul Volcker, el hombre que susurraba a la inflación

Han pasado más de veinte años desde que Paul Volcker dejó la presidencia de la Reserva Federal para que Alan Greenspan tomara su testigo. El demócrata Jimmy

Han pasado más de veinte años desde que Paul Volcker dejó la presidencia de la Reserva Federal para que Alan Greenspan tomara su testigo. El demócrata Jimmy Carter primero y el republicano Ronald Reagan, después, confiaron en él para dirigir las riendas de la política monetaria del país entre 1979 y 1987.

Muy pocos en el Despacho Oval fueron realmente conscientes de que el nombramiento de Volcker sería el más importante de la presidencia de Carter: Estados Unidos y el mundo entero se preparaba para asistir al principio de una nueva era.

Bajo su mandato, la Reserva Federal cambió profundamente el paisaje de la vida americana, transformó los términos de cualquier transacción en la economía nacional y dio paso a un nuevo orden.

Su elección se produjo a regañadientes por parte Carter y fue casi por accidente, ante el pánico político y financiero que se apoderó de la economía estadounidense a finales de los 70. La inflación se encontraba entonces por encima de los dos dígitos y en 1981 alcanzaba su pico más alto en el 13,5%. Los inversores habían perdido toda la confianza en la capacidad de Washington de mantener los precios bajo control.

El fichaje de Volcker, entonces presidente de la Reserva Federal de Nueva York, consiguió tranquilizar a los mercados. Jimmy Carter había puesto la política monetaria de Estados Unidos en manos de alguien que estaba dispuesto a sacrificarlo prácticamente todo: los puestos de trabajos de millones de estadounidenses, incluido el sillón presidencial de la Casa Blanca. Todo por alcanzar un último y único objetivo: mantener los precios a raya. Como Robert Redford en El hombre que susurraba a los caballos, Volcker susurró al oído a la inflación hasta que consiguió adiestrarla.

Volcker consiguió combatir la estanflación –crecimiento económico cero e inflación por las nubes- que se había apoderado de la economía de los Estados Unidos a finales de los 70. Limitó el suministro de dinero a los mercados y llevó a cabo una agresiva política de subidas de tipos de interés elevando las tasas hasta niveles históricamente altos. Su mano dura le permitió rebajar la inflación al 3,2% en 1983. El efecto inicial de ese movimiento fue el estrangulamiento económico. Arrastró al país a una recesión, disparó la tasa de desempleo y condenó al fracaso el intento de reelección de Carter.

Fue vilipendiado por haber causado una de las peores recesiones desde la Gran Depresión y posteriormente fue laureado por su espectacular asalto a la escalada de precios. Al mismo tiempo que la economía se requebrajaba, Volcker allanó allanó el terreno para un amplio periodo alcista en los mercados, convirtiéndose en un auténtico icono para los bancos centrales de todo el plañera, desde Nueva Zelanda hasta Suráfrica. 

Asesor presidencial del primer presidente negro de Estados Unidos

Ahora, a sus 81 años, este nieto de inmigrantes alemanes, vuelve a Washington por la puerta grande. Lo hace de la mano del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, Barack Obama, y lo hace como asesor presidencial. En concreto, como presidente del Consejo Asesor para la Recuperación Económica. Este economista nacido en Cape May (Nueva Jersey) en 1927, vuelve ahora, tras varios años en la sombra, a la primera línea de la vida política y con ello añade a su extenso currículum al sexto presidente que confía en su opinión experta.

Además de trabajar para Carter y Reagan, ocupó diferntes posiciones dentro del Tesoro durante las administraciones de Kennedy, Johnson y Nixon. Aunque su elección no ha sido tan decisiva como la de 1979. Dado el historial que soporta a sus espaldas, su nombramiento, según los expertos es, cuanto menos, interesante.

Obviamente, su fichaje obedece, como en 1979 al intento de restablecer la confianza en los mercados financieros. Volcker inició la misma era que ahora despide por culpa de una crisis financiera y económica que se ha apoderado de los mercados de todo el planeta durante el último año y que ha dado paso a un nuevo capítulo en la historia de las finanzas mundiales.

En los últimos meses, Volcker ha estado al lado de Obama, como asesor. Ha habido incluso conversaciones para que asumiera el cargo de Secretario del Tesoro, cargo que finalmente ha recaído en Tim Geithner, presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Volcker ha sido muy franco en los últimos meses sobre el peligro de un déficit presupuestario. Se ha mostrado muy preocupado por la dependencia de Estados Unidos a los flujos de capital procedentes del extranjero y también ha estudiado cómo podría organizarse en el futuro la regulación financiera, aunque todavía no ha esbozado ninguna conclusión al respecto. También se ha alzado como la voz de la prudencia y de la disciplina en una era carente de ambas.

Los expertos coinciden en señalar que será una voz realmente influyente en la nueva administración que está planeando gastarse cientos de millones, incluso billones de dólares para evitar el colapso económico. Sin embargo, su figura no sólo sobresale por su impresionante currículum sino también por los 2 metros que mide de estatura. También cuenta con una amplia experiencia en el Departamento de Tesoro, adonde llegó en los años 60 tras su primer paso por la Reserva Federal y el sector privado.

En su CV, figura su estancia en el Departamento del Tesoro donde la Oficina de Análisis Financiero. Trabajó en el departamento de Asuntos Monetarios y también fue director de Planificación hasta que en 1969 se convirtió en subsecretario. En la década de los años 90 ejerció de presidente de la Comisión Trilateral de EEUU, fue miembro del consejo de United Airlines y, ya en el nuevo milenio, lideró la comisión de la ONU que investigó el escándalo de corrupción en el Programa Petróleo por Alimentos en Iraq. A sus espaldas soporta la experiencia dentro del sector privado, donde se inició como asesor financiero del Chase Manhattan Bank entre 1957 y 1962. Ahora, Volcker se enfrenta a un nuevo reto profesional. Tan importante, si cabe, como el que asumió a finales de los 70: sacar a la economía estadounidense del pozo en el ha caído.

Han pasado más de veinte años desde que Paul Volcker dejó la presidencia de la Reserva Federal para que Alan Greenspan tomara su testigo. El demócrata Jimmy Carter primero y el republicano Ronald Reagan, después, confiaron en él para dirigir las riendas de la política monetaria del país entre 1979 y 1987.

Barack Obama