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Alessandro Profumo, banquero 'de penalti'
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Alessandro Profumo, banquero 'de penalti'

Cuando había dejado atrás la adolescencia y comenzaba a soñar con convertirse en profesor de universidad, Alessandro Profumo se llevó una sorpresa: su novia, con la

Foto: Alessandro Profumo, banquero 'de penalti'
Alessandro Profumo, banquero 'de penalti'

Cuando había dejado atrás la adolescencia y comenzaba a soñar con convertirse en profesor de universidad, Alessandro Profumo se llevó una sorpresa: su novia, con la que después se casaría, estaba embarazada. Con sólo 20 años, el actual consejero delegado de Unicredit -el mayor banco de la zona euro-, asumió la responsabilidad que se le venía encima y decidió buscar empleo. Lo encontró en el Banco Lariano, una pequeña entidad en la que durante diez años desempeñó todo tipo de tareas. Inconformista y tenaz, cuando volvía de trabajar repartía su tiempo entre su nueva familia y los estudios, que decidió no abandonar. Así, estudiando por las noches y durmiendo poco, consiguió licenciarse con la máxima nota en la universidad Bocconi de Milán, una de las más prestigiosas de Europa en la enseñanza de economía.

 

Si el Banco Lariano fue el inicio de su carrera profesional, el cenit llegó la primavera pasada, poco después de que cumpliera 50 años. Tras quince días de negociaciones directas y meses de estudios previos, Profumo consumó la operación de fusión con Capitalia, uno de los principales rivales de Unicredit en el mercado italiano y que le permitió acceder al podio de los banqueros más poderosos del mundo.

La operación asombró a los mercados de toda Europa. La nueva entidad, que pasó a llamarse Unicredit Group y cuya dirección recayó, por su puesto, en las manos de Profumo, tiene hoy presencia en 23 países por medio de su propia marca o de la participación mayoritaria en bancos con una gran raigambre local. Se trata del “primer banco verdaderamente europeo”, según recuerda el propio eslogan de Unicredit. Sólo el británico HSBC le supera por capitalización en el Continente.

No es una casualidad que Profumo estuviera detrás de la fagocitación de Capitalia. Años antes, ya había protagonizado la primera operación agresiva de compra de una entidad de crédito. Fue poco después de la privatización del sistema bancario italiano, que comenzó a principios de los 90. A diferencia de otros ejecutivos, él, que llegó a Unicredit justo después de que dejara de ser público, supo adaptarse a la nueva situación. “De repente, pasaron de ser entidades con una función pública a convertirse en bancos comerciales. Sin embargo, el cambio no se hizo de forma completa por lo que todavía quedan problemas por solucionar”, cuenta.

En los catorce años que lleva al frente de Unicredit, Profumo lo ha cambiado prácticamente todo, empezando por el grupo de gestión con el que trabaja directamente. “El equipo es hoy más fuerte y coherente con nuestros valores”, dice, haciendo referencia al código que ha impuesto a la entidad: confianza, imparcialidad, transparencia, respeto, reciprocidad y libertad de acción. Otra de las figuras que ha introducido en el banco y ha tenido un gran éxito es la del “ombudsman”, el mediador entre los empleados. Según cuenta, es una forma excelente para resolver los problemas entre los jefes y los subordinados. Esta figura está inspirada en el principio de la “justicia reparativa”, que consiste en la búsqueda de una solución para las infracciones en lugar del habitual castigo.

El Partisano

Aunque hay quien le llama El partisano por sus supuestas simpatías por el centro izquierda, Profumo ha sabido mantener a Unicredit alejado de las mareas políticas italianas. Su objetivo es claro: generar beneficio para sus accionistas. Para ello ha sabido aprovechar los momentos de cambio y de crisis tanto en su país como en el exterior. Así lo hizo tras la privatización bancaria de Italia o posteriormente en Turquía y en Europa del Este, donde desembarco con valentía en un período muy inestable. Ahora habla de aquellas operaciones con orgullo, ya que han reportado a Unicredit pingües beneficios, cumpliendo “con creces los objetivos que nos marcamos hace una década”.

Con explicaciones propias del docente que nunca será, Profumo cuenta que es optimista con el futuro. Está convencido de que lo peor de la crisis inmobiliaria ya ha pasado en Estados Unidos y de que Europa del Este, donde Unicredit tiene una gran presencia, seguirá creciendo a buen ritmo. Este escenario le permite mantenerse sereno y algo orgulloso de sí mismo, especialmente cuando echa la vista atrás y se da cuenta de que ha triunfado en una profesión a la que sólo accedió por casualidad.

Cuando había dejado atrás la adolescencia y comenzaba a soñar con convertirse en profesor de universidad, Alessandro Profumo se llevó una sorpresa: su novia, con la que después se casaría, estaba embarazada. Con sólo 20 años, el actual consejero delegado de Unicredit -el mayor banco de la zona euro-, asumió la responsabilidad que se le venía encima y decidió buscar empleo. Lo encontró en el Banco Lariano, una pequeña entidad en la que durante diez años desempeñó todo tipo de tareas. Inconformista y tenaz, cuando volvía de trabajar repartía su tiempo entre su nueva familia y los estudios, que decidió no abandonar. Así, estudiando por las noches y durmiendo poco, consiguió licenciarse con la máxima nota en la universidad Bocconi de Milán, una de las más prestigiosas de Europa en la enseñanza de economía.

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