Sebastián evitó que los Kirchner culparan a Marsans por escrito de la deuda de Aerolíneas

“Uno de sus dueños es el presidente de CEOE y Marsans es un grupo de prestigio en España. El Gobierno español quería una marcha de Argentina para la empresa lo más elegante posible y ha buscado evitarle en todo momento una salida incómoda”. Con estas palabras se refería una fuente próxima a las negociaciones a la intervención del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en apoyo de Marsans durante el proceso de reestatalización de Aerolíneas Argentinas acordado definitivamente ayer.

El compromiso, que será rubricado el próximo lunes, fue anunciado por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y fija la transferencia al Estado argentino del paquete accionarial de Interinvest -sociedad a través de la cual Marsans controlaba el 95% de Aerolíneas Argentinas y Austral- en ambas aerolíneas. Entre las dos acaparan el 80% de los vuelos domésticos del país y cuentan con 9.000 empleados.

Estas fuentes admiten que el Gobierno español ha jugado un papel decisivo en la resolución del conflicto, sobre todo a través de la mediación del ministro de Industria, Miguel Sebastián, y sobre el terreno del embajador español en Argentina, Rafael Estrella. Desde Madrid se ha intentado hacer ver al Gobierno argentino que hay mucha inversión española en el país y que una salida incómoda de Marsans no beneficiaría su permanencia. Eso se traduce en que el grupo de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán se ha salido con la suya en su negativa a firmar un documento en el que se reconocía responsable de la situación financiera de la aerolínea, como pretendía el Gobierno argentino. Las conversaciones han estado centrada en los miembros más conciliadores del Gobierno argentino, entre ellos el ministro de Planificación, Julio de Vido.

Irse sin las manos vacías

De hecho, existe satisfacción en el seno de Marsans, que ya descontaba hace días su salida del país, por el hecho de que el acuerdo alcanzado se defina como una compraventa. Durante los próximos 60 días se determinarán los estados contables de la compañía, para lo que Interinvest y el Estado escogerán sendos tasadores. Si la diferencia es grande, cosa más que previsible, un tercer árbitro, neutral , será quien decida. Entretanto, dos representantes del grupo español y dos del Estado argentino formarán un comité de gestión que llevará el día a día de la aerolínea, junto a un gerente administrativo designado también por el Estado.

El acuerdo, en todo caso, tan sólo aplaza el escollo en que siempre han encallado las negociaciones: la valoración de las acciones de la aerolínea. En Marsans existe la convicción de que la evaluación les proporcionará un saldo a su favor, aun descontando el pasivo de Aerolíneas, que durante estos días el Estado ha cifrado en 890 millones de dólares y la compañía ha limitado al exigible, esto es, a 240 millones. Marsans juega con una valoración de la que dispone de Austral, una compañía saneada, y que asciende a 500 millones de dólares.

Jaime, mano derecha de Kirchner y uno de los duros del Gobierno peronista, se presentó para anunciar el acuerdo acompañado de representantes de los sindicatos, junto a quienes había solicitado esta semana la intervención judicial de la aerolínea después de que esta presentara retraso en el pago de los salarios. “Es un paso trascendente para poner la línea de bandera al servicio de los argentino y de la economía nacional”, dijo Jaime. “La primera decisión que tomamos fue firmar un acuerdo con los trajadores para posibilitar el pago de los salarios y los compromisos en el programa de vuelos”, concluyó.