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Arrecia la crisis del ladrillo: los últimos indicadores de coyuntura reflejan caídas generalizadas
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Arrecia la crisis del ladrillo: los últimos indicadores de coyuntura reflejan caídas generalizadas

Los peores presagios se están cumpliendo. Estaba descontando que la inversión en construcción se fuera desacelerando a medida que avanzaban los trimestres (la Comisión Europea estima

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Arrecia la crisis del ladrillo: los últimos indicadores de coyuntura reflejan caídas generalizadas

Los peores presagios se están cumpliendo. Estaba descontando que la inversión en construcción se fuera desacelerando a medida que avanzaban los trimestres (la Comisión Europea estima un 4,4% para 2007, un 1,3% para 2008 y un -3,3% en 2009), pero los últimos indicadores de coyuntura disponibles muestran que el ritmo de deterioro del ‘ladrillo’ está siendo, probablemente, más intenso que lo inicialmente previsto.

Media docena de indicadores reflejan con nitidez el cambio de ciclo. Tanto en términos de empleo como de actividad. La superficie a construir en obra nueva (según los visados de dirección de obra) está cayendo a ritmos anuales del 27,7%, tasa que se reduce al 21,8% si únicamente se tienen en cuenta los resultados de los diez primeros meses del año respecto del mismo periodo de tiempo del año anterior. El retroceso más acusado se refiere al componente residencial (-24,3%). La construcción de casas es, por lo tanto, el mayor lastre del sector. Y hay que tener en cuenta el 9,4% del PIB depende directamente de la actividad residencial. O lo que es lo mismo, unos 99.000 millones de euros de 2007 están en juego.

Un segundo indicador refleja la pérdida de dinamismo de la construcción. La licitación oficial, según los datos de Fomento, registró en octubre en términos interanuales una caída del 33,5% en precio corrientes (con inflación). O un -10,7% si únicamente se toma el periodo enero-octubre. Lo más espectacular es, sin lugar a dudas, el descenso en las licitaciones públicas por parte de los ayuntamientos (-30,1%), lo que pone de manifiesto que los municipios no han recuperado la senda inversora tras las elecciones de mayo, a lo que no parecen ser ajenas sus insuficiencias presupuestarias derivadas, precisamente, del parón inmobiliario.

Las comunidades autónomas, por su parte, han frenado también su política de inversiones (-16,4%), y sólo la Administración Central del Estado tiene un comportamiento claramente positivo, con un aumento del 11%.

Menos hipotecas, pero más caras

El tercer indicador que refleja la coyuntura del ladrillo se refiere al número de hipotecas constituidas, que cayó en octubre por sexto mes consecutivo, aunque con una cierta suavización. Aún así, el número de nuevas hipotecas cede un 7,9%, mientras que en paralelo el importe medio crece un 7,7%.

La consecuencia de este frenazo en seco en el sector de la construcción lógicamente se traduce en menor ocupación, como acaban de poner de relieve los servicios públicos de empleo, que muestran un crecimiento interanual del paro del 19,1% (tres puntos por encima del anterior mes) Si al comenzar el año 2007, había 230.000 trabajadores de la construcción en alta como parados en los servicios públicos de empleo, el año pasado se ha cerrado con 284.000 parados, lo que da idea de la evolución de este indicador.

De la misma manera, el empleo medido en términos de Seguridad Social cae un 3,5% en la construcción, lo que aleja definitivamente al ladrillo como el motor en el ritmo de creación de empleo, algo que ha sido una realidad desde hace al menos una década. La importancia del ladrillo desde el punto de vista del empleo es, sin embargo, mucho mayor de lo que indican las rubricas oficiales, toda vez que este sector es intensivo en mano de obra y, sobre todo, dependen de él otros sectores que se engloban en otras actividades (promoción inmobiliaria, servicios o industria auxiliar).

Los peores presagios se están cumpliendo. Estaba descontando que la inversión en construcción se fuera desacelerando a medida que avanzaban los trimestres (la Comisión Europea estima un 4,4% para 2007, un 1,3% para 2008 y un -3,3% en 2009), pero los últimos indicadores de coyuntura disponibles muestran que el ritmo de deterioro del ‘ladrillo’ está siendo, probablemente, más intenso que lo inicialmente previsto.