El euro quiere sustituir al dólar como divisa global
Corren nuevos tiempos en el mercado de divisas. El euro está alcanzando unos grados de madurez y confianza en todo el mundo que jamás ha tenido.
Corren nuevos tiempos en el mercado de divisas. El euro está alcanzando unos grados de madurez y confianza en todo el mundo que jamás ha tenido. Si su nacimiento fue difícil en 1999, cuando pocos apostaban un duro por una divisa única para 12 países tan distintos, la realidad nueve años después es bien distinta. El euro ha cogido confianza entre los inversores y empresas como divisa solida de cambio. En 2007, se apreció un 9% frente al dólar en un ejercicio partido por la crisis generada en las hipotecas subprima o especulativas, que ha degenerado en una crisis de confianza y de crédito.
La liquidez no ha sido un problema para el mercado de divisas. El Forex (Foreign Exchange) disparó su actividad en el último trienio, según las cifras recopiladas por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea, hasta los 3,2 billones de dólares (o 2,25 billones de euros al cambio actual). El volumen diario de cambio de divisas se incrementó así en un 71%, consolidando su posición como mayor mercado financiero del mundo.
Y la moneda de Europa gana adeptos por todos los rincones el planeta. Los países petroleros parecen cada vez más hartos del dólar, debido a que su caída reduce considerablemente la entrada de dinero en sus cuentas corrientes. Algunos productores se han planteado sustituirlo por el euro para protegerse los vaivenes de la moneda de EEUU o, simplemente, como represalia por su política exterior, caso de Irán o Venezuela. Este cambio daría un importante vuelco a los flujos comerciales mundiales.
Cambio en los tipos de interés
2007 ha sido también el año de los tipos de interés y, por ende, de las divisas. Conforme a lo previsto, el euro se ha desatado en su particular batalla contra el dólar ante el cambio en las políticas monetarias de la Reserva Federal (Fed), Banco Central Europeo (BCE) y Banco de Inglaterra, principalmente. La Fed puso fin el 18 de septiembre a más de cuatro años sin realizar una rebaja del precio del dinero oficial, que marca el coste de los créditos y la financiación para la mitad del mundo. Tres bajadas de tipos han colocado su nivel en el 4,25% desde el 5,25% anterior.
Como era previsible, la calma finalizó y la tormenta comenzó. La perspectiva de que el diferencial del precio del dinero vuelva a ser negativo para el dólar. En Europa, el BCE ha dejado de subirlos y los mantiene en el 4%. La última gran subida prolongada del euro se produjo entre 2000 y 2004, cuando EEUU pasó de tener unos tipos por encima del 5% al 1%, mientras que en Europa sólo pasaron del 5% al 2% en el mismo periodo. El cambio entre el euro y el dólar pasó de 0,87 de 200 a 1,36 unidades en diciembre de 2004. Por este, entre otros motivos, el euro se presenta ante 2008 como uno de los activos que puede romper a subir. ¿Hasta dónde? Las previsiones para el año que viene la colocan en el rango de 1,35 a 1,5 dólares como punto de partida, pero todo dependerá probablemente de la resolución de la actual crisis financiera y el impacto de la recesión de EEUU sobre la economía europea.
Corren nuevos tiempos en el mercado de divisas. El euro está alcanzando unos grados de madurez y confianza en todo el mundo que jamás ha tenido. Si su nacimiento fue difícil en 1999, cuando pocos apostaban un duro por una divisa única para 12 países tan distintos, la realidad nueve años después es bien distinta. El euro ha cogido confianza entre los inversores y empresas como divisa solida de cambio. En 2007, se apreció un 9% frente al dólar en un ejercicio partido por la crisis generada en las hipotecas subprima o especulativas, que ha degenerado en una crisis de confianza y de crédito.