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Intermoney tiene que subir el precio y reducir el plazo para colocar 1.000 millones en cédulas hipotecarias
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Intermoney tiene que subir el precio y reducir el plazo para colocar 1.000 millones en cédulas hipotecarias

Intermoney ha conseguido colocar en el mercado la segunda emisión española de cédulas hipotecarias después del estallido de la crisis de crédito, pero a cambio de

Intermoney ha conseguido colocar en el mercado la segunda emisión española de cédulas hipotecarias después del estallido de la crisis de crédito, pero a cambio de aceptar unas condiciones bastante duras: ha tenido que emitir estos instrumentos al plazo más corto de su historia, dos años, y se ha visto obligada a pagar un precio más alto del inicialmente previsto.

La colocación agrupaba cédulas de cuatro cajas de ahorros (Cajasur, Cajasol, La Caja de Canarias y Caixa Girona) más el Banco de Valencia, por un importe total de 1.050 millones de euros. Intermoney afirma que se ha vendido en 10 países y el diferencial pagado sobre el euribor ha sido de 10 puntos básicos (0,10 puntos porcentuales), según fuentes del mercado, que añaden que este precio es superior al que esperaban inicialmente estas entidades.

El banco que rompió el hielo de un mercado congelado desde agosto fue el Santander (quién si no), que colocó cédulas por 1.500 millones de euros a un tipo de euribor más 0,13 puntos, pero hay que tener en cuenta que el plazo de estos activos era de cinco años. En condiciones normales, los tipos deben ser mayores cuanto más largo es el plazo; si uno presta el dinero mucho tiempo, quiere que le paguen más por ello.

Es más, una diferencia de sólo 3 puntos básicos entre activos a dos y cinco años indica que la emisión dirigida por Intermoney ha salido bastante más cara que la del banco de Emilio Botín, que ya fue bastante criticado por el excesivo tipo pagado por estas cédulas.

Las fuentes del mercado consultadas explican que "la solidez de la banca española ha sorprendido a los mercados internacionales, pero, aun así, sigue habiendo muchas reticencias con las cajas de ahorros. Por eso, no han podido emitir a más de dos años, cuando al Santander sí le han comprado cédulas a cinco".

En todo caso, ambos plazos son inferiores a los que eran normales antes de la crisis, entre siete y 10 años. Pero ahora mismo son impensables. "El mercado sigue sin recuperarse porque cada día tenemos noticias de grandes bancos que tienen que provisionar ingentes cantidades por las pérdidas en activos de crédito. Los inversores no saben lo que puede tener cada entidad en su balance, y no se fían", opina un experto de un banco de inversión internacional.

Búsqueda de liquidez

Las entidades emisoras prefieren emitir al plazo más largo posible, porque así pueden elaborar unos planes de financiación más estables. Sin embargo, la crisis ha puesto estas intenciones patas arriba: se puede emitir poco, a precios altos y con plazos cortos. De ahí que la mayoría de las entidades estén intentando captar depósitos ofreciendo condiciones muy atractivas.

Las cédulas hipotecarias son activos financieros o títulos de renta fija que se emiten ofreciendo como garantía la cartera de préstamos hipotecarios de una entidad de crédito. BBVA quiere sumarse a esta tendencia con una emisión de 4.900 millones, pero no va a colocarla en mercado, sino que se encuadra dentro de los 30.000 millones que las entidades españolas van a utilizar para obtener liquidez en el BCE.

Aparte de la colocación de cédulas, el Santander vendió entre sus clientes minoristas en octubre sus famosos bonos convertibles sui generis por 7.000 millones, y realizó una emisión de deuda subordinada a 10 años, aunque tuvo que reducir su tamaño hasta 3.700 millones de euros y elevar su precio hasta euribor más 0,90 puntos, el doble de lo que se pagaba antes de la crisis.

Intermoney ha conseguido colocar en el mercado la segunda emisión española de cédulas hipotecarias después del estallido de la crisis de crédito, pero a cambio de aceptar unas condiciones bastante duras: ha tenido que emitir estos instrumentos al plazo más corto de su historia, dos años, y se ha visto obligada a pagar un precio más alto del inicialmente previsto.

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