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El lado más estrambótico del 'private equity'
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El lado más estrambótico del 'private equity'

Lejos de la imagen de oscurantismo y opacidad que siempre acompaña a las firmas de capital riesgo, en ocasiones, este tipo de compañías se convierten en

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El lado más estrambótico del 'private equity'

Lejos de la imagen de oscurantismo y opacidad que siempre acompaña a las firmas de capital riesgo, en ocasiones, este tipo de compañías se convierten en fábrica de esperanza y sueños, aunque en la mayoría de los casos éstos se acaban desvaneciendo tan rápido como se formaron. Basta con tener una idea nueva y original, y confiar en que será el pelotazo del siglo XXI, para que el engranaje se ponga en funcionamiento.

Son muchos, muchísimos los proyectos que llegan a los despachos de private equity en busca del empujón –sumas elevadas de dinero básicamente-, que les falta para materializarse. Unos llegan a buen término pero otros tantos se quedan en el cajón o pasan a formar parte del ‘anecdotario’ de la empresa. Ideas estrambóticas, presentadas por tipos peculiares que, aunque en ocasiones realmente podrían triunfar en el mercado, en la práctica su financiación implica un riesgo demasiado elevado.

“Muchas veces la historia es más divertida por el propio personaje que por lo que te presenta” explica Miriam Serrano, de 3i, a Cotizalia.com “aunque no dudo que tengan su punto de genialidad”.

Invertir en un ‘loco’ para buscar rentabilidad

Lo cierto es que los grandes inventos del hombre comenzaron como eso, una idea extravagante por la que nadie daba ni un duro. Proyectos e inventores demasiado avanzados para su época, desde Leonardo Da Vinci y su ‘máquina para volar’ hasta Emilio Bellvis, que simplemente pegó una gamuza a un palo y ha sido uno de los ingenios más rentables del s. XX. Sin embargo, cada vez es más difícil confiar en la rentabilidad de un sube calcetines mecánico o un palillo mondadientes a pilas. Las firmas de capital riesgo lo tienen claro y apuestan por compañías ya consolidadas antes que por humo.

Por supuesto, toda gran idea llega acompañada de una presentación y muchas de ellas hasta tienen su base científica. Es el caso de un dispositivo que se coloca en los zapatos destinados a repeler la electricidad estática de las moquetas, y que surgió a raíz de un estudio de la Universidad de Zaragoza -que por supuesto se adjuntó- en el que se aseguraba que muchos de los tumores cerebrales estaban provocados por la energía de fricción. O el de una silla de ruedas muy avanzada que, prácticamente, se controlaba con las pestañas y en cuyo dossier se podía leer “Christopher Reeve (superman) está interesado” en el proyecto.

Los norteamericanos tampoco se quedan cortos

Cómo no podía ser de otra manera, Estados Unidos, ‘el país de las oportunidades’ es una mina en la que rebuscar inventos de lo más singular. Por ello, CNNMoney ha elaborado una lista de “las 10 ideas empresariales más idiotas”. Personas que intentan huir de la tediosa vida del trabajador medio lanzando un negocio millonario que les reportará dinero a espuertas y “libertad para trabajar por placer”.

Un sillón eyectable, como el de los cazas militares, pero que salta hacia un lateral para bajar del coche, un Google de registro de cementerios, una revista para los aviones en la que se explica cada uno de los ruidos que escucha el viajero mientras vuela o, como explica Paul Kedrosky en CNNMoney, una página de subastas para juguetes de mascotas usados al estilo eBay.

Otro de los casos más llamativos es el que le llegó a Todd Dagres, socio de Spark Capital en Boston. Todavía recuerda como le presentaron un caballo purasangre mecánico para “enseñar a montar a los jokeys”, “la idea más sorprendentemente ridícula que he escuchado jamás”.

Lejos de la imagen de oscurantismo y opacidad que siempre acompaña a las firmas de capital riesgo, en ocasiones, este tipo de compañías se convierten en fábrica de esperanza y sueños, aunque en la mayoría de los casos éstos se acaban desvaneciendo tan rápido como se formaron. Basta con tener una idea nueva y original, y confiar en que será el pelotazo del siglo XXI, para que el engranaje se ponga en funcionamiento.

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