El susto de 1.755 M de Aena por el miedo a que 'la fiesta' inversora la paguen las aerolíneas
El mercado no compra el plan inversor del gestor aeroportuario. El riesgo se localiza en la evolución del tráfico y su enfrentamiento con aquellos que tienen que sufragar este gasto
Maurici Lucena, presidente de Aena. (Europa Press/Alberto Ortega)
El millonario plan de inversiones de Aena no ha pasado el corte del mercado. El plan pergeñado por Maurici Lucena, bajo el patrocinio de Pedro Sánchez y Óscar Puente, para invertir 12.888 millones —cuatro veces más que hasta ahora— en las infraestructuras del gestor aeroportuario durante el próximo ciclo regulatorio se ha encontrado con una rotunda respuesta del mercado. Las acciones del grupo, que cotizaban con avances de hasta el 0,9% antes de la presentación, acabaron firmando un batacazo cercano al 5%, lo que ha supuesto la volatilización de más de 1.755 millones de euros.
"Esperamos que las acciones reacciones negativamente", advertían los analistas de JP Morgan poco después de terminar el evento celebrado en el aeropuerto de Alicante. El banco estadounidense centraba su análisis en el fuerte incremento del capex que tendrá que afrontar Aena durante el periodo 2027-2031, muy por encima de lo previsto por el mercado. Si el consenso auguraba, según la entidad, una inversión de alrededor de 1.600 millones anuales a partir de 2027, que se irían incrementando progresivamente hasta rondar los 1.900 al final del periodo, las cifras propuestas por Lucena y su equipo implican una inversión media durante los cinco años de 2.578 millones al año, de los que 1.998 millones corresponderían al ámbito regulado.
Estos números, per se, no tienen por qué leerse en clave negativa. De hecho, firmas como Bestinver Securities han planteado interpretaciones más favorables, al entender que una mayor inversión regulada, combinada con un probable aumento de la rentabilidad permitida, debería impulsar la creación de valor. "Creemos que el mercado está descontando erróneamente la noticia", indicaba el analista de la firma Álvaro Navarro.
El problema es que el momento en que llega esta propuesta favorece el recelo de los inversores, que observan con inquietud el impacto que tales volúmenes de inversión podrían tener en los flujos de caja (FCF) de Aena. "La dirección afirmó en nuestra serie de conferencias del martes 16 de septiembre que se espera que el flujo de caja libre en 2024-2025 represente un nivel máximo, y prevemos que las expectativas de FCF se reduzcan significativamente tras las noticias de hoy".
Para una empresa como Aena, que ha hecho de su capacidad para repartir dividendos crecientes uno de los pilares de su historia de inversión, este temor representa un jarro de agua fría. Sobre todo porque se entremezcla con otras preocupaciones que vienen enturbiando el panorama de la compañía. "Algunos inversores podrían interpretar estas inversiones como un aumento sustancial de las tarifas, lo que podría provocar una fuerte reacción de las aerolíneas", sugería Bestinver Securities en su informe.
Aunque el reciente encontronazo con Ryanair, a cuenta de las tarifas, no ha generado demasiadas tensiones sobre el parqué, al interpretarse como una maniobra estratégica de la aerolínea irlandesa sin demasiada repercusión para el negocio de Aena, en el mercado se entiende que el contexto actual no es propicio para seguir añadiendo presión a las líneas aéreas que frecuentan los aeropuertos españoles.
Un revés poco común
Algunos expertos del sector aeronáutico esperan que en las próximas semanas las aerolíneas levanten la voz contra Aena porque se niegan a que esta fiesta inversora salga de su bolsillo en un momento en que las previsiones de tráfico apuntan a estancamiento. "No son inversiones del Gobierno. Es multiplicar por cuatro las inversiones de una empresa que, antes o después, tiene que recuperar y ponemos en duda que ese retorno se vaya a producir", explican a El Confidencial fuentes del sector. Aunque no salga del bolsillo público, de momento sí ha tenido un impacto en las arcas públicas, ya que de los 1.755 millones de pérdidas bursátiles, 895 millones corren a cuenta del Estado.
Este revés bursátil, poco común en una compañía como Aena (en los últimos tres años solo ha firmado un descalabro superior), debe entenderse, no obstante, en el contexto de un grupo que acumula importantes réditos sobre el parqué, con retornos cercanos al 130% en los últimos tres años que le han permitido pulverizar sus máximos históricos. Por eso, analistas como Ángel Pérez, de Renta 4, defienden que tras las ventas de este jueves ha habido también un componente de "excusa", con inversores deseosos de encontrar un pretexto para hacer caja en un valor que tan buenos resultados ha dado en los últimos tiempos.
Pero este movimiento tiene una cara menos favorable, ya que evidencia que un coro creciente de inversores empieza a dudar de la capacidad de Aena de seguir obsequiando al mercado con cifras tan positivas. Al fin y al cabo, antes del patinazo de este jueves, la acción del grupo aeroportuario ya había agotado todo su margen de subida en relación con la valoración media que le otorgan los analistas y los consejos de compra, que hace un año superaban el 54%, han caído al entorno del 33%.
Algunas firmas se muestran escépticas con las perspectivas del tráfico aéreo
Y es que, frente a las previsiones más positivas sobre el tráfico aéreo en España, cada vez más voces advierten de un estancamiento que pondría en riesgo la capacidad de crecimiento de Aena. Así lo señalan los analistas de Citi, que, pese a no mostrar mucha preocupación por la fuerte inversión anunciada este jueves, reiteraban su visión poco alentadora sobre las perspectivas de la compañía, "dada nuestra visión cautelosa sobre el crecimiento del tráfico aéreo los próximos años".
Y más crudamente lo planteaban hace apenas diez días los analistas de Deutsche Bank, en un informe en el que miraban más allá del "ruido" generado por la batalla con Ryanair para advertir de problemas más generalizados, que podrían ir a más en los próximos trimestres.
"Creemos que la persistencia de factores de ocupación más bajos evidencia un crecimiento más lento de la demanda en relación con la oferta y no nos sorprende que las aerolíneas (no solo Ryanair) hayan comenzado a reducir su capacidad", explicaban los analistas del banco alemán. "Si bien parece que actualmente se está recortando principalmente la capacidad nacional, no descartamos que se produzca algo similar en la capacidad internacional, especialmente dada la debilidad del crecimiento salarial real que observamos en los principales mercados emisores (Reino Unido, Alemania)", alertaban.
Unas dudas que no se han visto en las palabras de Sánchez, Puente y Lucena. Aena ha lanzado su plan más ambicioso en décadas. Pero mientras el Gobierno lo presenta como una apuesta de país, el mercado lo interpreta como un desafío a la rentabilidad. El DORA III será el campo de batalla donde se definirá si España puede combinar ambición inversora, sostenibilidad y retorno financiero en su red aeroportuaria. Y de primeras, el mercado no parece muy confiado.
El millonario plan de inversiones de Aena no ha pasado el corte del mercado. El plan pergeñado por Maurici Lucena, bajo el patrocinio de Pedro Sánchez y Óscar Puente, para invertir 12.888 millones —cuatro veces más que hasta ahora— en las infraestructuras del gestor aeroportuario durante el próximo ciclo regulatorio se ha encontrado con una rotunda respuesta del mercado. Las acciones del grupo, que cotizaban con avances de hasta el 0,9% antes de la presentación, acabaron firmando un batacazo cercano al 5%, lo que ha supuesto la volatilización de más de 1.755 millones de euros.