Un 'agujero' en la caja de Inditex: por qué el mercado vuelve a dudar del gigante de Arteixo
La mayor caída de la caja neta desde la pandemia ejemplifica cómo la apuesta por la inversión para disparar el crecimiento ha quedado en los últimos trimestres lejos de su objetivo
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Con cerca de 10.800 millones de euros en liquidez al término de su primer trimestre fiscal, Inditex cuenta con una potencia de fuego suficiente para comprar, a precios de mercado, hasta 18 de los miembros que componen el Ibex, incluidas firmas de renombre como Mapfre (10.300 millones), Bankinter (10.000 millones) o Puig (9.900).
Estos datos suponen un claro reflejo de la fortaleza de la que ha hecho gala Inditex a lo largo de los últimos lustros, con unas cifras de crecimiento que la han apuntalado como un gigante mundial de su sector y la mayor cotizada de la bolsa española.
Se trata, sin duda, de cifras envidiables para el resto de componentes del mercado bursátil nacional, pero supone, igualmente, una fortaleza en retroceso, a juzgar por las últimas cifras de la compañía. Los 10.778 millones de euros de posición financiera neta que ha comunicado este miércoles el grupo de Arteixo representan un descenso intertrimestral del 6,2% y una caída del 7,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Se trata del mayor retroceso de esta partida desde la pandemia.
Son muchas las razones que se pueden esgrimir para justificar el retroceso del efectivo (la partida que explica por sí sola el deterioro de la posición financiera de Inditex) y ninguna parece sugerir motivos para la alarma. Sin ir más lejos, la matriz de Zara afrontó en este último trimestre el abono de dividendos por un monto total de 2.618 millones de euros (un 9% más que en el mismo periodo del año anterior), al tiempo que prosiguió con un fuerte ritmo de inversiones, que debe conducir al despliegue en este ejercicio de unos 2.700 millones de euros (1.800 millones en inversiones ordinarias más 900 millones de gasto extraordinario en capacidad logística).
Lo cierto es, sin embargo, que Inditex se había mostrado hasta ahora capaz de lidiar con un dividendo creciente y afrontar sus necesidades de inversión sin una merma notoria de su posición de caja, gracias a un dinamismo de sus cifras que ahora parece perder tracción. El crecimiento de las ventas del 1,5%, en términos interanuales, registrado en el primer trimestre del año y el impulso del beneficio de apenas el 0,8% perfilan un escenario de desaceleración del negocio que, aunque en cierto modo esperado, viene superando las expectativas de un mercado que se había acostumbrado a que el gigante de Arteixo encontrara siempre una manera de sorprender en positivo.
El problema de Inditex, manifestado este miércoles en bolsa con caídas que por momentos han llegado a superar el 6% (al cierre se limitaron hasta el 4,37%), parte, como se ha señalado en diversas ocasiones, de las altas expectativas creadas en torno a una compañía que se ha demostrado por mucho tiempo como la mejor, con mucha diferencia, de su sector, lo que le ha valido unas valoraciones sobre el parqué que han sido la envidia de sus rivales (aún después de las caídas cotiza a un PER estimado para este año cercano a las 24 veces, frente a las 19 veces de H&M o las 11 veces de Hugo Boss). Pero esa prima se ve ahora cuestionada ante la sensación de que la "magia" que permitía al grupo español superar continuamente a sus competidores se está disipando.
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Esta ha sido una preocupación recurrente en los últimos años para la historia de inversión de Inditex, una inquietud que la compañía quiso despejar hace poco más de dos años con la presentación, precisamente, de un plan de inversiones que vendría a demostrar que, frente a las visiones más agoreras, existía aún un campo amplio de crecimiento para Zara y sus marcas hermanas a nivel mundial.
Si aquella idea, defendida con convicción por el consejero delegado de la firma, Óscar García Maceiras, fue acogida inicialmente con escepticismo por los inversores (que parecían inclinarse por la idea de que Inditex asumiera finalmente un papel de 'vaca lechera' o, lo que es lo mismo, de empresa con margen limitado de crecimiento, pero bien posicionada para pagar dividendos atractivos), la solidez de las cifras posteriores animó al mercado a otorgar un nuevo voto de confianza a una compañía que el pasado diciembre alcanzó una capitalización récord de casi 175.000 millones de euros.
Sin embargo, a medida que el camino se ha vuelto más empinado, empiezan a aflorar las dudas sobre los méritos de una estrategia que está acelerando la salida de caja sin ofrecer los réditos deseados. Aunque algo más de la mitad (un 53%) de las firmas de inversión siguen recomendando comprar sus acciones, ya antes de conocerse las cifras del primer trimestre, los consejos de venta de las firmas de inversión sobre la acción se habían elevado hasta suponer el 20%, la cifra más elevada en una década. Hace un año suponían un 12,5%.
Los consejos de venta en Inditex se sitúan en el 20%, máximos en una década
"A pesar de un modelo de negocio impecable con la mayor flexibilidad y eficiencia del sector, los próximos trimestres apuntan a continua desaceleración de ventas y ligera erosión de márgenes en una fase de pico de inversiones", advertían tras la publicación de las cuentas los analistas de Bankinter, que han recortado la valoración que otorgan a sus acciones. Y también Bestinver Securities, defensor habitual de las fortalezas del grupo textil, apuntaban la necesidad de una corrección del valor, ante la debilidad de las cifras presentadas.
No puede pasarse por alto que Inditex, como casi cualquier otra empresa con vocación internacional, se ve actualmente afectada por un entorno de mercado muy complejo, a causa de las erráticas políticas comerciales del Gobierno de EEUU, que no solo se han plasmado en estas últimas cuentas en un severo impacto de las divisas, sino que pone en cuestión sus planes de expansión en el propio mercado estadounidense, señalado por García Maceiras como foco clave de su estrategia de crecimiento.
Aunque Inditex, gracias a la diversificación geográfica que tiene para proveer a sus tiendas de todo el mundo, siempre ha confiado en que su negocio no se verá gravemente impactado por los vaivenes comerciales en EEUU. "Al operar en numerosos mercados, tenemos experiencia en la gestión de diferentes regímenes arancelarios y, además, contamos con un modelo de negocio flexible con una ventaja competitiva gracias a nuestro abastecimiento de proximidad", explicó el principal directivo durante una rueda de prensa que ofreció en marzo.
"Al operar en numerosos mercados, tenemos experiencia en la gestión de diferentes regímenes arancelarios", señaló García Maceiras
Por lo tanto, puede confiarse en que estos problemas tiendan a aminorar con el paso del tiempo, como puede esperarse que el esfuerzo inversor de estos últimos trimestres se acabe plasmando, más adelante, en un nuevo acelerón de su ritmo de crecimiento. Pero a falta de evidencias de esto, los inversores prefieren situarse al margen.
El 'agujero' que este miércoles muestran las cifras de caja neta de Inditex tiene muchas papeletas de acabar suponiendo una anécdota en su historia de crecimiento. Pero hoy es observado como la prueba de que algo no está funcionando tan bien como solía.
Con cerca de 10.800 millones de euros en liquidez al término de su primer trimestre fiscal, Inditex cuenta con una potencia de fuego suficiente para comprar, a precios de mercado, hasta 18 de los miembros que componen el Ibex, incluidas firmas de renombre como Mapfre (10.300 millones), Bankinter (10.000 millones) o Puig (9.900).