El 'día de la demolición' de Trump: un juego con poco margen para vencedores
El agresivo movimiento de la Casa Blanca abre un periodo de incertidumbre que va mucho más allá de quiénes serán los más penalizados o favorecidos por esta nueva guerra comercial
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Las reglas de juego han cambiado de forma radical en los mercados financieros. La larga tablilla con la que Donald Trump exhibió en la noche de este miércoles sus planes arancelarios supuso el anuncio de una nueva realidad que obliga a los inversores a plantear sus movimientos de forma muy diferente.
Con un planteamiento notablemente radical, que lleva la presión arancelaria en EEUU a niveles no vistos en un siglo, Trump y su equipo mostraron de forma aún más clara al mercado que su retórica agresiva de los últimos meses reflejaba mucho más que un simple plan de negociación y que están dispuestos a soportar las penalidades que sean precisas a corto plazo para alcanzar sus objetivos.
Aquí radica uno de los grandes cambios que los inversores han tenido que digerir en los últimos meses. Pese a cierta dosis de caos que también impregnó su primer mandato, el líder republicano regresaba a la Casa Blanca, a inicios de este año, con la vitola de ser un gobernante especialmente sensible a la situación de los mercados. Una visión que ha ido quedando desacreditada desde hace semanas por el desdén con el que la Administración Trump ha tratado las sólidas caídas de Wall Street, especialmente significativas frente a los fuertes avances en el resto de mercados bursátiles internacionales.
En las últimas semanas, incluso algunas de las firmas más optimistas sobre el futuro de Wall Street se han visto obligadas a adoptar posturas más cautas, advirtiendo del daño que la incertidumbre arancelaria estaba haciendo el mercado. Una situación que no ha desanimado al presidente estadounidense a la hora de presentarse este miércoles con un plan de aranceles que muchos expertos no han dudado en tachar de "exorbitantes", convirtiendo el aclamado como 'día de la liberación' en algo más parecido a un 'día de la demolición'.
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Las fuertes caídas con las que han abierto los principales índices de Wall Street no pueden considerarse una sorpresa. "Hemos visto que la administración tiene una tolerancia sorprendentemente alta al dolor del mercado, ahora la gran pregunta es cuánta tolerancia tiene para el verdadero dolor económico a medida que se desarrollan las negociaciones", señalaba este jueves Adam Hetts, director global de multiactivos y gestor de carteras de Janus Henderson.
Ahí se apunta la que pasa a ser la clave del escenario inversor. Pues, con las magnitudes de la batalla comercial ya convenientemente expuestas, el foco se traslada a sus previsibles consecuencias políticas, un contexto en el que, no sin razones, los inversores parecen apuntar a Estados Unidos como gran perdedor.
Inflación al 5%
Los expertos de UBS apuntan, por ejemplo, que la mayor economía del mundo podría sufrir un golpe de hasta el 2% en su PIB, mientras que su inflación se elevaría al entorno del 5%, planteando un escenario de estanflación que probablemente representaría la mayor de las pesadillas para los inversores. "Aranceles a estos niveles convertirían a Estados Unidos en una isla económica, comerciando solo consigo mismo. Los vínculos horizontales con el resto del mundo están descartados. Sí, el statu quo globalizado no funciona, pero es difícil imaginar cómo esto lo mejorará", indicaba en una columna John Authers, experto de mercados de Bloomberg.
Y no hay razones para pensar en que la situación vaya a ser más cómoda para otros países, con algunos expertos augurando igualmente recesión en Europa. "Muchos países probablemente entrarán en recesión. Si este arancel se mantiene durante un período prolongado, se pueden desechar la mayoría de los pronósticos", advertía el economista de Fitch Olu Sonola, tras el anuncio.
Por muy extravagante que resulte su manera de actuar, sería ingenuo pensar que Trump y su equipo han llevado a cabo estas medidas sin considerar los posibles daños que enfrenta su propia economía. Pero si han decidido seguir adelante con ellas es por su convicción de que cuentan con bazas poderosas para convertirlas en base de futuros éxitos, ya sean en forma de mayores ingresos, traslado de producción al país o mejores condiciones para sus empresas en el extranjero.
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"La conclusión clave: los aranceles estadounidenses impuestos por el presidente Trump probablemente sean el punto de partida de las negociaciones", apunta en este sentido Christian Gattiker, responsable de investigación de Julius Baer.
Sin embargo, la magnitud y extensión de los aranceles anunciados por la Casa Blanca muestran que más que una serie de objetivos concretos, la Administración estadounidense busca una redefinición amplia de sus relaciones comerciales, lo que, incluso aunque se confíe en un acuerdo definitivo, "generará un período de incertidumbre y posibles riesgos para el crecimiento global y la inflación estadounidense durante los próximos tres a nueve meses", observa el experto del banco suizo.
Para los inversores, se trata de la apertura (o mejor dicho, la extensión) de un periodo de incertidumbre extrema en el que resulta muy complejo elegir el caballo ganador. Sin duda es posible detectar industrias y países menos expuestos a la batalla arancelaria y, en este sentido, el Ibex 35, con su fuerte dosis de bancos y eléctricas, es visto como uno de los refugios más obvios en bolsa.
Muchos expertos aconsejan cautela a la espera de un escenario de más certidumbre
El problema es que el juego al que Trump ha empujado ahora a los mercados no es ya el de definir quiénes pueden ver más o menos afectado su negocio en Estados Unidos, sino el de tratar de vislumbrar ganadores y perdedores de todo un sistema comercial en redefinición, en el que no está claro el papel que le toca jugar a casi ninguna parte. Ni siquiera a Estados Unidos, cuya posición hegemónica, basada en la confianza en su moneda y su deuda, podría verse progresivamente cuestionada.
El escenario no parece el más propicio para la toma de riesgos y la mayor parte de los analistas se muestran partidarios de la cautela y adquirir ciertas coberturas, a la espera de un escenario algo más certero en el que los inversores puedan basar sus apuestas. Pero con la Casa Blanca queriendo redibujar las normas del poder económico internacional, la certidumbre no parece un factor en el que se pueda confiar en el medio plazo.
Las reglas de juego han cambiado de forma radical en los mercados financieros. La larga tablilla con la que Donald Trump exhibió en la noche de este miércoles sus planes arancelarios supuso el anuncio de una nueva realidad que obliga a los inversores a plantear sus movimientos de forma muy diferente.