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La IA china ha abierto un boquete en las bolsas de EEUU: ¿cómo de grave es?
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La IA china ha abierto un boquete en las bolsas de EEUU: ¿cómo de grave es?

El éxito del modelo del grupo chino confronta a los inversores con importantes dudas sobre cuál será el desarrollo futuro de la IA y si justifica las elevadas valoraciones actuales

Foto: Logo de DeepSeek. (Getty/Anadolu/Omer Taha Cetin)
Logo de DeepSeek. (Getty/Anadolu/Omer Taha Cetin)
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Los mercados financieros internacionales han abierto la última semana de enero con un nuevo enemigo en su horizonte, que viene a cuestionar las razones de su euforia reciente. Con las bolsas internacionales en zona de máximos históricos, el modelo de inteligencia artificial del grupo chino DeepSeek se presenta como una amenaza esencial a las palancas en las que vienen apoyando los inversores el optimismo que justifica su afán comprador.

Un descalabro de más del 3% del Nasdaq en la sesión de este lunes representa la cara más visible de las dudas que se extienden este lunes por los parqués, ante las noticias de la exitosa irrupción de la tecnología china en un entorno que parecía copado por los gigantes estadounidenses del sector.

El impacto de DeepSeek se hace notar en retrocesos en torno al 17% en las acciones de Nvidia y Broadcom, de más del 4% en Alphabet y por encima del 2% para Microsoft o Tesla. También han sufrido, fuera de Wall Street, el fabricante neerlandés de máquinas para la producción de chips ASML (-7%) y otros grupos inmersos en la cadena de valor de la inteligencia artificial, como el grupo alemán Siemens Energy, cuyas caídas rozan el 20%, tras haber sacado un jugoso rendimiento en los últimos tiempos a su posición privilegiada para suministrar energía a los centros de datos con los que las grandes tecnológicas pretenden dar forma a su apuesta por la IA.

En total, las grandes tecnológicas de EEUU y Europa han sufrido una pérdida diaria de más de un billón de dólares de valoración (solo Nvidia ha fulminado una cantidad récord de 589.000 millones en un solo día), ante la extensión de una decepción que también se hace notar en el parqué español a través de las fuertes caídas de Merlin y ACS, dos de las compañías que más han basado sus recientes historias de inversión en el desarrollo de centros de datos.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, junto al consejero delegado de Oracle, Larry Ellison, el CEO de Softbank, Masayoshi Son, y el CEO de OpenAI, Sam Altman. (Reuters)

Los buenos resultados de DeepSeek abren grietas en el relato imperante en los mercados por muy diversos frentes. Uno de ellos, quizás el más relevante en el largo plazo, es la duda que siembra sobre la hegemonía tecnológica de EEUU, aparentemente uno de los puntos fuertes de la estrategia de enfrentamiento de Donald Trump contra China y sus aliados.

Pero lo más significativo para el devenir de los mercados a corto plazo son las cuestiones que abre en la narrativa sobre el desarrollo de la inteligencia artificial. A estas alturas son pocos los expertos capaces de explicar la bonanza que caracteriza a las bolsas desde hace dos años sin agarrarse a la idea de una nueva revolución tecnológica, conducida por los avances de la inteligencia artificial, que liderarán el paso a una economía más productiva.

Una cadena en cuestión

Bajo esta premisa, los inversores se han lanzado con avidez hacia las principales compañías consideradas en la vanguardia del desarrollo de chips para la inteligencia artificial, con Nvidia a la cabeza; a por los grandes grupos tecnológicos que más provecho podrían extraer de esta herramienta, como Tesla, Meta o Alphabet; y las empresas implicadas en la cadena de valor de la industria, como los suministradores de energía y los desarrolladores de centros de datos.

"La IA se ha considerado un área de desarrollo muy compleja, y se considera que quienes están a la vanguardia tienen ventajas tecnológicas que les permitirán seguir creciendo a un ritmo rápido en el futuro. El alto crecimiento esperado de las ganancias se ha utilizado para justificar valoraciones muy elevadas, dejándolas muy expuestas a cualquier decepción. La competencia siempre pareció la mayor amenaza, pero también la más difícil de evaluar para los inversores", explica Oliver Blackbourn, gestor de carteras en el equipo de Multiactivos de Janus Henderson.

Aunque aún parece demasiado prematuro ubicar a DeepSeek en los listados de las potencias dominantes de la inteligencia artificial, su ruidosa irrupción es un recordatorio de una realidad que, aunque repetida con asiduidad, los inversores han parecido olvidar por momentos: que incluso en el caso de que una revolución tecnológica pueda hacerse efectiva, las empresas inicialmente dominantes pueden acabar siendo desplazadas por otros jugadores más ágiles en las siguientes oleadas tecnológicas. La historia de la burbuja puntocom está plagada de ejemplos de este tipo.

La noticia puede servir para que las empresas pongan el foco en el retorno de la inversión

Del mismo modo, el nuevo modelo de IA chino, desarrollado con chips menos avanzados que los modelos triunfantes en EEUU, y con costes inferiores, obliga a replantearse la lógica de los millonarios planes de inversión comprometidos por los grandes grupos tecnológicos, lo que pone en cuestión no solo sus propias proyecciones, sino también las de aquellas compañías que más han apalancado sus historias de crecimiento en el auge de la inteligencia artificial. Mientras que, llamativamente, aquellas con una historia de inversión más diversa (Iberdrola) o en las que la apuesta por la IA no ha terminado ser valorada por el mercado (Solaria) resisten mejor el envite.

"Con un mercado de capitales generoso, las empresas internacionales de IA han estado buscando la mejora de los modelos a toda costa. Pero DeepSeek podría incitar a los inversores a plantearse preguntas difíciles sobre estas inversiones en potencia informática", advierten los analistas de Jefferies, que ven probable que los logros de la firma china obliguen a las empresas a replantearse sus estrategias de inversión en esta tecnología, poniendo un mayor enfoque en la eficiencia y el retorno de la inversión.

Se puede argumentar que a la amenaza de DeepSeek le falta consistencia para hacer descarrilar la marcha alcista del mercado. Al fin y al cabo, el aparente éxito de su modelo apenas ha sido puesto a prueba y, sobre todo, tiene que evidenciar que la cercanía de rendimiento a los modelos más avanzados de OpenAI o Meta no es un logro puntual, sino el principio de una exitosa carrera por arrebatarles el liderazgo en esta tecnología.

Foto: Bolsa  de Nueva York. Foto: Reuters/Lucas-Jackson

En este sentido, no puede obviarse que el revés que este lunes propina la firma china a las bolsas se produce en un mercado que viene de un periodo muy positivo, que hasta este lunes se traducía en ganancias en enero de más del 5% en las bolsas europeas y superiores al 3% en Wall Street, prolongando la oleada de récords que ya caracterizó el ejercicio 2024.

Así, no parece difícil imaginar que una vez pasado el ruido inicial y siempre que los principales actores del mercado se mantengan firmes en sus mensajes de optimismo sobre la industria de la inteligencia artificial (esta misma semana serán clave los resultados de ASML, Microsoft, Apple, Meta o Tesla) los inversores consigan olvidar este susto y vuelvan a aferrarse al boom de la inteligencia artificial para impulsar los índices a nuevos máximos.

Pero en un momento en que las elevadas valoraciones ofrecen escaso margen para las decepciones, DeepSeek ha venido a abrir una grieta por la que es fácil que se cuele la desconfianza, al menor gesto que ponga en duda el relato dominante (por ejemplo, un gigante tecnológico que limite sus inversiones en la industria).

Con valoraciones récord en bolsa, el riesgo de decepción parece muy elevado

Si se confía en que la inteligencia artificial representa una palanca de transformación económica a futuro, no parece que las últimas noticias justifiquen un abandono absoluto de la inversión en el sector. Al fin y al cabo, como observan los analistas de Bernstein, "¿es DeepSeek el día del juicio final para las empresas de IA? No lo creemos". Aunque a menor coste, defienden, el aumento sostenido de la inversión en IA parece muy encarrilado y, de hecho, podría revelarse más rentable.

Pero con un recordatorio tan obvio de cómo puede variar el relato de una tendencia tan incipiente como esta, los inversores harían bien en no poner todas sus cartas en una sola jugada ni en descuidar las valoraciones que pagan por las empresas en las que invierten. La IA puede tener aún mucho que ofrecer al mercado, el cómo y a través de quiénes puede considerarse hoy más en cuestión que antes.

Los mercados financieros internacionales han abierto la última semana de enero con un nuevo enemigo en su horizonte, que viene a cuestionar las razones de su euforia reciente. Con las bolsas internacionales en zona de máximos históricos, el modelo de inteligencia artificial del grupo chino DeepSeek se presenta como una amenaza esencial a las palancas en las que vienen apoyando los inversores el optimismo que justifica su afán comprador.

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