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La hoja de ruta para hacer posible una Iberdrola de 100.000 millones
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Informe de Morgan Stanley

La hoja de ruta para hacer posible una Iberdrola de 100.000 millones

La eléctrica, que ha presentado su nueva apuesta por los centros de datos, sigue batiendo récords en bolsa y podría acercarse a las seis cifras de capitalización, según Morgan Stanley

Foto: Foto: Reuters/Vincent West.
Foto: Reuters/Vincent West.
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Doce sesiones de ganancias en las últimas 13 jornadas es el bagaje con el que Iberdrola exhibe su buena forma en el mercado. En un momento en que el optimismo parece estar cobrando fuerzas renovadas en la bolsa española, la energética que preside Ignacio Sánchez Galán se ha mostrado como uno de sus más firmes baluartes, con retornos en los últimos siete meses (incluidos dividendos) superiores al 33%, que le han llevado a pulverizar máximos históricos y afianzarse como la segunda mayor compañía del Ibex, con una valoración que supera los 87.000 millones de euros.

Se trata de unos números que corroboran la confianza de los inversores en una compañía que ha sido capaz de generar ganancias en nueve de los últimos 11 años, convirtiéndose en uno de los gigantes mundiales de su sector. Pero son esos mismos números los que justifican el recelo con el que recurrentemente la miran las firmas de análisis, temerosas de que sus valoraciones ya reflejen todo lo bueno que tiene que mostrar.

Al fin y al cabo, como observan en Barclays, "el precio actual de las acciones de Iberdrola tiene en cuenta el valor de diez años de su cartera de proyectos renovables", lo que supera con creces la media de siete años que estiman en el sector. Aunque esta prima pudiera estar justificada por su mayor tamaño y mejores perspectivas de crecimiento, son muchos los expertos que encuentran difícil defender precios más elevados. Por eso hoy son menos de la mitad los analistas que aconsejan comprar sus acciones, a las que el consenso otorga un precio objetivo medio hasta un 3,5% por debajo de su cotización actual.

Cabe señalar, no obstante, que esta no es una situación nueva para Iberdrola, que –de modo parecido a Inditex– ha tenido que lidiar continuamente con un techo de valoración aparentemente próximo que, sin embargo, ha sido capaz de ir empujando cada vez más arriba, a medida que ha encontrado vías para seguir multiplicando sus cifras de negocio.

Foto: David Mesonero.

Y eso es lo que apuestan que hará una vez más Morgan Stanley, que este martes elevó el precio objetivo que otorgan a las acciones de la eléctrica española hasta los 15,5 euros por acción, una cifra récord, que se sitúa un 13% por encima de su precio de cierre de este miércoles y que, de concretarse, implicaría llevar a Iberdrola a las puertas de los 100.000 millones de valoración, una barrera que en España solo han atravesado Telefónica, Santander e Inditex (el único que se mantiene por encima).

La decisión del banco estadounidense se produjo justo en paralelo a la presentación por parte de Iberdrola de su nuevo plan de crecimiento en centros de datos, una estrategia para la que la compañía pretende crear una asociación en la que cedería la mayoría del capital (pretende controlar únicamente el 20% de la joint venture) a un socio que se encargaría de la inversión y desarrollo de los centros, mientras que Iberdrola contribuiría con los terrenos y la generación de energía.

La apuesta de Iberdrola se basa en la idea de que España cuenta con una serie de fortalezas que la convierten en terreno ideal para su desarrollo como hub de centros de datos: 1) su ubicación geográfica, con el 70% de los datos de Europa fluyendo a través de España con cables submarinos que conectan América, África y Europa; 2) el amplio y sólido despliegue de la red eléctrica y la infraestructura de fibra óptica; 3) los bajos precios de la energía, la alta participación de energía renovable en el mix y la existencia de un gran mercado de PPA renovable; 4) una fuerza laboral con formación tecnológica y salarios más bajos que sus pares; y 5) la amplia disponibilidad de terrenos baratos en zonas de baja densidad de población.

Con todo ello, Iberdrola estima que la demanda de energía para centros de datos en España se dispare en los próximos años hasta representar, en un escenario optimista, hasta un 10% de la demanda eléctrica actual en el país, con unos 3 GW.

Ante estas perspectivas, y a pesar de que firmas como Solaria ya han empezado también a moverse para ocupar posiciones en este sector, Iberdrola puede mostrarse como un actor puntero, gracias a su diversificada cartera de activos de generación de energía, que le permite ofrecer electricidad las 24 horas del día, "lo que, creemos, hace que la oferta de Iberdrola sea más atractiva para los potenciales clientes/socios de centros de datos", apuntan en Morgan Stanley.

Un impacto aún limitado

Los analistas del banco estadounidense sostienen que para Iberdrola la apuesta por los centros de datos puede suponer una fuente potencial de nuevos proyectos renovables. Además, apuestan porque el incremento de la demanda que conllevará el auge de los centros de datos "podría, en igualdad de condiciones, respaldar los precios de la energía en España (y en la región) y, por lo tanto, conducir a un precio de venta promedio más alto en el mix general de generación de energía española del grupo".

Sin embargo, el propio grupo ha señalado que este proyecto podría generar en un horizonte previsible un EBITDA potencial de entre 150 y 250 millones de euros, lo que Morgan Stanley calcula que podría transformarse en entre 10 y 20 millones de euros de ingresos netos para Iberdrola, cifras que quedarían lejos de representar un salto significativo en las cuentas del grupo.

Resulta significativo, de hecho, que a la hora de justificar la mejora del precio objetivo de Iberdrola, los analistas del banco de inversión omiten cualquier mención a los centros de datos (al fin y al cabo, se trata de un proyecto en una etapa aún muy incipiente), sino que ponen el foco en la reciente adquisición de Electricity North West (ENW) y la concesión de nuevos proyectos de eólica marina en Reino Unido, que les llevan a elevar la tasa esperada de crecimiento anualizado del beneficio por acción de Iberdrola entre 2023 y 2026 por encima del 6%.

Quizás ya entonces la apuesta de Iberdrola por los centros de datos haya adquirido la relevancia suficiente para sumar a la historia de crecimiento del grupo. Mientras tanto, serán las mismas palancas que han llevado al grupo a los niveles récord actuales las que tendrán que empujar para hacer posible que la eléctrica española se asome al club de los 100.000 millones de capitalización.

Doce sesiones de ganancias en las últimas 13 jornadas es el bagaje con el que Iberdrola exhibe su buena forma en el mercado. En un momento en que el optimismo parece estar cobrando fuerzas renovadas en la bolsa española, la energética que preside Ignacio Sánchez Galán se ha mostrado como uno de sus más firmes baluartes, con retornos en los últimos siete meses (incluidos dividendos) superiores al 33%, que le han llevado a pulverizar máximos históricos y afianzarse como la segunda mayor compañía del Ibex, con una valoración que supera los 87.000 millones de euros.

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